Foto: iStock
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16 de Mayo de 2024
Por:
Liliana Escobar*

Hacerlo bien evita problemas de espalda y cuello, de insomnio y de pérdida de masa muscular en adultos mayores, incluso, ayuda a regular los calores provocados por la menopausia. 

¿Cómo ‘carajos’ escoger una almohada?

 

LA RELACIÓN de una persona con su almohada es de las más personales e íntimas que tiene a lo largo de su vida. Puede parecer exagerado, pero la realidad es que, teniendo en cuenta que son entre seis y 10 horas al día las que pasamos con la cabeza apoyada en una, por eso, al momento de elegir la almohada correcta deben entrar en juego factores como altura, peso, posición en la que duerme y temperatura corporal de quien la compra.

Si bien por años se ha hablado de que hay que comprar un buen colchón para asegurar un descanso saludable, diferentes estudios han encontrado que de nada sirve comprar el colchón más caro del mercado si la almohada no es la indicada. De acuerdo con la Dra. Sudha Tallavajhula, directora médica del Neurological Sleep Medicine Center en Houston, Estados Unidos, “hallar la almohada apropiada a menudo marca la diferencia entre las perturbaciones del sueño y una noche de sueño reparador, sin dolor de cuello o espalda cuando la persona se despierta”.

Por su parte, su homóloga en Nueva York, Ana Krieger, aseguró en una entrevista reciente que, “aunque parezca increíble, una almohada puede ayudar a aliviar parte de los desórdenes del sueño, ya que el calor es un factor que puede evitar que se tenga un descanso reparador, por lo que lo mejor es una almohada cómoda y fresca que ayude a reducir la temperatura corporal”. A eso se suma un estudio publicado por la Sociedad de Investigación de Desarrollo Infantil de Estados Unidos, que durante un año siguió a un grupo de 427 adolescentes y sus comportamientos del sueño. Allí se encontraron casos de ansiedad e insomnio en personas de entre los 10 y 16 años que no usaban almohadas.

Entonces para elegir la más apropiada, se debe partir de que el objetivo principal de este elemento de cama es sostener de manera correcta la cabeza para que el cuello quede alineado con la columna. El dolor en las cervicales —la parte más alta de esta última— suele estar causado por una tensión en los músculos de esa zona. En algunas ocasiones también puede deberse a un nervio pinzado o una hernia de disco en la columna cervical, que es el término médico que se utiliza para designar las vértebras que forman el cuello.

“La alineación de la columna durante el sueño puede verse significativamente afectada por la forma y la altura de la almohada”, explica Juan José Rondón, ortopedista y cirujano de columna, por lo que recomienda que antes de llegar a un almacén y preguntar por materiales y tamaños, es necesario que cada persona sea consciente de que las dolencias que tiene al estar despierta pueden continuar en la noche e interrumpir el sueño. Así que conocer sus hábitos y necesidades al dormir es el primer paso. Estirar antes de acostarse, saber si ronca, si sufre de insomnio o si, por ejemplo, se mueve mucho dormida y cambia constantemente de posición.

Si duerme de lado, la recomendación es usar dos almohadas. Una gruesa y firme que alinee cabeza, cuello y columna, cuya altura debe ser equivalente a la del espacio entre la oreja y el hombro, y otra para colocar entre las piernas, de manera que evita la presión sobre las rodillas y las caderas. Si por el contrario, usted duerme boca abajo, lo que necesita es una almohada delgada o suave para evitar que el cuello se arquee hacia atrás. En algunos casos puede beneficiar colocar otra debajo del abdomen para dar apoyo a la parte más baja de la espalda. Quienes duermen en un sinfín de posiciones, deben considerar una almohada ajustable que les facilite variar altura y firmeza al agregar o sacar relleno. Lo que no se le recomienda a nadie es dormir entre una pila de almohadas. 

 OTROS CONSEJOS

Como en toda relación, una vez elegida la almohada correcta es importante cuidarla y así alargar su vida útil, la cual puede extenderse hasta unos cinco años. Airéela una vez a la semana y dele la vuelta a menudo para evitar que acumule ácaros y se deforme. Asegúrese de que se pueda lavar, para hacerlo una o dos veces al año. Tampoco se vaya por la más económica. A la hora de dormir bien y cuidar su salud, recuerde que “lo barato sale caro”, así que tómese el tiempo necesario para elegir la correcta. Pruebe varias antes de salir del almacén y, una vez la compre, no la comparta con nadie. Su almohada es suya y de nadie más.

EL DISEÑO IMPORTA

 

Lo relativo a la relación columnacuello también está determinado por los distintos tipos de almohadas y los materiales con que se rellenan. A continuación, los más comunes. 

 

• La almohada cervical u ortopédica es especial para las personas que sufren molestias en el cuello, ya que deja un hueco o hendidura en la zona del cráneo para adaptarse al contorno del cuello y evitar que se presente dolor en la noche. 

• La prenatal es para cuando las mujeres embarazadas entren al segundo trimestre y el vientre empiece a ensancharse. 

• Las sintéticas, hechas con fibra de poliéster, son blandas, por lo que son recomendadas para personas muy delgadas y para niños. 

• Las de espuma, que normalmente están hechas de poliuretano y entre las que se encuentran las “efecto memoria”. Son ideales para quienes duermen de lado, ya que mantiene la forma de la cabeza y cuello. No recomendable para quienes se mueven mucho mientras duermen. 

• Las de plumas, que son de oca o de pato, brindan un relleno blando que, aunque se deforma, vuelve rápidamente al punto de partida. Es recomendada para personas que duermen boca abajo y prohibidas para personas muy robustas o que se muevan mucho al dormir. 

• Las de látex, que al ser sintético, de origen natural o mezcla de ambos, sujeta correctamente la cabeza, lo que la hace muy adecuada para quienes duermen de lado o para personas corpulentas. El látex admite bien los movimientos. Se recomienda para quienes sufren de alergias a los ácaros. 

• Las de enfriamiento son especiales para las mujeres en la menopausia. Entre 50 y 70 % de las mujeres presentan calores nocturnos debido a la bajada de los niveles de estrógeno que las lleva a despertarse en la noche con exceso de sudoración. 

• Las almohadas para moldear la cabeza no deben usarse para bebés. De acuerdo a un estudio de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, estas crean un entorno de sueño poco seguro, ya que puede contribuir al riesgo de asfixia y muerte. 

 

 

*Periodista y editora.