Fabio Parra

La última semana del Tour de Francia de 1988, Fabio Parra constató que no había manera de ganar. Tras un esfuerzo monumental en los Alpes, se había ubicado en la tercera posición de la general, por debajo del español Pedro Delgado y del holandés Steven Rooks. Pero en las etapas definitivas, cruzando los Pirineos, las fuerzas no le daban sino para sostenerse. “Era como si yo fuera en carro y ellos en avión; o mejor, como si yo fuera en bicicleta y ellos en moto”, comenta. Luego se vino a saber la razón: Delgado y Rooks habían corrido dopados.