Cuando Cartagena se sienta a pensar

La artista Ruby Rumié lleva a Nueva York su más reciente obra: una reacción a la ausencia del Caribe en las láminas de la comisión corográfica encargada a Agustín Codazzi en 1850.

MENOS MAL que al Callejón Angosto —porque sí que lo es— no pueden entrar los vehículos que tanto merodean en torno al sector de Getsemaní, en la Cartagena patrimonial. La estrechez de la callecita garantiza que frente al portón de madera de la casataller de Ruby Rumié no pasen carros ni busetas. Eso sí: desfilan cientos de turistas de lento caminar. Se les ve fascinados por el arte urbano en las paredes, por el patrimonio urbanístico y por las sombrillas de colores que, suspendidas en el aire, ofrecen un sombrío insuficiente. Si supieran que detrás de ese portón, del de Ruby, está uno de los espacios más reflexivos de la ciudad de Cartagena.

¿Y qué tipo de reflexiones tienen lugar allí? En la mente y obra de esta artista multimedial confluyen dos caras de la semilla creativa, dos fuentes. Por un lado, la mujer examina su espacio interior, aquello que le acontece entre pecho y espalda, un ejercicio costoso para cualquiera, pero que uno agradece como receptor: tan individuales en apariencia, esas ‘confesiones’ del creativo nos resultan universales porque resonamos en ellas.

Y por otro lado, una buena parte de las indagaciones de Ruby están enraizadas en su espacio social, en la comunidad de la que ella hace parte. Y por eso, en su obra no solo reverbera esta mujer, sino que también lo hace el Caribe y, con especial fuerza, la ciudad de Cartagena: su afortunado caos étnico y cultural, y su desafortunado caos económico. Sus procesos de gentrificación —como el que sigue teniendo lugar en Getsemaní— y su autorreconocimiento.

REVISTA CREDENCIAL le hace un homenaje a la constancia de Ruby Rumié, activa sin descanso desde principios de la década de los ochenta, cuando cimentó lo que es un verdadero dominio de los oficios del dibujo y la pintura. Y es que da gusto descubrir esa maestría técnica en una artista que, hoy, indaga con fuerza en el frente conceptual. En las siguientes páginas destacamos tres obras resultantes de dispendiosos procesos de búsqueda. Por un lado está Nosotros 172 años.

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Cuando Cartagena se sienta a pensar