“Esa es otra leyenda  urbana: que desdeñamos la  música colombiana. Desde  hace algunas ediciones,  incluimos dos días  dedicados a ella”, sostiene. Foto cortesía Cartagena Festival de Música.
“Esa es otra leyenda urbana: que desdeñamos la música colombiana. Desde hace algunas ediciones, incluimos dos días dedicados a ella”, sostiene. Foto cortesía Cartagena Festival de Música.
5 de Enero de 2024
Por:
Laura Galindo M*

Desde hace más de una década, este músico italiano dirige el encuentro que, recientemente, fue declarado patrimonio cultural de la nación. Revista Credencial abordó, con él, algunas críticas que se le hacen al espectáculo.

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Antonio Miscená, la batuta del Cartagena Festival de Música

Hablar de músca europea en la tierra del bullerengue resulta extraño. Se siente ajeno abordar obras inspiradas en claros de luna de los Alpes bergamascos estando frente al mar Caribe; piezas que evocan la nieve, mazurcas y no de chalupoa; ambigüedades modales entre menor y mayor, en lugar de coros responsoriales; timbales sinfónicos y no cueros de tambor alegre. Hablar de un festival dedicado al nacionalismo noruego, finlandés, islandés y sueco, obviando nuestro propio nacionalismo, no parece buena idea a simple vista.

Sin embargo, el Cartagena Festival de Música está próximo a cumplir 18 años en Colombia, sumando cada vez más conciertos y más asistentes. Tantos que, según la Ley 2340 del 2023, el evento ya es Patrimonio Cultural de la Nación. Fue fundado en 2007 por Víctor Salvi y Julia Salvi —su actual presidenta— con el propósito de, cito textualmente de la definición de sus objetivos: “Ser uno de los más importantes encuentros de la música culta y académica en Colombia y América Latina”, entendiendo música culta, en este caso, como música europea. 

Las críticas hechas por algunos sectores de la música colombiana son claras: eurocentrismo, elitismo y colonialismo. La pregunta, entonces, es: ¿Por qué sigue siendo un festival tan exitoso y concurrido? La respuesta está en un nombre: Antonio Miscená. 

Miscená nació en el sur de Italia y se formó como músico en el Conservatorio de Perugia, una ciudad medieval a 150 kilómetros de Roma. Por más de 20 años fue el director de la Asociación de Constructores de Instrumentos Musicales en Italia y, actualmente, es el director artístico del Cartagena Festival de Música.  

¿Cómo llega un italiano a convertirse en el responsable de un festival en Cartagena?

Esa es una historia como tantas. Antes de venir por primera vez, yo ni siquiera sabía dónde estaba Colombia en el mapa. Pero siempre existen puntos de conexión. El mío fue Víctor Salvi, el exesposo de Julia, que era parte de la junta de la Asociación de Constructores de Instrumentos Musicales de la que yo era director. Con él hicimos un congreso de arpa en Perugia y allá llegó Julia, pero esa vez no la conocí bien. Nos vinimos a reencontrar en 2012, cuando ella me invitó a un Congreso en Medellín en el que presenté toda la producción italiana de instrumentos: arpas, acordeones, violines de cremona, pianofortes. Seguimos en contacto, yo la invité a la Feria del Libro de Turín y ella me invitó de nuevo a Colombia, esta vez al festival de música. Vine, lo conocí y acordamos que le ayudaría a organizar la parte musical, pero solo por un año, porque yo tenía muchos compromisos. Para hacer corta la historia, eso fue en el año 2012 y aquí sigo.

¿Siente usted que el festival ha cambiado desde ese entonces?

Yo lo he visto crecer y cambiar. Antes, me atrevería a decir, venían menos músicos; no eran festivales temáticos…

¿Eso fue idea suya?

Sí. Yo estoy acostumbrado a hacer festivales temáticos porque me parece más interesante. Es como un viaje que se anuncia por un tema claro y que luego se desarrolla. Ahora, puede desarrollarse mal y quedar todo de “cabeza”, pero si se hace bien, el público crece y aumenta la capacidad técnica. Esto último es muy importante: si un festival de música no se escucha bien, no sirve. Necesitas buenos intérpretes, pero también buenos pianos, buenos afinadores. Un equipo completo. Yo todavía me traigo seis o siete técnicos de Italia porque con las transmisiones por televisión e internet no me puedo arriesgar a que el sonido se escuche mal. 

