Foto | Vargas Claustro de Santo Domingo, sede del mauc, Popayán S.f, fotografía © Archivo Héctor [1] Llanos V.
Marzo de 2021
Por :
HÉCTOR LLANOS VARGAS*

El Museo Arqueológico de la Universidad del Cauca

EL AÑO 1941 marcó el comienzo de una nueva etapa de la investigación antropológica y arqueológica en nuestro país. Entonces, durante el gobierno liberal de Eduardo Santos (1938-1942), se fundó el Instituto Etnológico Nacional (IEN). Este fue el fruto de las actividades realizadas durante los años treinta, por pioneros como Gregorio Hernández de Alba (1904 - 1973), en el Departamento de Extensión Cultural y Bellas Artes del Ministerio de Educación Nacional. Coyunturas internacionales, como la Guerra Civil Española (1936-1939) y la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), determinaron que científicos europeos que estaban en contra del franquismo y el nazismo, se vieran obligados a exiliarse en Colombia. En el país, estos científicos desarrollaron actividades que contribuyeron a la modernización del sistema educativo y de las ciencias sociales en la Escuela Normal Superior, establecida en 1936. En el IEN, que surgió como un centro de estudios especializados anexo a la normal, se formaron las primeras generaciones de antropólogos colombianos [1].

 

El destacado etnólogo francés Paul Rivet (1876-1958), creador y director del Museo del Hombre de París, por acogida del presidente Santos se refugió en Colombia y en Bogotá fundó el IEN en compañía de Hernández de Alba. Rivet, como su primer director, organizó un conjunto de expediciones interdisciplinarias a diferentes regiones como el Macizo Colombiano. Estas buscaron establecer contacto con la geografía, los problemas sociales de resguardos indígenas y con zonas que empezaban a destacarse por sus obras monumentales: Tierradentro, por
sus grandes hipogeos, y San Agustín, por su arquitectura y esculturas megalíticas.

 

  • LA FUNDACIÓN DEL MAUC

Rivet impulsó un intercambio de investigadores europeos y colombianos, lo que explica la llegada del antropólogo alemán Henri Lehmann (1905-1991) a la ciudad de Popayán. Este fue contratado en 1942 por las directivas de la Universidad del Cauca, para que adelantara proyectos etnográficos, arqueológicos, lingüísticos, etnohistóricos y fundara el MAUC. Ello con base en los hallazgos realizados en 1936 por el profesor de geología alemán George Bürgl en Tierradentro. Puede decirse que la Universidad del Cauca fue una de las instituciones pioneras en la protección e investigación del patrimonio prehispánico de los territorios caucanos. El Museo Arqueológico de la Universidad del Cauca (MAUC) tuvo como sede en la ciudad de Popayán a algunas de las aulas del viejo claustro de Santo Domingo, donde funcionaba la universidad (imagen 1). La primera colección, además de los objetos de Tierradentro, se incrementó con las excavaciones de Lehmann en Popayán, El Tambo, Corinto, Guachicono, Patía y Moscopán. También se recibieron algunas donaciones y se compraron algunas piezas a particulares.

 

[2] Henri Lehmann (1905-1991)
Cerámicas de Popayán, colección del MAUC
1953, fotograbado, “Archéologie du sud-ouest
colombien”, Journal de la Société des Américanistes, Tomo 42

 

[3] Henri Lehmann (1905-1991)
Esculturas estilo Popayán, colección del MAUC
1953, fotograbado, “Archéologie du sud-ouest
colombien”, Journal de la Société des Américanistes, Tomo 42

El MAUC tuvo una proyección comunitaria con la creación de la Sociedad de Amigos del Museo, en la cual participaron intelectuales modernistas de la ciudad, además de otros investigadores visitantes que fueron invitados como conferencistas. Todos estos hechos fueron trascendentales, sobre todo si se tiene en cuenta que, en ese entonces, Popayán representaba la ciudad tradicional. Esta hacía apología de la herencia hispánica implantada por los linajes señoriales que germinaron con los conquistadores en el siglo XVI, y que luego, con su triunfo en las batallas de la independencia, fueron protagonistas en las luchas por el poder político republicano a lo largo del siglo XIX.

 

En la colección del MAUC se destacaba el conjunto de esculturas halladas en Moscopán por Lehmann, quien las trasladó al museo y las exhibió en el jardín del claustro de Santo Domingo. También obtuvo otras estatuas con un estilo diferente procedentes del Tambo y Cajibío. Las estatuas de Moscopán corresponden a dignatarios o personajes míticos con rasgos felinos, estas tienen elementos estilísticos relacionados con el arte escultórico de San Agustín y Tierradentro. A su vez, las clasificadas como estilo Popayán son columnas con sencillas figuras humanas en relieve que acompañaban a los espíritus en sus tumbas (imágenes 2 y 3).

