Venezuela

Borges escribió que “el destino puede ser despiadado con las mínimas distracciones’’. No le faltaba razón. El 2 de febrero de 1999 dos hombres cruzaron miradas en un escenario privilegiado, el Palacio Federal Legislativo, en el corazón gubernamental de Caracas, sin saber que se convertirían en adversarios.

 (Fotografía AFP)