Los migrantes venezolanos representan 5 % del total de los habitantes de Bogotá. Además, son 88 % del total de extranjeros en la ciudad. Fotos: Shutterstock
Los migrantes venezolanos representan 5 % del total de los habitantes de Bogotá. Además, son 88 % del total de extranjeros en la ciudad. Fotos: Shutterstock
6 de Junio de 2024
Por:
Maria Fernanda Herrera*

Solo en Bogotá viven más de 600.000 migrantes venezolanos. Ese influjo no solo enriquece las capas culturales de nuestra sociedad; también, representa oportunidades macroeconómicas considerables. 

El invaluable aporte de los 'panas'

 

 

RECIENTEMENTE, un borrador de resolución publicado por la Cancillería Colombiana reavivó la controversia que genera el fenómeno de migración venezolana a territorio colombiano.

 

 

La resolución, que más tarde fue desestimada por el propio presidente Gustavo Petro, advertía la exigencia de un pasaporte vigente a venezolanos con permanencia en el país, un documento que costaba 200 dólares. Quienes ya habitan territorio colombiano, debían tramitarlo en uno de los cuatro limitados consulados de Venezuela en Colombia o regresar a su país de origen para renovarlo.

Como era de esperarse, la retirada iniciativa provocó que algunos colombianos agitaran a las ya habituales dinámicas divisorias. Quienes rechazan la masiva recepción de nuestros vecinos, insisten en que esta última solo amenaza con precarizar aún más la empleabilidad, la salud y la seguridad de Colombia: clásica xenofobia, de la que, dicho sea de paso, miles de colombianos han sido víctimas en el exterior. Y por otro lado, la academia, organizaciones no gubernamentales y hasta el sector privado, no dudan en resaltar los beneficios y oportunidades que ese influjo le trae a la economía colombiana.

MOVIMIENTOS DEMOGRÁFICOS

Desde 2010, el fenómeno descrito no ha parado de escalar a razón de la severa crisis económica, política y social que aqueja al país vecino. Según la Organización Internacional para las Migraciones, en enero de 2024, más 7,7 millones de venezolanos ya habían tomado la decisión de desplazarse a otras naciones.

De acuerdo con datos de Migración Colombia, el número de migrantes venezolanos en el país alcanzó su nivel más alto en diciembre de 2022 y desde entonces ha mostrado una tendencia decreciente. Entre 2022 y 2023, se observó una disminución del 1,1 %, lo que representa una baja de 32 mil personas, siendo la primera disminución en diez años.

“Ya los venezolanos no ven a Colombia como un objetivo de migración, sino que, en este momento, la gran mayoría de quienes están saliendo de Venezuela, y algunos de los que estaban en terceros países —como Perú, Chile y Ecuador—, han tomado la ruta hacia los Estados Unidos”, agrega Ronald Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario.

En cuanto a la distribución de la población venezolana establecida a lo largo del territorio colombiano, Bogotá cuenta con, aproximadamente, 602 mil habitantes; le sigue Medellín, con 240 mil; Cúcuta, con 218 mil; Barranquilla, con 140 mil; y Cali, que cierra el top 5 de las urbes con mayor número de migrantes, con 130 mil.

EN CIFRAS

La migración venezolana ha contribuido significativamente a la economía colombiana a través de impuestos directos e indirectos, sumando, en 2022, un total de 529 millones de dólares, lo que equivale al 1,91 % del ingreso total de impuestos recaudados a personas naturales en Colombia.

De esta cifra, destacan los aportes a salud que suman más 290 millones de dólares y el recaudo del IVA a la población venezolana, que se calcula en unos 203 millones de dólares, según datos del Estudio de Impacto Fiscal de la Migración Venezolana en Colombia realizado por la OIM.

Según la misma organización, la recaudación tributaria tendría la posibilidad de aumentar por concepto de impuestos directos e indirectos provenientes del ingreso y consumo de la población venezolana residente en Colombia, con un potencial de generar cerca de 804 millones de dólares. Un logro que requeriría mayor compromiso del Gobierno colombiano en desarrollar normativas que formalicen la situación laboral de los migrantes en condición de informalidad e irregularidad. Según las estimaciones de la Plataforma Nacional de Coordinación Interagencial de respuesta a venezolanos en Colombia, el número de esos extranjeros con vocación de permanencia podría ascender a más 2,94 millones al cierre de 2024, cifra requerida para llegar a la meta de recaudo proyectada.