[4] Julio Cesar Cubillos (1919-1994)
Excavación de la pirámide prehispánica del Morro de Tulcán
1957-1958, fotografía
© Archivo Héctor Llanos V.

 

 
[5-6] Julio Cesar Cubillos (1919-1994)
Corredor y Sala de exposición arqueológica, Museo
del IEUC, Casa Mosquera

1957, fotografías
© Archivo Héctor Llanos V.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El Instituto Etnológico de la Universidad del Cauca (IEUC) Lehmann permaneció como director del MAUC hasta 1945, cuando se trasladó a México para trabajar como investigador del Instituto Francés de América Latina. Una de las políticas del recién creado IEN fue establecer instituciones similares en diferentes regiones, dirigidas por algunos de sus profesores y egresados. Así apareció el Servicio Etnológico de la Universidad de Antioquia en Medellín (1945), con Graciliano Arcila (1912-2003), el Instituto Etnológico del Magdalena en Santa Marta (1946), con Gerardo Reichel (1912-1994) y Alicia Dussán de Reichel (1920), el Instituto Etnológico de la Universidad del Cauca en Popayán (1946), dirigido por Gregorio Hernández de Alba, y el Instituto Etnológico de la Universidad del Atlántico en Barranquilla (1947), con Carlos Angulo Valdés (1914-2001). Estas dependencias oficiales se inscribieron en los principios ideológicos que sustentaban la construcción, en una sociedad racista, de un imaginario de identidad cultural nacional. A esta identidad se quería incorporar las culturas aborígenes del pasado precolombino y del presente, estas últimas caracterizadas por una situación de pobreza y marginamiento. 

 

[7] Julio Cesar Cubillos (1919-1994)
Patio de las esculturas, señor principal de Moscopán. Museo del ieuc, Casa Mosquera
1957, fotografía
© Archivo Héctor Llanos V.
[8] Héctor Llanos Vargas
Guía museos de la Casa Mosquera
1976, impreso
© Archivo Héctor Llanos V / Universidad del Cauca

Gregorio Hernández de Alba, como precursor de la antropología, había manifestado sus intereses profesionales por la provincia del Cauca. En los años 1936 y 1941 realizó dos expediciones interdisciplinarias a Tierradentro, experiencias que lo llevaron a fundar y ser el primer director del IEUC (1946-1950). Siguiendo el modelo del IEN, este instituto desarrolló un plan de estudios que capacitó a los primeros etnólogos regionales. En los programas de investigación enfatizó su posición indigenista y social, de acuerdo con la orientación del Instituto Smithsoniano de Antropología Social de Washington, con el cual se estableció un convenio de cooperación académica y científica. Hernández de Alba apoyó los estudios lingüísticos en el resguardo de Guambía del antropólogo norteamericano John H. Rowe (1918- 2004). También recopiló tradiciones orales con el misak Francisco Tumiñá Pillimué, estudiante y asistente del trabajo de campo del instituto, que interpretó estos relatos con dibujos artísticos que fueron exhibidos en Bogotá y publicados en el libro Namuy Misag (1949).

 

 

  • EL MUSEO DEL IEUC

La colección del MAUC se incrementó considerablemente: de 932 piezas recopiladas por Lehmann se pasó a 2070, esto gracias principalmente a la compra de una valiosa colección privada de figurillas de barro de la cultura Tumaco (Costa Pacífica). Otra novedad fue la adquisición de objetos etnográficos. Asimismo, la dirección del Museo Colonial y de Historia también se le asignó a Hernández de Alba. El IEUC contó con una biblioteca especializada de 700 volúmenes que se obtuvieron por intercambios internacionales. Por entonces importantes profesionales norteamericanos visitaron la ciudad de Popayán para dar conferencias o para hacer proyectos de antropología urbana. De común acuerdo con el IEN, el IEUC se encargó de la consolidación del Parque Arqueológico de Tierradentro, de la compra de terrenos y de la realización de obras de infraestructura para la protección de los hipogeos y estatuas. Esta política estatal de establecer parques en Tierradentro y en San Agustín como patrimonio nacional, fue el comienzo de una labor científica, que, después de varias décadas, llevaría a la UNESCO a declararlos como Patrimonio de la Humanidad (1995).

Con un sentido didáctico, en las vitrinas de las salas del MAUC se exhibieron cerámicas, instrumentos líticos y algunos cráneos pertenecientes a culturas prehispánicas del Suroccidente de Colombia. En el jardín de las esculturas del claustro de Santo Domingo se construyó una réplica a escala de uno de los hipogeos de Tierradentro. Dicha réplica tuvo gran acogida por parte de los turistas que visitaban a Popayán durante la celebración de las famosas procesiones de la Semana Santa.

