04 de octubre del 2024

Economia

*Artículo publicado originalmente en agosto del 2022. 

*Artículo publicado en la edición impresa de mayo del 2022. 

DANIEL YERGIN, reconocido experto en temas energéticos, señaló en la revista The Atlantic que la empresa North Face se negó a fabricar 400 chaquetas para una empresa de servicios petroleros en Texas, aduciendo que sus políticas de sostenibilidad ambiental se lo impedían. Lo que olvidó la empresa de ropa para exteriores North Face es que el 90 % de los materiales que utiliza en la fabricación de sus chaquetas y de la mayoría de sus productos son derivados del petróleo y del gas natural, a través de un proceso petroquímico.

EL PRECIO DEL GAS ha registrado máximos históricos en 2022, según persiste la guerra en Ucrania y la Unión Europea (UE) lucha por hacerle frente a la decisión de Rusia de recortar el suministro de este combustible. Todo ello está enmarcado en un contexto pospandémico en el que las tasas de interés siguen subiendo y la inflación no encuentra techo.

 

LA CRISIS SANITARIA y económica de la COVID-19, que aumentó la tasa de desempleo del 10,5 % al 16,1 % de la población económicamente activa y la pobreza del 35,7 % al 43,4 % del total de la población, volvió a poner sobre la mesa la importancia de las políticas de asistencia social y generación de ingresos.

EL CAMBIO climático y sus consecuencias no son ocasionados únicamente por industrias como la energética, la alimentaria o la del transporte. La producción de prendas de vestir también tiene un impacto considerable: de acuerdo con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (unctad), este sector ocupa el segundo puesto dentro de los más contaminantes del mundo.

EL CAMBIO climático y sus consecuencias no son ocasionados únicamente por industrias como la energética, la alimentaria o la del transporte. La producción de prendas de vestir también tiene un impacto considerable: de acuerdo con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (unctad), este sector ocupa el segundo puesto dentro de los más contaminantes del mundo.