Vaca doméstica (Bos taurus) ©Bernardo Ramírez Padilla El ganado bovino, introducido por los españoles en la época de la conquista, dejó una huella profunda en la historia de América. Estos animales y los usos que se les han dado a lo largo del tiempo transformaron la vida social y económica, además de cambiar los paisajes y las condiciones ecológicas en el continente.
Mayo de 2024
Por :
Héctor E. Ramírez-Chaves*

Las especies introducidas en Colombia: Desde plantas hasta grandes mamíferos

 

La alta diversidad biológica con la que cuenta nuestro país se ve afectada por una gran cantidad de actividades mediadas por el ser humano. Una deellas, aunque bien conocida por sus impactos en otros países, ha sido poco estudiada en Colombia: la introducción de especies. Esta práctica se define como el transporte, ya sea intencional o no, de una especie por fuera de su distribución geográfica nativa. Aunque en principio esto no aparenta ser un riesgo para la diversidad local, un manejo inadecuado de la situación puede dar lugar a problemas graves para los ecosistemas naturales.

 

 

Si bien, los medios de introducción de diversas especies pueden variar, los efectos sobre la biota nativa son bien conocidos, y a la vez, contrastantes. En algunas ocasiones, una especie introducida puede convertirse en invasora, lo que implica que ha colonizado el nuevo ambiente en el que se encuentra. Al adquirir este estatus, los riesgos para la biota nativa se intensifican, dando lugar a situaciones como competencia por recursos, desplazamiento, intercambio de patógenos y sobrecarga del ecosistema, entre otros. La combinación de estos factores puede afectar de manera heterogénea a las especies nativas y, en los casos más extremos, llevar a su extinción.

 

Rata común (Rattus rattus©Héctor E. Ramírez-Chaves 

Desde la conquista se tiene documentada la introducción de especies en el territorio que hoy llamamos Colombia. En este contexto, es bien conocido el ingreso a América de plantas de consumo y animales de uso o compañía, como perros y gatos. Otras especies fueron introducidas de manera no intencional, como los ratones (Mus musculus) y las ratas domésticas (Rattus norvegicus, Rattus rattus), que arribaron como polizones en los medios de transporte empleados en la época. Sin embargo, algunas especies domésticas ya habían sido transportadas a Sudamérica antes de la llegada de los españoles. Tal es el caso del perro sin pelo de Perú que aparece representado en la iconografía inca precolombina y cuya procedencia es similar a la del perro doméstico actual, especie que aparentemente fue domesticada en el hemisferio norte y cuya forma silvestre no habita de manera natural en el neotrópico.

Por lo anteriormente expuesto, la introducción de especies está ligada, aunque no restringida, a la domesticación. Tanto las plantas como los animales domesticados suelen ser movilizados fuera de sus áreas naturales de distribución. Este tema ha sido abordado en el país en amplios compendios y ha cobrado notoriedad en la última década por la presencia de especies llamativas debido a su capacidad invasora o tamaño. Por ejemplo, algunas especies de compañía como perros (Canis familiaris), gatos (Felis catus) y caballos (Equus caballus) se han convertido en invasoras en diversas localidades, sin que se conozcan o se hayan evaluado sus impactos potenciales. Aunque existen observaciones de cacería de especies de aves, mamíferos y reptiles nativos por parte de perros y gatos cimarrones, especialmente en la región andina, la documentación y evaluación de otros problemas asociados al paso de especies domésticas a exóticas invasoras son aún limitadas.

 

3 | Ganado equino (Equus caballus2016, José Mauricio Salcedo ©Banco de Imágenes Ambientales (BIA)Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt. 

Asimismo, las palomas domésticas (Columba livia), cuya distribución nativa incluye parte de Europa y Asia, así como el norte de África, son en la actualidad una especie exótica invasora con alto riesgo para la salud pública. Sin embargo, son comúnmente mantenidas y alimentadas en parques públicos de todo el país, sin prestar atención a los peligros que esto implica para la salubridad y la fauna nativa.

Otras especies invasoras que no fueron originalmente animales de compañía también cuentan con registros recientes. Entre los casos particulares y mediáticos están los hipopótamos (Hippopotamus amphibius), cuyo tamaño y características los han convertido en un ejemplo de malas prácticas relacionadas con el manejo de especies exóticas invasoras en el país y del riesgo de la movilización no controlada de organismos con potencial invasor.

 

Hipopótamos en Antioquia (Hippopotamus amphibius) ©Archivo El Tiempo/ Guillermo Ossa. Pablo Escobar, el infame narcotraficante, introdujo hipopótamos en Colombia en la década de 1980. Estos animales, que formaban parte de su extravagante zoológico privado, se fugaron y se convirtieron en una presencia peligrosa en los cuerpos de agua colombianos. Esto plantea desafíos únicos en términos de manejo y conservación en el país. 

