Foto: iStock
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6 de Mayo de 2024
Por:
Zamira Caro Grau

Consejos para garantizar que tanto la clínica escogida como el especialista responsable cuenten, realmente, con credenciales suficientes para realizar cada procedimiento. 

Elegir cirujano estético: una cuestión delicada

EN 2024, Cartagena será la ciudad anfitriona del Congreso Mundial de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS, por sus siglas en inglés), que se llevará a cabo del 11 al 15 de junio. La locación no es una sorpresa, teniendo en cuenta que Colombia figura entre los diez países donde se realizan más cirugías de este tipo en el mundo, según datos de la encuesta realizada anualmente por ISAPS. De hecho, los datos correspondientes a 2022 —los más recientes— ubican al país en el puesto número nueve, con un total de 732.783 procedimientos realizados. Los más populares en la categoría de quirúrgicos son la liposucción, con 17,1 %; el aumento de senos, con 13,5 %; el aumento de glúteos, con 11,9 %; la abdominoplastia, con 8,8 %, y el levantamiento de senos, con 7,1 %. El resto del porcentaje se ubica en los no quirúrgicos, como tratamientos para la celulitis y aquellos con ácido hialurónico o toxina botulínica, entre otros. Eso en cuanto a cirugía plástica en general. Pero si se trata de turismo médico —es decir, el proceso en el que una persona viaja para recibir servicios de salud en un país diferente al que reside—, Colombia se ubica aún más alto en la encuesta, en la que ocupa el tercer puesto. Según esos mismos datos, la mayoría de ciudadanos que ingresan al país por este motivo llegan desde Estados Unidos, España y Panamá.

LÍDERES DEL TURISMO MÉDICO

Hace algunos años, se deducía que la motivación para viajar a Colombia a realizarse procedimientos estéticos era, principalmente, la de las tarifas que manejan los médicos del país, cifras consideradas más económicas en el panorama internacional. Pero lo cierto es que esto ha cambiado y esa no es la única explicación del fenómeno. Según el doctor Jorge Enrique Perea, médico cirujano plástico y miembro de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva (SCCP) y de la Federación Iberoamericana de Cirugía Plástica (FILACP), el país actualmente ostenta un nivel muy alto de preparación académica y de éxito en los procedimientos: “Estamos entre los lugares del mundo en donde existen resultados óptimos; lo saben los pacientes que están en otras partes y lo demuestra el hecho de que muchos cirujanos plásticos de otros países vengan a hacer entrenamientos electivos aquí”, resalta. Adicionalmente, en Colombia existen varios protocolos que, según el doctor Perea, están diseñados para darle a los pacientes de otros países una experiencia integral. Por ejemplo, gran parte de las consultas se pueden adelantar en línea para establecer cronogramas de vuelo en los que se tengan en cuenta las fechas de llegada, del día del procedimiento y de partida. Además, hay programas de manejo en los que se ofrecen apartamentos con servicios de enfermería ambulatorios, la estadía en hoteles cercanos a los consultorios o a las clínicas y, en general, facilidad para organizar un viaje en el que se pueda optimizar la recuperación de la actividad quirúrgica.

LA PARADOJA: LA FALTA DE REGLAMENTACIÓN

Pese a lo anterior —el posicionamiento positivo de Colombia en el espectro internacional y lo robusto de la industria—, lo cierto es que el país adolece de regulación suficiente en cuanto a la cirugía plástica estética y cirugía plástica reconstructiva, un vacío que se ha transformado en un problema de salud pública. Al no estar reglamentada la especialidad, existen médicos que, aunque no cuentan con la acreditación necesaria, ofrecen este tipo de procedimientos. Eso da pie, por ejemplo, a que algunos médicos acrediten títulos dudosos, usualmente obtenidos en otros países, para demostrar una supuesta idoneidad como cirujanos plásticos, cuando ni las instituciones para las que trabajan, ni ellos mismos, cumplen con los estándares necesarios para dicha disciplina. Es común que se trate de cursos pequeños o “express”, que no pueden ser comparados con la carga académica de una especialización. Por otro lado, también existe el ‘intrusismo’. Es decir, que algunos médicos estéticos especializados en procedimientos no invasivos, ofrecen realizar los de naturaleza quirúrgica para los cuales no están capacitados.

