Foto: Creative Commons
Foto: Creative Commons
17 de Mayo de 2024
Por:
Mauricio Romero

De los corsés torturadores se pasó, tras siglos de espera, a los sujetadores de hoy, que son como una segunda piel. 

La historia del brasier

 

 

Siglo IV a. de C. El mosaico de la Chica del biquini, una obra encontrada en la Villa Romana del Casale, en Sicilia, muestra a varias mujeres que lucen bandas de tela sobre el busto, a manera de sostén.

 

 

1430. Durante el Renacimiento, las mujeres utilizan prendas de soporte para realzar y moldear sus siluetas, incluyendo corpiños primitivos, a menudo elaborados con materiales rígidos como el metal y el cuero.

1800. El corpiño evoluciona hacia el corsé, una prenda más estructurada que se vuelve popular en la moda femenina de la época victoriana. Moldea la figura, reduce la cintura y realza el busto, con frecuencia a costa de la comodidad y la salud.

1907. El diseñador y modisto francés Pierre Poiret crea el primer sujetador moderno. No obstante, no figura como su inventor oficial por no haberlo patentado ni haber sabido vender la idea del nuevo producto.

 

1913. Mary Phelps Jacob, una aristócrata estadounidense, obtiene la primera patente al respecto. Su diseño consiste en dos pañuelos unidos por cintas de raso, lo que crea una alternativa más cómoda y práctica que el corsé.

1914. La empresa Warner Brothers Corset Company introduce el primer sujetador comercialmente producido, conocido como brasier.

1920. La moda flapper de los años veinte promueve una silueta más plana y juvenil, lo que lleva a una demanda de sostenes que ofrecen menos soporte que los corsés tradicionales.

 

 

1930. Se introducen materiales elásticos, lo que permite una mayor comodidad y ajuste.

1941. Durante la Segunda Guerra Mundial, la escasez de materiales lleva a la fabricación de sujetadores con menos tela, lo que resulta en diseños más simples y funcionales.

1950. Se populariza el brasier con aros, que ofrece un mayor soporte y modelado. También se lanzan los brasieres acolchados y con relleno para realzar el tamaño y la forma del busto.

1952. Crean en Estados Unidos brasieres inflables para dar la sensación de un busto más grande. Estas prendas son utilizadas por celebridades como Marilyn Monroe.

1960. La revolución sexual y el movimiento feminista influyen en la moda y dan lugar a sujetadores más libres y naturales. El brasier sin aros, conocido como ‘bralette’, se vuelve popular entre las mujeres que buscan comodidad y libertad de movimiento.

1968. A raíz del concurso de Miss America, calificado de machista, unas 400 mujeres se manifiestan en contra y comienzan a quemar brasieres, considerados un símbolo de opresión. En la marcha participan celebridades como la cantante de música country y actriz Dolly Parton.

1970. Se popularizan los sujetadores deportivos, diseñados específicamente para proporcionar soporte durante la actividad física.

1977. El estadounidense Roy Raymond funda Victoria’s Secret, una cadena de tiendas de lencería. Raymond se suicida en 1993 luego de vender la empresa por 4 millones de dólares y darse cuenta de que valía mucho más.

1980. Los brasieres ‘balconette’, que levantan y separan el busto, se popularizan. Comienzan a aplicarse con más rigor encajes y detalles decorativos.

1990. La cantante Madonna vuelve a poner de moda el brasier cónico, estilo torpedo, típico del Hollywood de los años cuarenta, durante su gira de conciertos Blond Ambition Tour.

1992. Se comercializan los sostenes sin relleno y de estilo minimalista. Los sujetadores de encaje y estilo ‘bralette’ experimentan un resurgimiento en popularidad entre las mujeres jóvenes.

2002. El sostén continúa evolucionando con una variedad de estilos, materiales y tecnologías innovadoras. Desde sujetadores deportivos de alto rendimiento hasta sin costuras ni tirantes.

2018. El científico mexicano Julián Ríos Cantú crea un brasier con la capacidad de detectar el cáncer de mama mediante sensores de temperatura corporal.

 

2024. El sujetador True Love Tester, de la compañía japonesa de lencería Ravijour, incorpora sensores que reconocen las variaciones en el ritmo cardiaco de la usuaria. Además, el broche frontal solo se abre cuando la usuaria experimenta“amorverdadero”.