Al parecer, todo lo que hacemos en internet no es tan privado como pensamos.
7 de Mayo de 2012
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La noticia de que el próximo año Estados Unidos inaugurará un centro dedicado a interceptar y analizar toda la información que circula en Internet, tiene escandalizado a medio mundo. Sin embargo, muchos no se sorprenden: aseguran que en la red llevan años espiándonos.

Por Juan Carlos Bernate

¿Nos espían en la red?

Antes que nada, es importante entender que Internet es una red global que conecta miles de servidores en todo el mundo y que ofrece información mediante páginas web cuyas direcciones o dominios son controlados por la ICANN, entidad que otorga los permisos para que los sitios puedan operar y ser encontrados por los navegantes. La ICANN es financiada, entre muchos otros, por el Gobierno de Estados Unidos.

Cuando un usuario en Colombia ingresa una URL o dirección de cualquier sitio web en su navegador, esta solicitud llega a un servidor y es direccionada para encontrar el equipo que tiene alojado el contenido de esa página. Este funcionamiento es explicado por Iván Otero, especialista de productos en Internet de Level 3 Communications: “Luego de escribir la dirección en el navegador y presionar enter o pulsar algún botón, la petición recorre la red hasta el centro de datos del proveedor de Internet con el cual se tiene contratado el servicio y allí es analizada, transformada y se le da trámite. Todo esto, de forma automática y cumpliendo las reglas técnicas con las que opera Internet (normalmente referidas como protocolos)”. Si la petición del usuario está mal escrita o no se logra analizar, se regresa un mensaje de error. Por el contrario, si es entendida y aceptada, el proveedor de servicios de Internet envía esta petición al destino solicitado, viajando por los cables de interconexión de los proveedores en cualquier parte del mundo. “Una vez la solicitud llega a un servidor, se ubica la información solicitada y se construye algo que el usuario puede ver de forma adecuada; después lo retorna por la red al proveedor de servicios quien, a su vez, lo hace llegar al usuario final, el cual ve el contenido en su navegador de Internet”, agrega Otero.

El usuario, sin saberlo, está viajando por un mundo de cables hasta encontrar su servidor de destino, que bien puede estar ubicado en otro país. Durante este viaje, la información recorre el océano por conexiones submarinas que vinculan a los países con la red. 

El gran hermano 

Entonces, ¿nos espían? En teoría, sí. Existen miles de herramientas informáticas que permiten espiar los equipos de personas con las que compartimos computadores, obteniendo sus claves, su información privada y todo lo que se escribe en estas máquinas. 

Es por esto que la llamada ‘Ley Lleras’ permitiría espiar los contenidos de páginas, blogs, redes sociales y archivos electrónicos para descubrir si las personas están infringiéndola. ¿Y quiénes nos espiarían? Para el caso, los operadores de Internet, ya que ellos son los encargados de supervisar los contenidos que están siendo visualizados por los usuarios de sus redes. “Esto lo han hecho desde hace mucho tiempo y lo seguirán haciendo”, afirma el experto en seguridad informática Andrés Ricardo Almanza Junco.

Además, Estados Unidos quiere tener un poco más de control del tráfico de Internet con la intención de anticipar presuntos ataques, estar informado de lo que está sucediendo y ―siendo alarmistas― desconectar el cable submarino que conecta a un determinado país con Internet.

Para ello, el FBI utiliza un software llamado Carnivore, que permite analizar el tráfico de correos electrónicos en los servidores de un operador de telecomunicaciones con el objetivo de encontrar posibles términos que puedan amenazar la integridad del país, o convertirse en potenciales casos de terrorismo. 

Sin embargo, todo lo mencionado se quedará pequeño cuando los 2.000 millones de dólares destinados por la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (o NSA, por su sigla en inglés), den su fruto y entreguen un centro de datos, ubicado en Utah, que se encargará de investigar todo el contenido que está circulando por Internet, en busca de amenazas. 

Esta iniciativa, de 90.000 metros cuadrados, comenzó en 2008 como respuesta a los ciberataques que estaban comenzando a crearse como reemplazo de las armas convencionales. Pero será hasta septiembre de 2013 cuando comenzaremos a ver sus implicaciones y qué tanto interceptarán, modificarán o eliminarán el contenido de la web. 

Hay más 

En 2010 un grupo de ingenieros creó un virus informático llamado Stuxnet, cuyo valor de desarrollo rondó los 2.000 millones de dólares. Aún no se sabe quién lo financió, pero expertos dicen que pudieron ser algunos Gobiernos y ONG. Stuxnet tenía como misión reprogramar, apagar y desconectar los sistemas de una planta nuclear en India. Su resultado fue positivo y desconectó por varias horas dicha central atómica. ¿El ataque se habría podido evitar si se espiaran las comunicaciones de los hackers? Tal vez sí. 

Sin embargo, no debemos ir muy lejos para saber que a todos nos están vigilando, que observan nuestros comportamientos e, incluso, pronostican nuestro accionar.

Con la nueva política de Google, el buscador puede analizar todas nuestras consultas, las páginas que visitamos y la información que recopilamos en su sistema, creando así nuevas opciones de publicidad más acordes con nuestros comportamientos y preferencias, y aumentando así sus posibilidades de éxito. 

También los operadores de telefonía podrán ubicar a una persona basados en los teléfonos celulares, sin importar su marca, tecnología o modelo, ya que, cuando encendamos uno de estos equipos, las torres de comunicación lo ubicarán, podrán hacer triangulación con otras bases y determinar su posición exacta. También pueden hacerlo utilizando el GPS integrado en los smartphones. 

Entonces, ¿nos observan y monitorean? No lo dude. 

Arte colombiano en línea 

Google Art Project es una estrategia que busca ubicar obras de arte del mundo en la red. Actualmente cuenta con más de 30.000 obras en línea y, gracias a su expansión, dos museos colombianos ya están incluidos. 

Se trata del Museo del Oro, con 128 obras que ahora hacen parte del proyecto, y del Museo Botero, con 106, por su parte. Laura Camacho, gerente general de Google en Colombia, ve con muy buenos ojos esta acción que califica como “otra apuesta fuerte de Google en el país, lo que demuestra el interés que existe por parte de la compañía”. 

Por otra parte, Ángela Pérez, subgerente cultural del Banco de la República, afirma que con esta acción Colombia puede mostrarle al mundo el arte de las culturas que habitaron en el país, además de la técnica de Fernando Botero, poniendo al alcance de todos en el planeta obras que son patrimonio de la nación.

Los usuarios que estén interesados en conocer esta inmensa colección de arte virtual pueden ingresar desde www.googleartproject.com, seleccionar el museo y efectuar visitas guiadas para comenzar a realizar una interesante inmersión cultural sin salir de casa.

Aplicación del mes

Almacene tarjetas de presentación ¡desde el celular!

¿Qué puede ser más desgastante y aburridor que digitalizar las tarjetas de presentación en el directorio virtual o en el celular? ¿Cuántas tarjetas tiene en el cajón de su oficina, esperando ser incorporadas a sus bases de datos? ¿Cuántas veces ha buscado una tarjeta con un contacto importante, pero no la puede ubicar pues no sabe en dónde quedó guardada?

Las tarjetas de presentación suelen almacenarse en tarjeteros o cajones en donde es complicado ubicarlas, más aun cuando se tienen más de cien. Ahora, gracias a la aplicación World Card Mobile, puede tomarle una fotografía a la tarjeta y automáticamente quedará almacenado el contacto en su dispositivo móvil. La aplicación tiene un costo de siete dólares para equipos MAC y de 5,99 para Android.