Julio de 2020
Por :
Santiago Robledo Páez * Historiador de la Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, magíster en historia de la EHESS, París.

COLECCIONES, COLECCIONISMO Y COLECCIONISTAS EN COLOMBIA

Sin los objetos las sociedades no podrían alimentarse, comunicarse, entretenerse, expresar sus impulsos creativos, etc. Si bien generalmente hacen parte de la escenografía de nuestra existencia sin que les prestemos necesariamente mucha atención, la importancia de algunos de ellos se evidencia en situaciones particulares. Solo imaginemos tratar de clavar una puntilla sin un martillo o el desasosiego experimentado al constatar que dejamos el celular en casa. La relevancia de los objetos en las interacciones sociales y con el entorno natural de los diferentes grupos humanos ha inducido al desarrollo de disciplinas especializadas en el estudio de su cultura material. La arqueología, por ejemplo, aspira a conocer las sociedades del pasado mediante el análisis de sus restos físicos. Aunque los objetos son parte fundamental del día a día, la importancia otorgada a algunos de ellos no radica en su funcionalidad inmediata, sino en la posesión de significados especiales. Como ejemplos podrían considerarse las imágenes religiosas, los juguetes favoritos de los niños o las fotografías de los seres queridos. Además, el estudio de objetos cargados de significados ha sido abordado desde disciplinas como la historia del arte. En la presente serie de la revista Credencial Historia, con la ayuda de un variado conjunto de especialistas, se abordará una forma particular de valorar y dar sentido a los objetos: su colección.

 

Entendemos una colección como un conjunto de objetos que ha sido retirado del ámbito de lo cotidiano y al cual se le otorga una valoración especial. Esta no depende de las propiedades intrínsecas de los objetos, sino de los criterios clasificatorios de los sujetos e instituciones que los reúnen. Los tipos de coleccionistas y las prácticas de coleccionismo son muy variadas, pues abarcan desde las porcelanas que adornan la sala de la abuela hasta los conjuntos de muestras geológicas y minerales de un instituto científico. Sin embargo, las diferentes colecciones tienen en común que son productos de nuestros imaginarios —disciplinares, técnicos, afectivos, etc.— que trascienden la materialidad de sus componentes. En palabras de Susan Pearce, “las colecciones ocupan una posición particular en los procesos por medio de los cuales se crea el valor [de los objetos], debido a que el valor es, en una medida considerable, más una creación de la imaginación que de la necesidad”. Por esto, la conformación de colecciones, acción que va más allá de la mera aglomeración de objetos, puede responder a criterios tan variados como los científicos, estéticos, históricos y lúdicos. Quienes conforman estos conjuntos de cosas, en el mismo acto de seleccionarlas, reunirlas e interpretarlas, les otorgan sentidos, funciones y significados diferentes a los que pudieron haber tenido originalmente. Además, estas operaciones de creación de significados también afectan al conjunto de la colección, el cual implica más que la simple suma de sus componentes. 

 

Con esta serie temática de la revista Credencial Historia, proponemos realizar una aproximación a la historia de las colecciones, el coleccionismo y los coleccionistas colombianos. El territorio que actualmente ocupa la República de Colombia ha sido habitado desde hace milenios por poblaciones muy diversas, con tradiciones culturales igualmente múltiples. Sin desconocer dicha situación, en la presente serie nos centraremos en las prácticas de coleccionismo emergidas en la sociedad mestiza configurada a partir de la Conquista española. Las valoraciones y significaciones dadas a los objetos coleccionados en este ámbito sociocultural no son más o menos válidas que otras; sin embargo, estas hacen parte de una misma tradición, lo que nos permitirá abordarlas como un objeto de estudio coherente. En nuestro país, las colecciones han contribuido, entre otras, al desarrollo de disciplinas del saber, a configurar el campo artístico local y al proceso de configuración de memorias nacionales y regionales. Existen colecciones con una historia centenaria, algunas que se vieron afectadas por problemas y otras que desaparecieron con el correr de los años. Se prestará particular atención a las colecciones de algunos museos, debido a que su carácter público garantiza que sean accesibles para la mayoría de los colombianos. Con esta serie, se espera divulgar estas temáticas e incentivar así la reflexión sobre este aspecto de la historia de la cultura material colombiana, campo que, hasta ahora, nuestra historiografía ha relegado a un plano secundario.

 

 

Bibliografía:

 

1 Susan M. Pearce, On Collecting. An investigation into collecting in the European tradition (Nueva York, Routledge, 2005), 27.