Según un análisis del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, con un aumento salarial del 12 % los  costos laborales superarán los dos millones por cada trabajador que gane un sueldo base. Foto: Shutterstock.
Según un análisis del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, con un aumento salarial del 12 % los costos laborales superarán los dos millones por cada trabajador que gane un sueldo base. Foto: Shutterstock.
18 de Enero de 2024
Por:
María Fernanda Herrera*

¿Qué implicaciones tiene un aumento salarial del 12 % cuando las micro, pequeñas y medianas empresas aportan 80 % del empleo en el país?

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Los coletazos del salario mínimo

El gobierno colombiano anunció un aumento del salario mínimo para 2024 del 12 %. Este incremento, que afecta a más de 2,5 millones de trabajadores, deja ese indicador en $1.300.000 mensuales. Además, se estableció un aumento de 15 % para el auxilio de transporte, lo que corresponde a $162.000. En consecuencia, los trabajadores colombianos que reciben un salario mínimo mensual devengan, en total, $1.462.000. 

El incremento fue recibido con beneplácito por los sindicatos y por los trabajadores, quienes lo consideraron un reconocimiento a su esfuerzo y a su contribución al crecimiento económico del país. Sin embargo, también generó algunos cuestionamientos por parte de los empresarios, quienes expresaron su preocupación por el impacto que podría tener en la competitividad de las empresas.

Para entender las implicaciones que tiene un incremento salarial de dos dígitos en medio de la coyuntura económica actual, Revista Credencial habló con Rosmery Quintero, presidenta de la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi) y con Jonathan Malagón, presidente de la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria).

El camino previo 

A pesar de los esfuerzos del Gobierno nacional, no fue posible que los sindicatos y los empresarios llegaran a un acuerdo para establecer un aumento del salario mínimo concertado en Colombia.

Al iniciar las negociaciones, los sindicatos propusieron un aumento salarial del 18 %, pero finalmente cedieron y estuvieron de acuerdo con un incremento del 12 %. Por su parte, los gremios empresariales pidieron tomar una decisión prudente y consecuente con la situación económica actual.

Malagón afirma: “Desde el inicio de las conversaciones alertamos sobre los riesgos que, en la dinámica de recuperación económica, podría tener un incremento por encima de los criterios técnicos y de aquellos niveles que consideramos acordes con el estado actual de la economía, el empleo y la formalidad”.

Para el economista, en un contexto como el actual, en el que la productividad multifactorial resulta negativa, aumentos del salario mínimo en términos reales pueden generar efectos significativos y negativos sobre la generación de empleo, especialmente en las micro y pequeñas empresas, así como en las regiones con menor productividad.

Teniendo en cuenta la estimación de inflación promedio para 2024, se prevé que el aumento salarial en términos reales se acercará al 5,7 %. “Si esta expectativa se materializa en un contexto marcado por un comportamiento de la economía que estaría por debajo de su potencial, podrían generarse incrementos en la tasa de desempleo a nivel nacional de hasta 10 puntos básicos por cada punto porcentual de aumento real”, resalta el líder gremial.

El aumento también tendría un impacto en el costo de vida de los colombianos y en el consumo de los hogares. Un estudio del Banco de la República indica que los incrementos reales del salario pueden tener efectos alcistas sobre la inflación. La evidencia indica a que un aumento de un punto porcentual la haría subir entre 10 a 20 puntos básicos, hecho que, a su vez, atenuaría los posibles beneficios que experimentaría el consumo de los trabajadores formales. 

En criterio de Malagón, este escenario supone “una presión adicional e inoportuna sobre los precios en un periodo en el que el Banco de la República se encuentra evaluando la pertinencia de llevar a cabo recortes adicionales en la tasa de interés de referencia para hacer frente al proceso de desaceleración económica por el que atraviesa el país. Lo anterior podría restarle velocidad a la senda de reducción de tasas y, por ello, a la dinámica de recuperación de la economía colombiana”.

Y es que el salario mínimo en Colombia ha aumentado en los últimos tres años 36 %, mientras que, en términos reales, ha tenido un crecimiento del 33 %.

Cuando a un empleador se le aumenta su estructura de costos, muchas veces le corresponde incrementar los precios de sus productos o servicios. Pero si hay demasiada competencia, no le queda fácil subir sus precios porque pierde mercado, entonces debe hacer ajustes y puede que opte por desvincular personal”. Rosmery Quintero, presidenta de la Asociación de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi).

Lo que asumen las empresas 

Un análisis del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana sostiene que, con un aumento salarial del 12 %, los costos laborales superarán los dos millones por cada trabajador que gane un sueldo base. Esto debido a las obligaciones contractuales que debe asumir el empleador, comenzando por el auxilio de transporte, el pago de las primas, los intereses de las cesantías, los aportes a salud y pensión, y el costo de la ARL, entre otros.  

En Colombia, 99 % del tejido empresarial está conformado por micro, pequeñas y medianas empresas. Estas generan alrededor de 80 % del empleo nacional y, en consecuencia, concentran una cantidad importante de trabajadores que devengan un salario mínimo. 

Rosmery Quintero, presidenta de Acopi, añade: “Cuando a un empleador se le aumenta su estructura de costos, muchas veces le corresponde incrementar los precios de sus productos o servicios. Pero si hay demasiada competencia, no le queda fácil subir sus precios porque pierde mercado, entonces debe hacer ajustes y puede que opte por desvincular personal”.

Aunque despedir trabajadores es una opción, la representante gremial destaca que los empresarios tratan de evitar esta medida porque, dice, “hay un activo muy importante en el conocimiento y la experticia que un trabajador adquiere. Si tú desvinculas a una persona, de todas maneras, tienes que reemplazarlo por otro y la curva de aprendizaje de un nuevo empleado tarda unos 34 meses”.

Las empresas también optan por endeudarse para cumplir con los costos labores, una medida que suena poco favorable si se tiene en cuenta que la tasa de interés de referencia del Banco de la República hoy se ubica en el 13 %.

Esta es una presión adicional e inoportuna sobre los precios en un periodo en el que el Banco de la República se encuentra evaluando la pertinencia de llevar a cabo recortes adicionales en la tasa de interés de referencia para hacer frente al proceso de desaceleración económica por el que atraviesa el país”. Jonathan Malagón, presidente de la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria)

¿En qué contexto?

Este incremento se suma a la incertidumbre que genera la reforma laboral que se tramita en el Congreso de la República y que propone varios cambios. “Si esa reforma laboral es aprobada en los términos planteados actualmente, generaría más presión sobre la estructura de costos y afectaría mucho más las posibilidades del mercado laboral, en principio en dos temas: uno es el grado de informalidad que tiene el país y el otro es el número de personas que están buscando empleo o que ganan menos de un salario mínimo”, resalta Quintero.

En Colombia, cerca de 47 % de los trabajadores —alrededor de 10,4 millones de personas— devenga menos de un salario mínimo. En su gran mayoría se trata de independientes. Finalmente, la presidenta de Acopi señala que se pueden adoptar algunas medidas que pueden impulsar la economía y, en consecuencia, el aparato productivo del país. “Hay que acelerar la implementación y ejecución del Presupuesto General de la Nación; también, se debe generar una gran dinámica de confianza y es necesario que los recursos comiencen a inyectarse apropiada y aceleradamente en los sectores que jalonan otras actividades, como es la infraestructura”.

*Periodista de economía en Valora Analitik.