FOTO CORTESÍA DE JULIANA VELÁSQUEZ
17 de Enero de 2023
Por:
Catalina Uribe Tarazona

Esta bogotana de 23 años fue reconocida con un Grammy Latino a Mejor Nuevo Artista. Con sus letras se ha dedicado a romper el silencio en torno a grandes desafíos en salud mental.

La sanación musical de Juliana Velásquez

 

Artículo publicado en la edición impresa de diciembre de 2021.

Su camino se ha dividido entre la actuación, la presentación y la música. ¿En qué momento decidió darle protagonismo a esta última?

Empecé hace seis años con una canción que se llamó Enséñame, la primera que decidí componer. Y lo hice porque si bien me sentía muy plena en los otros aspectos de mi vida, en la música era todo lo contrario: me sentía coja, me hacía falta ese pedacito de mí para estar completamente feliz. Luego, la actuación me volvió a coger, pero al mismo tiempo yo escribía y componía, grababa cosas en mi casita, las borraba, las volvía a grabar... y así hasta que, hace tres años, conocí a la que ahora es mi casa musical: Mun Entertainment. Llegué a ellos con mis primeras tres canciones: Cóseme, Electricidad y Presiento, que hacen parte de mi primer álbum, Juliana. Cuando descubrí que tenía claro qué quería comunicar como artista, cuál era mi voz y cuál era el sonido que quería tener dije: “Ok, nos vamos de cabeza”. En ese momento empezó la pandemia, lo que fue perfecto porque no estaba grabando nada entonces tenía todo el tiempo del mundo para dedicárselo al desarrollo de mi proyecto y de mi música. ¡Fue espectacular!

Hablando de Cóseme, esta canción parece una carta a Dios o a quien puede salvar a otra persona en un momento difícil. ¿En qué momento de su vida estaba cuando la escribió?

Eso fue hace cuatro años cuando personas muy cercanas de mi familia y un par de amigos estaban pasando por unos cuadros de depresión muy fuertes. Hasta el sol de hoy, yo nunca me he sentido deprimida: no sé si es privilegio o regalo de la vida. De pronto nunca me pase, lo cierto es que estaba preocupada por ellos y escribí esa canción para ponerme en sus zapatos y saber qué se siente estar deprimido. Por supuesto, no la terminé porque sentía que yo no era la persona con la responsabilidad ni con la vivencia para hablar del tema. Así que estuvo guardada hasta que dos años después una persona muy especial para mí se quitó la vida en un momento de desespero y de depresión profunda. Eso a mí me generó muchas preguntas y, además, me encontré con que la gente la juzgó mucho. Decían que había sido muy egoísta, que no pensó en su familia y demás, y yo creo que uno tiene que estar en los zapatos de una persona que sufre de depresión para entender lo que se siente no tener otra salida o creer que no hay otra salida. Decidí entonces que era hora de terminarla y compartirla.

Precisamente esos temas que son difíciles de hablar sus canciones los tocan, eso es lo que la academia y el público destacan en su propuesta. ¿Cómo ha sido exponer su corazón, sus historias y las historias de sus personas cercanas?

Ha sido un proceso hermoso pero, como todos los procesos, ha tenido muchas etapas. Hay momentos en los que uno se pregunta ¿me arrepiento un poquito? ¿no me arrepiento? ¿será que no lo tuve que haber hecho tan fuerte? Sin embargo, creo que constantemente el tiempo y la vida se encargan de responderme con un gran “sí, valió la pena”, de hecho, creo que este premio es eso, es sí, valió la pena haberlo hecho, valió la pena haber impactado a las personas que impactaste y tal vez no fueron diez mil millones pero fueron precisas para que esto esté pasando. Yo creo que si miro hacia atrás lo volvería a hacer exactamente igual porque, además, no solamente es música hecha con el corazón, no solamente le llego a gente, yo como persona cambié al haber hablado de todas estas cosas, así que también es un regalo muy lindo de mí para mí que agradezco muchísimo y que ha sido de las cosas más bonitas que me han pasado hasta ahora.

 

Con este Grammy se demuestra que no solo es el tiempo sino el amor, la pasión y la disciplina con la que se trabaja una propuesta musical lo que la destaca. ¿Cómo interpreta este premio en su carrera?

Es una emoción gigante porque saltar no es nada fácil. Uno lo hace en un paisaje completamente incierto en el que nadie puede asegurar que va a salir como tú esperas. Yo todavía no lo puedo creer porque siento que llevo muy poco tiempo haciendo música y, como tú lo dijiste, hay mucha gente que piensa que tiene que haber pasado 20 años haciendo música o, en mi caso, que es necesario haber estudiado música profesionalmente, cosa que yo no he hecho, (risas). Lo que sí he hecho es estudiar mi instrumento, le he dedicado mucho tiempo y muchas horas de trabajo a lo que hago y creo que ese es el verdadero secreto del oficio: meterle muchas ganas. Para mí este es un premio a la constancia, al trabajo honesto, sensato, bonito, sin pretensiones y hecho por la necesidad misma de hacer música para ser feliz.

Hablar para sanar es el mensaje que llevaba bordado en los guantes que hicieron parte de su outfit en los Latin Grammy. ¿Cómo llegó a él?

Yo decidí escribir Cóseme, que habla de la depresión y del suicidio, y de repente empecé a retroceder un poco hacia la historia de la persona que se quitó la vida y por la cual yo escribí esta canción. Y llegué a la conclusión de que si hubiera hablado a tiempo seguramente alguien la habría podido escuchar y la habría podido ayudar a sanar; incluso se habría sanado por el mismo hecho de haberlo hablado. Creo que uno no es consciente de que tiene un problema hasta que lo verbaliza y siento que el mensaje partió desde ahí. Muchas personas atraviesan esa situación, pero no la expresan, entonces puede volverse algo tóxico; un círculo vicioso que tienen que soportar y cargar solas. Por eso hice esta iniciativa de “hablar para sanar”, por eso en mi Instagram hice un challenge con todos mis seguidores en el que los invité a permitirnos ser vulnerables y a vernos como seres humanos por encima de todo, con esta premisa de hablar para sanar.