El general Tomás Cipriano de Mosquera en la prisión del Observatorio, jugando ajedrez con su sirviente Francisco Montenegro. Fotografía de José Gregorio Gutiérrez Ponce, mayo de 1867. Colección Museo Nacional de Colombia. Reg. 2987.
Enero de 2016
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Credencial Historia

OBRA DESTACADA: PRIMER FOTOMONTAJE EN COLOMBIA, LA FOTOGRAFÍA DE TOMÁS CIPRIANO DE MOSQUERA JUGANDO AJEDREZ EN EL OBSERVATORIO ASTRONÓMICO DE BOGOTÁ CON LA CATEDRAL PRIMADA DE FONDO

El 23 de mayo de 1867 el jefe del ejército, general Santos Acosta, le propinó un golpe de cuartel al entonces presidente de los Estados Unidos de Colombia Tomás Cipriano de Mosquera, tomándolo preso en la noche y conduciéndolo al Observatorio Astronómico de Bogotá. El ataque estuvo motivado porque el presidente había clausurado las sesiones del Congreso el 29 de abril del mismo año, acto que estuvo precedido por el recrudecimiento de la guerra en los estados de Santander y Antioquia, y por el escándalo en el que se veía involucrado el gobierno respecto a la adquisición de un barco de guerra para apoyar a la República del Perú en la Guerra del Pacífico.

Un poco más de una semana tuvieron sus captores para pensar qué harían con el Presidente. Fue así como el 3 de junio de 1867 acudió al edificio del Observatorio Astronómico el fotógrafo José Gregorio Gutiérrez Ponce, quien iba a cumplir un encargo muy concreto: realizarle unas cuantas tomas al preso para luego elaborar una tarjeta de visita, la cual se distribuiría o vendería en la calle entre los partidarios y detractores del derrocado.

Tomás Cipriano de Mosquera jugando ajedrez en el Observatorio Astronómico de Bogotá sin la Catedral Primada de fondo. José Gregorio Gutiérrez Ponce, 3 de junio de 1867. Publicada por Benjamín Villegas en Historia de Bogotá.

 

Según la pesquisa realizada por el profesor Ricardo Rivadeneira de la Universidad Nacional de Colombia, fueron tres o más las imágenes que tomó Gutiérrez Ponce en la terraza del Observatorio. En la primera aparece el presidente Mosquera jugando ajedrez con el señor Montenegro, tal escena tiene de fondo las dos torres y la cúpula de la Catedral Primada. Esta fotografía la conserva el Museo

Nacional de Colombia y por años ha sido considerada un icono y nadie había cuestionado su veracidad, sin embargo, la investigación indica que se trata de un montaje. Se supo de su alteración, pues fue ubicada otra imagen casi idéntica, la cual presenta a los dos personajes jugando ajedrez, pero con otro fondo, en este caso el cerro oriental de la ciudad, pudiéndose distinguir las espadañas de las iglesias del convento del Carmen y la iglesia de Egipto. Es evidente que se trata de la misma toma, no obstante, por varios años el profesor Rivadeneira tuvo la duda sobre cuál era la verdadera. El acertijo se resolvió cuando revisaba el periódico El Gráfico en la Biblioteca Nacional y, por casualidad, encontró una tercera imagen en la edición del 23 de mayo de 1917. En esta última se ve al presidente Mosquera sentado mirando hacia un lado de la cámara, tiene un par de libros bajo su brazo, viste la misma indumentaria y lo acompañan los mismos muebles que en las otras dos fotografías; aunque en esta no aparece el señor Montenegro.

“Curioso retrato del general Mosquera, tomado en la azotea del Observatorio, donde estuvo preso después del 23 de mayo. Fotografía de Gutiérrez Ponce”. El Gráfico, el 23 de mayo de 1917.

 

Comparar las imágenes permite deducir que el fondo de esta imagen ya no es la catedral sino que muestra el mismo de la segunda, es decir, la falda del cerro con las ya anunciadas espadañas del Carmen y Egipto. Se ratifica entonces que la primera y más conocida de las imágenes de esta serie fue objeto de montaje, pues quien hizo la imagen tomó la escena en la que se juega ajedrez para cambiarle el fondo por uno más llamativo, más diciente, como es el de la Catedral. En este caso el fotomontaje permite comunicar la noticia de que el presidente Mosquera estaba preso en el Observatorio Astronómico de Bogotá de una manera más directa y contundente. Haber dejado la fotografía sin alterarla habría creado gran confusión entre el público y motivadas dudas alrededor del caso.

Esta imagen hace parte de las obras más destacadas del arte colombiano, porque da cuenta de la manera moderna como el fotógrafo José Gregorio Gutiérrez Ponce pensaba y hacía uso del dispositivo fotográfico. Realizar un trucaje como este, en 1867, ubica al fotógrafo colombiano más allá de los afamados fotógrafos Roger Fenton, Marcus Sparling o Carol Szathmari, aquellos tergiversadores visuales que cubrieron la guerra de Crimea en 1855, y cuyos fotomontajes se limitaban a mover objetos o cadáveres en los campos de batalla para generar mayor dramatismo. Sin necesidad de hacer eso, Gutiérrez Ponce realzó el poder comunicativo de la imagen recurriendo al fotomontaje. Finalmente, su imagen no miente, solo funde en una sola la mejor información de varias tomas fotográficas y su verdadero arte consiste en impedir, de manera técnica, que el ojo humano se percate del engaño. Razón tenía la historiadora de la fotografía Susan Sontag al decir que “con el tiempo, muchas fotografías trucadas se convierten en pruebas históricas, aunque de una especie impura, como casi todas las pruebas históricas”1. R. R. V.

En 1891, antes de la llegada de los Duperly a Bogotá, figuraban los siguientes fotógrafos en un plano comercial: el italiano Antonio Faccini (Carrera 8ª No. 293), quien ingresó al país por Cúcuta; el señor Antonio Esperón (Carrera 6ª No. 277), a quien le sucedió en el negocio su hijo Luis Esperón; el señor Rufino Malo (Carrera 9ª No. 255) y el señor Saturnino Zapata (Calle 13 No. 86), “quien hizo al lado de Pedro Carlos Manrique fotograbados para la Revista Ilustrada”1. Plano de Bogotá Carlos Clavijo.

Rerefencias

1 Susan Sontag. Ante el dolor de los demás, Bogotá: Alfaguara, 2003, p. 69.