Chamán caras lindas Diseño: Zecarrillo Tallado sobre linóleo por Dilan Franco
Somos Afro Diseño: Zecarrillo Tallado sobre linóleo por Jaime García
La sucursal del chontaduro Diseño y grabado sobre linóleo por Dilan Franco
Soy porque somos Composición con tipos sueltos y tallado sobre linóleo por: Guache
Memorias 1 Diseño: OtraLópezMás Tallado sobre linóleo por Dilan Franco
Progreso Diseño y grabado sobre linóleo por: Vlocke negro
Emberá Diseño: Zecarrillo Tallado sobre linóleo por Dilan Franco
Madre selva Diseño: Zecarrillo Tallado sobre linóleo por Dilan Franco
Piel Roja Diseño: OtraLópezMás Tallado en linóleo por LoQueHaceLaPlata
Trópico Colombia Diseño: Zecarrillo Tallado sobre linóleo por Dilan Franco
Escuchando el cielo Diseño: Santi Pozzi Tallado sobre linoleo por Dilan Franco
Mi gato se está quejando Composición tipográfica y grabado sobre linóleo por Catalepcia
Salsa brava Diseño y tallado sobre linóleo por Zecarrillo
Ron pa’ todo el mundo Diseño y grabado sobre linóleo por Dahecivan
Amor y control Diseño: Dahecivan Tallado sobre linóleo por Olmedo Franco
Ármate de sueños Diseño: Zecarrillo Tallado sobre linóleo por Jaime García
Mayolo: Carne de tu carne Diseño: Zecarrillo Tallado sobre linóleo por Dahecivan
La linterna que no se apaga
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EN CALI, al pie de la Colina de San Antonio, hay una imprenta tipográfica que encontró la fórmula para evadir las fauces, letales para la tinta y el papel, de la comunicación digital. Todos hemos sido testigos de la masacre en esa industria: los carteles de ‘pegotero’ dejaron de ser la norma en el espacio público cuando este último no fue más la calle, ni los postes ni los muros urbanos, sino que pasó a estar —en abstracto, simulado— en las pantallas de los celulares. Aun así, y como reza el lema del negocio, “La Linterna resiste”, pues resistió a la digitalización, pero también sobrevivió a leyes adversas como aquella con la que, en 2016, el exalcalde de Bogotá Enrique Peñalosa quiso ‘descontaminar’ visualmente a la capital, ciudad destinataria del 90% de sus carteles.
¿Cuál es el secreto de La Linterna, que hoy hace envíos a todo el país y que se convirtió en un destino turístico en la capital del Valle? La respuesta conmueve: la aceptación de lo propio. La revaloración de lo tradicional. El ennoblecimiento del oficio. Ese fue el camino encontrado por los actuales capitanes del negocio, tres exempleados del lugar, que saben bien cómo hablarles a sus dos máquinas —la Marioni francesa, fabricada en 1870, y la Reliance neoyorquina, de 1880— para que jueguen en ese fabuloso universo gráfico bidimensional, para que produzcan milagros en tintas superpuestas.
Los diseños son aportes de jóvenes creativos que mueven a La Linterna desde la mera elaboración de anuncios hasta los toldos del arte y la cultura.