Junio de 2021
Por :
JULIANA CAMPUZANO BOTERO*

Museo Comunitario La Cristalina. Una paradoja del conflicto armado

 

EL MUSEO Comunitario La Cristalinase encuentra ubicado en la vereda del mismo nombre del municipio de Corinto, departamento del Cauca. Este museo, de manera paradójica, surgió en medio y gracias al conflicto armado. Durante las décadas de 1980 y 1990, la guaquería era una actividad frecuente en este territorio. El alto potencial arqueológico de la zona incentivaba dicha práctica y era constante la comercialización de objetos prehispánicos por parte de los pobladores de la región. Jesús Antonio Plata Ríos, comandante del sexto frente de las FARC-EP, se percató de este fenómeno y en 1996 prohibió el saqueo arqueológico y propuso la creación de un museo comunitario en la vereda. La idea fue respaldada por la Asociación Campesina y las juntas de acción comunal, quienes, con el apoyo de la empresa privada, lograron la construcción de una casa. En esta edificación se reunieron las piezas arqueológicas que estaban dispersas entre los pobladores y se inició el trabajo comunitario del museo.


 

 

En 2006 se llevó a cabo un allanamiento en las instalaciones del museo, esto en el marco de un operativo militar con acompañamiento de la Fiscalía. La población asegura que los uniformados se llevaron cerca de 60 piezas arqueológicas, cuyo paradero se desconoce, y que afirmaron que regresarían por el resto de la colección si esta no era legalizada. Este hecho marcó la memoria de la comunidad, la cual reclama el regreso de las piezas incautadas. 

 

El museo cuenta con una colección de alrededor de 300 piezas arqueológicas cerámicas y líticas representativas de la cultura material de las poblaciones prehispánicas que ocuparon el sur del país. Recientemente, este acervo se ha incrementado con piezas históricas y etnográficas de los grupos campesinos e indígenas que habitan en el corregimiento. Actualmente el espacio es gestionado por distintas asociaciones del municipio, como la Asociación Campesina Pro-constitución de la zona de reserva campesina del municipio de Corinto (astrazonac), la Junta de acción comunal de la Vereda La Cristalina, los Comuneros indígenas del Resguardo indígena Corinto López Adentro y el Grupo de reincorporados NAR Corinto. La pluralidad de actores involucrados en el proyecto evidencia la diversidad de comunidades que confluyen alrededor de la colección y su valoración. Para indígenas, campesinos y reinsertados esta representa y significa cosas distintas, pero al mismo tiempo los convoca e integra a pesar de las tensiones propias del proceso de construcción y representación del pasado. No obstante, el propósito de continuar con el legado del Museo Comunitario pervive y resiste.

 

El Museo Comunitario La Cristalina es una de las tantas paradojas que ocurren en nuestro país. Este se ha desarrollado en medio de las disputas por el territorio, del conflicto armado, del tráfico ilícito de drogas, de la incertidumbre por la construcción de la paz, de los conflictos interétnicos, del abandono del Estado y del olvido de los sectores campesinos. Es decir, en el entramado de problemas políticos, sociales, económicos y ambientales que afectan a la población de Corinto en el Cauca. Allí se emplaza este museo comunitario, que, en palabras de su director Bladimir Bueno, “(...) ha servido para juntar, para ir juntando voluntades y gentes. El museo ha sido un medio para fortalecer la comunidad”.

 

* Arqueóloga con Maestría en Patrimonio Histórico y Arqueológico y candidata a Doctora en Museología.