Aunque menos mediáticas, otras especies como los ratones y ratas domésticas pueden ocasionar problemas económicos o de salud pública. Estos roedores suelen ser vectores de enfermedades y causan daños en cultivos o granos almacenados para consumo humano. En consecuencia, y debido al desconocimiento de métodos para su identificación, las especies nativas de roedores también son perseguidas. Los hechos que ocasionaron la introducción de estos animales en el territorio son, en teoría, fortuitos. Pero, en cuanto a los hipopótamos, la colonización de parte del río Magdalena ocurrió por escapes de las zonas donde eran mantenidos en cautiverio a manera de zoológico privado.

El manejo inoportuno del control de los individuos escapados llevó a un incremento en el tamaño poblacional y a la colonización de otras áreas a lo largo del Magdalena. Recientemente, se ha sugerido que otras especies de grandes mamíferos como el chital (Axis axis) siguieron un proceso similar al de los hipopótamos y, a la fecha, cuentan con amplias poblaciones cimarronas en el valle del río Magdalena. Esta situación es el resultado de la globalización, que ha influido en la movilidad de especies fuera de sus áreas de distribución natural.

¿CUÁNTAS ESPECIES INTRODUCIDAS E INVASORAS HAY EN COLOMBIA?


La cifra de especies introducidas en Colombia ha aumentado en los últimos años. Sin embargo, el total de especies invasoras aún no está claro, ya que incluye invertebrados, vertebrados y plantas. Aunque las especies más reconocidas suelen ser de gran tamaño, también existen especies de talla pequeña entre las introducidas y las exóticas invasoras. Casos puntuales, como el de los caracoles africanos (Achatina fulica), destacan entre los invertebrados exóticos e invasores. La introducción de estos moluscos ocurrió en la primera década del presente siglo, aparentemente por la región amazónica, con fines comerciales tanto para alimentación como para el uso medicinal a partir de creencias no confirmadas.

Entre las plantas, resaltan especies que ingresaron al país para ser parte de jardines, pero se convirtieron en plagas locales. Por ejemplo, el ojo de poeta (Thunbergia alata), nativa de África y cuya fecha exacta de ingreso se desconoce, tiene usos ornamentales. Esta planta presenta un riesgo alto de invasión y es común y está ampliamente documentada en la zona andina. Más de 40 especies de plantas, entre hierbas, árboles y arbustos, son consideradas como de alto riesgo de invasión. Muchas de estas fueron importadas para diversas actividades, desde la alimentación del ganado hasta la creación de cercas vivas, como ocurre con el retamo espinoso (Ulex europaeus), entre otros usos.

Para los vertebrados, la documentación destaca especies de peces traídas con fines ornamentales o comerciales que escaparon o fueron intencionalmente sembradas. Un caso particular es la trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss), que goza de una gran popularidad local y fue introducida deliberadamente en ecosistemas hídricos altoandinos, andinos y subandinos. Su efecto sobre las poblaciones de peces andinos nativos (y otros grupos de vertebrados e invertebrados asociados al agua) fue alto, llegando al punto de generar un desconocimiento generalizado sobre la riqueza de peces en muchos de estos ecosistemas del país. 

Entre los anfibios resaltan especies como la rana toro (Aquarana catesbeiana) que fue introducida posiblemente como fuente alternativa de alimento, pero su escape o liberación la convirtió en una depredadora exitosa de numerosas especies nativas. Para los reptiles, se han documentado algunas especies de gecos (Hemidactylus spp.) que, al parecer, ingresaron por accidente a través del transporte marítimo y colonizaron varias localidades de los Andes.

Las aves no son ajenas a esta realidad y también hay especies que fueron mantenidas en cautiverio y luego liberadas de forma intencional, o que escaparon para formar poblaciones invasoras. Además del ya mencionado ejemplo de las palomas domésticas, otras especies como el capuchino tricolor (Lonchura malacca) poseen poblaciones establecidas en la geografía nacional.

En cuanto a los mamíferos, especies inicialmente mantenidas como animales de uso han sido parte de los casos más mediáticos en Colombia. Con respecto a los hipopótamos, muchos actores no relacionados con el campo de la biología han opinado y sugerido rutas para su control, incluso y paradójicamente, por encima del concepto de expertos que piden el control inmediato de los individuos presentes en el río Magdalena.

Todos esto nos lleva a reflexionar sobre la importancia de realizar estudios adecuados al transportar, liberar o utilizar animales y plantas exóticas en zonas donde no son nativas, a pesar de las diversas razones que puedan motivar su transporte (gustos, modas, factores económicos, etc.) Por otra parte, resulta fundamental evaluar los riesgos asociados al establecimiento de estas especies y los problemas adicionales que pueden causar al ser movilizadas fuera de sus áreas naturales. Se hace evidente la necesidad de implementar estrategias de educación ambiental para abor- dar esta problemática que afecta de manera considerable a los recursos y al patrimonio natural de Colombia.  


*Departamento de Ciencias Biológicas y Centro de Museos, Museo de Historia Natural. Universidad de Caldas.