Otra cosa que hice fue internacionalizarlo: crear un festival original con temas originales que les interese a los músicos, porque ellos también se aburren de tocar siempre las mismas 20 piezas. Cuando son buenos y receptivos y tú les ofreces material para estudiar, ellos lo agradecen. 


“Hice un festival que le interese a los músicos. Cuando son buenos y receptivos y tú les ofreces material para estudiar, ellos lo agradecen”.

¿Qué responde usted ante las críticas que señalan al festival de elitista?

Que es una leyenda urbana. Lo puedo asegurar con estadísticas. Antes de pandemia teníamos treinta mil espectadores —que para un festival de música clásica es mucho—. De esos, la mayoría eran espectadores de conciertos gratuitos: los de la Plaza San Pedro y el Centro de Convenciones.

Los asistentes que pagaban su boleta e iban a los conciertos de las dos capillas no pasaban los nueve mil. Entonces, es claro que hay un grupo de gente de altos recursos que financia el resto. Es lo mismo que ocurre en todos los festivales, así se financian.

¿Y a los que dicen que prefieren los músicos extranjeros a los colombianos?

Mira, si tú tienes músicos como Santiago Cañón, que es colombiano, le puedes pedir que toque cualquier repertorio. Este año va a tocar un concierto de Haydn que no le hago tocar a un alemán o un austriaco, pero Santiago lo puede tocar sin problema.

Pero el medidor para esos músicos es la música europea, no la colombiana…

Hay algo con la retórica del talento colombiano… Yo estoy en Nápoles y si quiero buscar música de autores colombianos en internet, todo es un desastre. No hay grabaciones buenas, no hay cosas hechas con estándares profesionales. Pareciera que la música académica colombiana no existiera. No hay registros académicos, está llena de confusiones históricas y prácticamente —me duele decirlo— no hay ningún trabajo de música de cámara. Yo cada año invito el mismo cuarteto, porque es el único bueno que conozco. Y mira, esa es otra leyenda urbana, que desdeñamos la música colombiana. Desde hace algunas ediciones, incluimos dos días dedicados a ella. Dos de los nueve, son más o menos seis conciertos. También estamos haciendo publicaciones editoriales y grabando profesionalmente música de los que podrían ser los clásicos: Holguín, Adolfo Mejía, Figueroa…

¿Y las compositoras?

Eso es cierto y tiene una razón: falta de conocimiento. Porque una cosa es hablar de ellas y otra tener sus partituras, nosotros hemos hecho algunas cosas de Boulanger y de Clara Schumann, pero en el caso colombiano, no sé mucho. Será una tarea, me voy a documentar.


La próxima edición del Cartagena Festival de Música se celebrará del 5 al 13 de enero de 2024. El Teatro Heredia es uno de los templos que le acoge.

Volvamos al festival de este año, que se llama: Sinfonía de la naturaleza. ¿Cuéntenos de qué se trata esta vez?

La idea surgió el año pasado, después de haber tenido como tema la música del este de Europa. Este año, entonces, quisimos dedicarlo a la del norte y nos dimos cuenta de que casi todos los compositores de ese lugar tienen algo en común y es la relación con la naturaleza: Grieg, Nielsen, Sibelius, Sveinbjörnson… Todos. Y luego caímos en cuenta de que los compositores canónicos también tienen esta relación muy presente: Bach, Haydn, Beethoven. ¿Por qué no íbamos a incluirlos también? Así nació La sinfonía de la naturaleza. Si lo organizáramos de forma cronológica, tendríamos a Vivaldi con sus famosas Cuatro estaciones, que son el primer ejemplo de naturaleza descriptiva. Después, viene Beethoven con una pieza importante que es la Sinfonía Pastoral, de carácter más sugestivo que descriptivo. Debussy con una forma completamente diferente de abordar la naturaleza: atmosférica, sensitiva, abstracta. Hasta llegar a Grieg, Sibelius y toda la música del norte. Ese será, más o menos, el recorrido de los nueve días de festival, el que hemos preparado para que la gente pueda disfrutar en Cartagena entre el 5 y el 13 de enero de 2023.

*Periodista musical ganadora de dos premios Simón Bolívar. Dirige Señal Clásica, en la Radio Nacional de Colombia.