EN BOGOTÁ

La fotografía de la población venezolana en la capital de Colombia es interesante para muchas de las organizaciones internacionales comprometidas con el seguimiento de dichos migrantes, no solo porque representan 5 % del total de los habitantes de Bogotá, sino que, además, son 88 % del total de extranjeros en la ciudad, según el más reciente estudio de la organización Bogotá Cómo Vamos.

 

"El bono demográfico que viene de Venezuela frena el envejecimiento de nuestra población".

Mejorar sus oportunidades ha sido uno de los objetivos que se han fijado diferentes organizaciones gubernamentales y otras instituciones, pues, según datos del mismo estudio, 62,2 % de migrantes venezolanos que viven en Bogotá lo hacen en la pobreza y 65 % viven en los estratos socioeconómicos 1 y 2.

“La condición cultural ha sido uno de los principales obstáculos: hay que hacer educación y sensibilización a la población colombiana, no solo en el sector empresarial, sino también a nivel de la cultura ciudadana”, asegura María Osorio, directora ejecutiva de la Asociación Colombiana de las Micro, Medianas y Pequeñas empresas (ACOPI) en Bogotá. La representante gremial señala que los migrantes venezolanos cuentan con conocimientos y experiencia laboral, factores que pueden ayudar a apalancar el crecimiento productivo de la capital colombiana. “Hay una formación para el trabajo previa y eso da una garantía de que puedan vincularse con una capacidad diferente. La otra característica que creo que se debe aprove- char por parte de Colombia es que hay una gran cercanía cultural, eso también permi- te que las adaptaciones sean más fáciles”.

La apertura comercial con el vecino país también se ha convertido en una oportunidad, sobre todo para aquellos migrantes que han logrado emprender o que buscan hacerlo, ya que al conocer el mercado venezolano pueden llegar a exportar sus productos. “Esa reactivación de la frontera nos va a permitir recuperar un mercado importante y, por tanto, a las personas que emigraron también les da ‘chances’. Pueden plantear negocios que incluso terminan siendo de doble vía de beneficio, tanto para el sector de la economía venezolana como para Colombia, entonces creo que ahí hay una oportunidad que todavía habría que seguir explorando”, indica Osorio.

 

En 2022, el recaudo del IVA a la población venezolana se calculó en unos 203 millones de dólares. 

Otra de las ventajas que ofrece la migración es que gran parte de las personas que llegan son jóvenes, lo que representa un bono poblacional para el país. Esto podría ayudar a costear las pensiones de los colombianos mayores y de generaciones futuras.

Según el vocero del Observatorio de Venezuela, “particularmente, Bogotá puede encontrar una mano de obra que va a ser muy valiosa en el largo plazo para que la ciudad siga creciendo económicamente, ya que hoy en día hay muchas familias que no quieren tener hijos y eso lleva a un envejecimiento de la población”.

Y agrega: “Lo que frena ese envejecimiento de forma considerable es el bono demográfico que nos llega de Venezuela, pero es uno al cual hay que hacerle una inversión social, porque mantener o retener esa mano de obra va a repercutir en que la ciudad pueda seguir funcionando dentro de una dinámica de óptimos, es decir, que esa población llegue a cubrir plazas laborales que a la población colombiana no le interesan”.

Cada vez queda más claro que Colombia deberá enfocarse en mejorar la orientación legal y migratoria en ciudades y municipios. Para las organizaciones comprometidas con los impactos y el desarrollo del fenómeno migratorio proveniente de Venezuela, se vuelve crucial trabajar conjuntamente para crear e implementar programas que permitan avanzar hacia una inclusión social efectiva que se traduce en mayores beneficios económicos, que harán de Colombia un territorio más resiliente, emprendedor y con un variado tejido productivo.

 

*Periodista de Economía en Valora Analitik.