Dicha situación se agrava aún más cuando estos profesionales operan en las llamadas “clínicas de garaje”, donde brindan cirugías económicas y prometen grandes resultados, sin contar con las herramientas básicas para poderlos realizar de manera segura ni con el personal adecuado. Esta situación ha puesto en peligro a varios pacientes —en su mayoría mujeres— en todo el país. Según cifras de la Secretaría de Salud de Bogotá, entre 2020 y 2022, siete personas murieron tras someterse a cirugías en clínicas que no cumplían con los estándares necesarios para dichos procedimientos.

¿Y ENTONCES?

La búsqueda de una solución ha incluido la vía legislativa. Sin embargo, hasta el momento, la mayoría de los proyectos de ley se quedan en debates. En noviembre de 2023, por ejemplo, fue radicada en la Cámara de Representantes una de esas iniciativas, que pretendía reglamentar la disciplina “a través de la definición de qué tipo de profesionales de la salud pueden practicar intervenciones quirúrgicas orientadas a modificar la apariencia del cuerpo, limitándose exclusivamente a médicos especialistas con competencias quirúrgicas”, como lo explican en su proyecto. Además, se ha propuesto la creación del Registro Único Nacional de Centros Prestadores de Servicios de Salud Estética, en el que los usuarios puedan consultar la habilitación del centro prestador de servicios. Dicho proyecto fue encabezado por Andrés Calle, presidente de la Cámara de Representantes. Hace poco, avanzó favorablemente en la Comisión Séptima de esa corporación.

LAS CLAVES

A propósito de estos vacíos jurídicos y de los consecuentes riesgos en el mercado, a continuación se lista un grupo de herramientas para que usted sepa si un médico o clínica son los indicados para el procedimiento deseado.

1. El primer filtro es la consulta, sea presencial o virtual. Allí lo invitamos a verificar las credenciales del médico, que usualmente se pueden encontrar en los diplomas colgados en las paredes del consultorio o en la descripción profesional que se ofrezca en la web del especialista. En particular, verifique que cuente con un diploma de grado de cirujano plástico, y no en otro tipo de práctica. Asimismo, compruebe, como un segundo filtro, que la universidad de la cual dice tener el diploma sí ofrezca el programa. Sin embargo, si usted no tiene ningún referente, remítase a la página de la SCCP (Cirugiaplastica.org.co) y consulte cuáles son los cirujanos plásticos en su ciudad entrenados y certificados con programas académicos avalados por universidades en Colombia o en el extranjero. Si el nombre del cirujano con el que tiene programada su cita no se encuentra en esta lista, debería ser su primera señal de alarma.

2. Tenga en cuenta que no todas las clínicas son aptas para realizar todos los procedimientos. Esto depende del grado de complejidad. En Colombia, por ejemplo, hay algunos establecimientos que cuentan con la infraestructura y personal capacitado necesarios para atender procedimientos más complejos, como la Fundación Santa Fe o la Clínica Shaio, mientras que otros no tienen la misma capacidad. Lo mínimo es que usted revise y verifique las credenciales del lugar en la página de Registro Especial de Prestadores de Servicios de Salud (REPS). Allí, a través del vínculo de Registro Actual, usted puede buscar por departamento y municipio todas las clínicas aptas, e incluso si hay alguna sanción al establecimiento.

3. No tenga miedo de hacer preguntas. De hecho, la Clínica Mayo, en Estados Unidos, que cuenta con máxima calificación en atención médica, lo invita a no quedarse con ninguna duda acerca de su procedimiento. Es clave que demande respuestas en torno a: ¿Cuántas operaciones como la que estoy considerando ha realizado? ¿Qué otros especialistas estarán involucrados en el procedimiento? ¿Hay algún otro tratamiento que debería considerar? ¿Cuáles son los riesgos asociados? ¿Hay alguno específicamente asociado a mi historial médico? ¿Cuánto tiempo necesitaré para la recuperación? ¿Cuáles son las vías de manejo del dolor después de la intervención? ¿En cuánto tiempo veré los resultados? ¿Cuánto durarán dichos resultados en mi cuerpo?

Que su médico pueda contestar de manera clara le dará la confianza necesaria y mejorará la relación con usted.

4. Por último, pídale a su especialista que le muestre casos en los que pueda observar el “antes y después” de pacientes que se realizaron el mismo procedimiento que usted está considerando, para así poder conocer más de cerca el trabajo de su médico de elección.