Hoy, según Colombia Fintech, existen  322 empresas relacionadas con  estos servicios. Ilustraciones IStock.
Hoy, según Colombia Fintech, existen 322 empresas relacionadas con estos servicios. Ilustraciones IStock.
2 de Mayo de 2023
Por:
Redacción Revista Credencial

Credencial habló con dos de los autores del recién lanzado libro Universo Fintech: Reinventando nuestra relación con el dinero. La regulación de los emprendimientos digitales y cómo pagarán sus impuestos aún son frentes sin resolver del todo.

Lo fintech: así son nuestras nuevas billeteras

*Artículo publicado en octubre del 2022

¿Qué es FINTECH? El interrogante sigue siendo común pese a que se trata de un terreno económico que, herramienta por herramienta, app por app, servicio por servicio, se perfila ya como la manera más práctica en la que interactúan personas y negocios no presenciales. Pagar bienes y servicios, incluso de montos mínimos, es cada vez más común mediante el número celular. Asimismo, recurrimos crecientemente a plataformas de economía colaborativa —tipo Airbnb— y de crowdfunding; invertimos dinero mediante el uso de aplicaciones virtuales con la esperanza de obtener rendimientos y, además, pedimos créditos sin pisar una sucursal bancaria.

Fintech es, entonces, todo aquello donde se une tecnología con finanzas. Con frecuencia las personales, pero no exclusivamente: el B2B también recurre a ello. Y en ese universo, la pandemia tuvo un impacto previsible, pues la economía —y en particular la más popular— siguió marchando gracias a estas herramientas, pese a los encierros. Hoy, según Colombia Fintech, existen 322 empresas relacionadas con estos servicios “con más de 9.000 personas empleadas en el sector y con un 76 % en el país que usa este tipo de soluciones financieras”.

Erick Rincón Cárdenas
Expresidente de Colombia Fintech y director del TicTank de la Universidad del Rosario, donde se analizan los impactos de la tecnología en las dimensiones de la economía, la ingeniería y el derecho.

Las superintendencias y demás entes públicos que vigilan y regulan lo Fintech ¿Sí se actualizan en paralelo con las búsquedas y necesidades de los emprendimientos, o hay poca sincronía?

Es que lo fintech comprende dos posibilidades de aplicación: por un lado, está la tecnología financiera desarrollada desde los mismos actores tradicionales, es decir, los bancos que han ofrecido, hasta ahora, servicios de manera convencional. El esfuerzo de regulación ha sido muy importante para esos actores, pues les ha permitido habilitar otros servicios y desarrollos para que, de esa manera, puedan seguir creciendo. Pero, por otro lado, están los nuevos actores: los emprendedores digitales a los que no se les da el mismo tratamiento. Estos no acceden a un marco jurídico habilitante —o todavía no—. Y ahí la regulación no debe ser únicamente la financiera: le atañe al Ministerio de Comercio —el más interesado en que, por poner un ejemplo, haya soluciones de financiamiento alternativo en la sociedad—, pero también al Ministerio de las TIC, pues este es el que busca que existan mayores habilidades digitales en la población. Ahí es donde está el problema. No en los actores tradicionales, que ya tienen un adecuado marco regulatorio, sino en el emprendimiento digital.

Lo fintech está siempre amenazado por criminales que se las ingenian para robar ya sea al cliente o al negocio ¿Qué tan grande es esa amenaza en Colombia?

En la medida en que la sociedad se ha digitalizado, sufre ataques permanentes. Las bandas delincuenciales son creativas y se han sofisticado con audacia en lo que tiene que ver con la tecnología. Tanto así que incluso la verificación con huella dactilar ya la están emulando: hacen huellas sigilares o cosas de ese estilo. La delincuencia va de la mano con la implementación tecnológica.

Uno cree que lo fintech le salvó la vida a mucha gente en la pandemia ¿Cuáles segmentos fueron claves durante la emergencia sanitaria?

Antes de la pandemia, en Colombia, teníamos 13 millones de billeteras digitales activas, y hoy en día son 28 millones. Se disparó el modelo de dispersión de pagos vía billeteras digitales, las más utilizadas de las cuales son las de los bancos. Además, se disparó el financiamiento alternativo vía crédito digital, con préstamos de bajo monto: 300.000 pesos para pagar un mercado, 500.000 pesos para un arriendo, etcétera. Hoy son 90 actores de crédito digital fintech en Colombia, que son los que irrigan liquidez al mercado, algo importante para quienes no pueden acceder a servicios tradicionales.

De cara a la reforma tributaria del Gobierno de Gustavo Petro ¿cuáles segmentos de lo fintech considera más sensibles en el frente de los impuestos?

Yo creo que lo más importante ahí es que es muy distinto una empresa en etapa temprana, impulsada por un emprendedor, que una que ya es madura. Esta reforma, y en general los tributos, deberían reconocer que las compañías, para lograr su maduración, necesitan de tiempo: a veces un año, dos, tres, cuatro, los que sean necesarios. Lo que uno ve, con mucha tristeza, es que esta reforma no hace esa diferenciación, sino que genera una carga inmediata para el emprendimiento que le puede ser demasiado aflictiva.

Y al sol de hoy ¿existen los espacios de diálogo con Hacienda, con DIAN, etcétera?

Yo diría que sí. Varios gremios están trabajando en desarrollar iniciativas que permitan esos reconocimientos. Pero también hay que ver bien si este será un trámite legislativo exprés que obligue a moverse muy rápido. Lo importante es que el Gobierno entienda que debería haber una carga tributaria diferenciada para que, de alguna forma, el emprendedor o la empresa en etapa temprana no se vea afectada por una carga tributaria que va a ser imposible de sostener.

 

Leopoldo Romero Gálvez
CEO de Cheviplan

¿Cómo ha transformado lo fintech a la cultura corporativa, tanto internamente como de cara al consumidor?

En Chevyplan, la cultura de liderazgo ha cambiado drásticamente, así como ha ocurrido en otras compañías. Hoy, se basa más en que la gente ‘crea’ en algo, en que se inspire; ya no es la del poder impuesto, la de cumplir un horario ni de hacerle seguimiento al empleado. Se trata más bien de cómo tú sientes que la compañía en la que estás trabajando está alineada a tus propósitos. Chevyplan se había quedado un poco estancada en el convencimiento de tener un mercado cautivo. Pero la gente no estaba inspirada alrededor de lo que hacemos. Y luego, cuando se dio cuenta de que su función es acercar a las personas a cumplir el sueño de tener un vehículo a través de una figura distinta al crédito, la magia se produjo.

La gente habla mucho de la transformación digital y paga asesorías y consultorías; van a cursos en grandes universidades y creen que eso es sofisticadísimo. Pero la transformación digital empieza por un tema cultural, en la gente. En que no es necesario ir a trabajar a una oficina de 8 a 5, sino que se puede ir a trotar a las 10 de la mañana y, a la vez, dar el mejor resultado posible, teniendo al cliente contento.

Hacia afuera también ha sido una maravilla. Tenemos la ventaja de no ser una entidad financiera, entonces nos hemos acercado a la gente sin la vanidad típica del sistema financiero tradicional, de donde, incluso, vengo yo. El banquero parte del lugar de: “Tú me necesitas y este es el producto que hay”, y esa aproximación está mandada a recoger. Hemos cambiado drásticamente nuestro modelo de negocio para acercarnos con atributos de producto, con mejor experiencia, con tecnología.

Se cree que el fenómeno fintech tiene que ver con compañías nuevas, pero en realidad ha sacudido a todos.