El conflicto político nacional se agudizó hacia finales de los años cuarenta, con el asesinato en 1948 del líder popular liberal Jorge Eliécer Gaitán (1898-1948). La violencia entre liberales y conservadores dominó en todo el país. La tragedia vivida en los campos del departamento del Cauca y el asesinato de varios indígenas, propició un ambiente poco favorable para continuar los proyectos del IEUC. El Concejo Directivo de la Universidad del Cauca tomó la decisión de clausurarlo en 1950.

 

 

  • LA NUEVA SEDE DEL MUSEO

En 1952 el IEN fue reformado y transformado en el Instituto Colombiano de Antropología (ICAN), cambio de orientación que llevó a la reapertura del IEUC en 1955 y al nombramiento del etnólogo Julio Cesar Cubillos (1919-1994) como su director. En este nuevo período, el instituto se proyectó como un centro de investigación que no desarrollaría un plan de estudios de formación profesional. Cubillos realizó excavaciones en el Valle de Pubenza y adelantó un programa de investigación social aplicada con el resguardo indígena de Poblazón y la comunidad del barrio popular Alfonso López. El hallazgo más trascendental lo llevó a cabo en el perímetro urbano de Popayán, en el Morro de Tulcán, donde excavó un cementerio y una estructura piramidal de carácter ceremonial hecha con bloques de adobe escalonados (imagen 4). De acuerdo con las crónicas y documentos de la conquista española, estas obras monumentales hicieron parte del poblado principal donde residía el cacique Payán, jefe de la confederación de pueblos pubenenses, que incluía las tierras de Guambía, las cuales estaban dirigidas por su hermano, el cacique Calambás.

Las salas de exposición del claustro de Santo Domingo se trasladaron a la Casa Mosquera. Allí en los salones principales se exhibieron obras de arte, muebles, libros y objetos personales que pertenecieron al general Tomás Cipriano de Mosquera (1798-1878) y su aristocrática familia. Como contraste histórico, en las dependencias posteriores se localizó el nuevo museo del IEUC (imágenes 5 y 6). La colección arqueológica se incrementó a 2500 piezas, que en su mayoría se guardaron en un depósito o sótano. En el patio empedrado, llamado de Las tinajas, se expusieron las esculturas de Moscopán y Popayán (imagen 7). En una sala se mostraron 137 objetos etnográficos pertenecientes a culturas indígenas del Chocó, Guambía y Kofán y, en otra, piezas precolombinas. Sobre uno de los muros de la entrada a estos dos salones se incrustó un modelo a escala de un hipogeo de Tierradentro. La colección de estatuas se enriqueció con el descubrimiento de una pieza columnar en una casona del perímetro histórico de la ciudad.

 

Cubillos intentó transformar el morro de la pirámide ceremonial en un parque arqueológico, propuesta que tuvo la acogida del ICAN y de las autoridades municipales. Sin embargo, esta no pudo concretarse por falta de recursos económicos. Dicha situación difícil lo llevó a renunciar a su cargo de director en 1960, debido a que no podía continuar con sus proyectos. A partir de ese año, el museo mantuvo abiertas las salas de exposición y la valiosa colección se conservó en el depósito. En 1970 la Universidad del Cauca creó la Facultad de Humanidades y, en 1973, aprobó el Plan
de Estudios de Licenciatura en Antropología. Por iniciativa de las directivas, el profesor Héctor Llanos hizo un Proyecto de Restructuración del Museo Arqueológico, que incluía la realización de una moderna catalogación de su colección y su disposición para hacer prácticas con los estudiantes. También publicó una Guía de los museos de la Casa Mosquera (imagen 8). Este era el comienzo de una nueva etapa histórica, en las conflictivas décadas de los años sesenta y setenta surgieron los departamentos o carreras de antropología en las principales universidades del país, bajo otras orientaciones científicas y con otras metas sociales y políticas.

 

Como consecuencia de un devastador terremoto, en 1983 barrios y el centro histórico de Popayán sufrieron daños considerables. Muchas de sus antiguas construcciones, casas señoriales, claustros e iglesias quedaron arruinadas. El proceso de reconstrucción y restauración urbana implicó el traslado del Museo Arqueológico de la Casa Mosquera a uno de los pisos del edificio del Museo de Historia Natural de la universidad, en donde permanece hasta el presente, anexo al Departamento de Antropología. ❧

 

Bibliografía:

[1] La información histórica sobre el Museo Arqueológico de la Universidad del Cauca ha sido tomada de un trabajo de investigación más amplio: Héctor Llanos y Oscar Romero, Memoria recuperada. Instituto Etnológico de la Universidad del Cauca (1946-1960) (Bogotá: ICANH, 2016).

 

* Maestro emérito, Universidad Nacional de Colombia.