Uno de los giros más sorprendentes en la historia de la televisión: la de la llamada Boda Roja de Juego de Tronos.
12 de Enero de 2023
Por:
Lorena Machado @callaesosojos

Ese factor sorpresa es producto de una lucha de astucia entre los guionistas y el espectador.

La naturaleza del plot twist

*Artículo publicado en la edición impresa de enero de 2022.

 

“QUIERO CONTARTE mi secreto ahora: veo gente muerta”. Sexto sentido, de M. Night Shyamalan. “Te mientes a ti mismo para ser feliz. No hay nada de malo en ello, todos lo hacemos”. Memento, de Christopher Nolan. “El mejor truco realizado por el diablo fue convencer al mundo de que no existía y así... desaparecer”. Los sospechosos de siempre, de Bryan Singer.

Muchas películas incluyen un punto de giro, o plot twist, en sus finales y nos dejan reevaluando lo que acabamos de ver. Así supimos cuál era la condición de Malcolm Crowe, quién había asesinado a la esposa de Leonard y cuál era la identidad de Keyser Söze.

Succession es la comedia negra que hoy tiene a millones frente a la pantalla, entre otras cosas, gracias a sus giros.  FOTOS CORTESÍA HBO MAX

Para que funcione y martille la cabeza, debe ser radical, inesperado y coherente. En las series, por y para su continuidad, estos giros son más frecuentes y necesarios para que las audiencias sigan ahí, una temporada tras otra. Un plot twist vendría siendo una lucha entre los guionistas, que regaron un número de pistas, pero no quieren ser descubiertos, y los espectadores jugando a ser Sherlock Holmes. Su calidad va a depender de cómo encaja dentro de la historia –de nada sirve que carezca de sentido y se sienta falso y tramposo–; de cómo se sepa camuflar hasta ese momento de revelación y de cómo abre nuevos caminos para los personajes.

Ese detalle será reservado con recelo por quienes lo vieron en su fecha de estreno; de lo contrario, estarán revelando un spoiler.

Me acuerdo de la sacudida que sentí cuando en Buffy, la cazavampiros, los guionistas decidieron matar a Tara, el gran amor de Willow, para darnos a Dark Willow. También, de cuando en Lost –uno de los peores finales de la televisión– hicieron que un recurso recurrente como los flashbacks sobre los so- brevivientes de la isla se convirtiera en un flashforward explicativo. Y no puedo dejar de mencionar la famosa Boda Roja de Game of Thrones.

Con los años, todos los que vemos series hemos agudizado el olfato y cada vez es más difícil ese factor sorpresa: es evidente que a veces hay personajes que van a morir en el guion.

Hoy me ocurre con Succession, un drama de HBO Max que me hace reír mucho, tiene los mejores diálogos y a unos protagonistas tan rotos que dan ganas de abrazarlos. Los Roy y la eterna pregunta de quién será el sucesor de Logan, el patriarca abusivo, me ha mantenido pegada a sus tres temporadas y sorprendida con lo que los escritores imaginan para ellos.

Algo parecido me pasó con Fleabag, de la genial Phoebe Waller-Bridge, protagonizada por ella y disponible en Amazon Prime Video. Rompe la cuarta pared para hacernos parte de sus reflexiones sobre la culpa que gobierna las dinámicas familiares, la hipocresía en las relaciones, el duelo de su mamá y su mejor amiga o el siguiente paso que dará en su vida. Y es el único personaje que lo hace... hasta que otro hace lo mismo.

Como me acostumbré a que ese factor provenga de otros géneros como el drama, el terror o el thriller, me asombro más con las comedias existenciales que lo incorporan. Un plot twist que no vi venir y considero es uno de los más increíbles de los últimos años lo tiene la primera temporada de The Good Place, en Netflix. El más allá que se conoce como Lado Bueno adquiere un nuevo significado en pocos segundos durante el episodio 13... mis aplausos.