16 de Abril de 2024
Por:
Mauricio Romero

El metro de Londres es el sistema de trenes subterráneos más antiguo del planeta. Que una ciudad tan grande como Bogotá no tenga uno es excepcional....

Tecnología

 

 

 

 

 

ES CIERTO QUE los vehículos nuevos son cada vez menos propensos a que el dueño les “meta mano”, pues sus componentes electrónicos hacen necesario llevarlos a un taller especializado en caso de fallas.

ESTÁ EN CURSO una revolución invisible: la inteligencia artificial no solo está cambiando la forma en que interactuamos con dispositivos y aparatos cotidianos, sino que también está creando un futuro donde la colaboración armoniosa entre humanos y máquinas redefine la esencia misma de la vida moderna. 

Desde avanzadas neveras para vino hasta robots sommeliers: cada desarrollo ha sido diseñado para realzar el viaje de saborear y apreciar bebidas fermentadas o espirituosas. Así, la tecnología crea un escenario en el que cada botella supone una experiencia irrepetible y, cada sorbo, una celebración del ingenio humano.

Justo cuando gobiernos, científicos e instituciones de todo el mundo luchan por evitar que antes de 2030 la temperatura del planeta aumente 1,5 grados Celsius respecto a la era anterior a la Revolución Industrial, las personas del común también pueden contribuir en ese empeño. Pueden hacerlo al reducir sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en el transporte, así como también al escoger productos y servicios con criterios medioambientales.

Atrás quedaron los días en que las mascotas de la casa eran tratadas como huéspedes de tercera a los que, a duras penas, se les daba una caja de cartón para dormir y un plato de sopa al día para mantenerse. Había excepciones, por supuesto, pero aceptémoslo: antes, mirábamos de manera distinta a los animales domésticos.

Es posible, para la audiencia aficionada, algo no haya resultado tan evidente durante la emocionante e inédita final de Wimbledon entre el español Carlos Alcaraz y el serbio Novak Djokovic: que el excelente tenis que exhibieron dichos gigantes estuvo, en alguna medida, sustentado en tecnología. Naturalmente, la pericia física y mental de los jugadores es protagonista, pero también tuvieron un papel fundamental las bolas, la raqueta, las prendas de vestir, el calzado y el campo de juego.