Jim Amaral en tres dimensiones

QUIZÁ PAREZCAN tener respuestas obvias, pero frente a la obra escultórica de Jim Amaral (California, EE. UU., 1933) no podemos evitar hacernos algunos interrogantes: ¿Estamos ante texturas más que de volúmenes y formas? ¿Les aplica mejor el concepto de ilustraciones que el de esculturas, suponiendo que estas fueran ideas excluyentes? ¿Tenemos la impresión de que se trata de una obra conceptual más que figurativa? ¿Hay en estas piezas una rusticidad espontánea y orgánica o, por el contrario, una premeditada y delicada elegancia?

A finales de la década de 1950, Amaral llegó a Colombia proveniente de Estados Unidos para echar raíces en nuestro país de la mano de su pareja, la también artista Olga de Amaral, cuya exploración en el arte textil es un referente obligado en ese nicho creativo. Desde entonces, él se dedicó a explorar soportes y lenguajes diversos. Por ejemplo, en los años sesenta, sus dibujos y pinturas con alusiones eróticas irrumpieron en el entorno conservador bogotano de entonces. Sus dedos hicieron danzar pinceles húmedos con acuarela, así como untados de acrílico y óleo: de sus días más pictóricos’ recordamos obras con aire surrealista en las que, por ejemplo, pezones y genitales juegan con otros rincones de la piel humana. Y ante todo, dichas alusiones están hechas con sencillez, sin pretensiones de excesiva complejidad.

Y luego, la obra escultórica de Amaral, sobre todo aquella desarrollada en las últimas tres décadas, parece denotar una madurez que, aunque no ausente en sus soportes bidimensionales, es contundente. La rusticidad y carácter orgánico del bronce es aprovechada, pero con control; asimismo ocurre con cuán figurativa es cada obra, con sus alusiones al cuerpo humano, que son genéricas y, entonces, no le hablan a un individuo ni de ninguno de ellos, sino a la especie entera. Para corroborar lo anterior existe la posibilidad de acercarse —entre otros— a la esquina de la carrera 7 con calle 72, en Bogotá, donde, al pie del edificio de la Bolsa de Valores, tres grandes figuras aladas de Jim Amaral, hechas en bronce, parecieran surcar un espejo de agua. También se puede corroborar en la Galería La Cometa, que representa al artista.
Fotos cortesía: Galería La Cometa. 

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Jim Amaral en tres dimensiones