Mapa de las tierras de los indios del pueblo de San Antonio de Talaigua, situadas entre el Magdalena y Sicuco, 1768.
Septiembre de 2011
Por :
Edgardo Támara Gómez. Licenciado en Historia, Universidad del Valle. Magister en Historia, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Profesor de la Universidad de Sucre, Sincelejo.

SINCELEJO: indígena y colonial.

Plaza Olaya Herrera, 1896. Foto Banco de la República.El territorio donde ha estado enclavado Sincelejo estuvo ocupado desde tiempos prehispánicos desconocidos por indios de la etnia Zenú, perteneciente a la lengua chibcha (como los Taironas de la Sierra Nevada ). Los Zenúes 1 reconocían tener 3 grandes zonas de poblamiento, una de ellas la Fincenú que correspondía a la parte más septentrional. Dentro de esta zona podemos distinguir, a partir de los datos históricos, varias zonas: la zona de la laguna de Mexión, -alrededores de San Andrés de Sotavento-; la zona donde se repiten los nombres de One y Colosó como jefes de sus tribus, y otra zona más al este –hacia Cartagena- donde se repite el apelativo de Macayas (como Macaxian, Macayecos, One Macayas, Macayas Polín, etc.). En cada una de estas tres zonas se necesitaban traductores o “lenguas” distintos para los interrogatorios pues entre sí los indios no se entendían completamente, como dan fe los diferentes documentos paleográficos de la época. Para cuando llegaron los hispanos en la década de 1530, dirigía el pueblo el cacique Sinçel o Çinçé, de donde los españoles llegaron a Sinçellejo (ver recuadro) para dar nombre al pueblo, que luego llegó a ser Sincelejo, pueblo comprendido entre los Fincenúes One. Los documentos también son explícitos al afirmar que “entremetido” con el pueblo del cacique Sinçel, existía otro pueblo llamado Toace; o sea que en el sitio donde se formó Sincelejo había dos pueblos a cargo de los caciques Sincel y Toace.

El pueblo, como la mayoría de los de la zona sufrió una gran perdida de su población a raíz del contacto y opresión de los hispánicos. De una población que hemos calculado entre 430 y 580 habitantes pasó a 128 aproximadamente en 1661 y bajó a 26 o 30 en 1610 cuando el Oidor sevillano Juan de Villabona dictó las Ordenanzas de encomienda de cuyo cumplimiento se vio favorecida y subsistente.

Ese mismo año los indios de la encomienda fueron agregados a los indios de Sampués para formar una sola doctrina. El lugar quedo siendo un hato al que debían venir a pagar su tributo los pocos indios supervivientes, asentados entre Sampués y Sincelejo.
Sobre el hato debió comenzar a nuclearse una población de mestizos y blancos pobres que fue el sitio de “todos los colores” de que hablan los documentos del siglo XVIII. Sincelejo no tuvo, como Cartagena, Tolú e incluso Corozal, gran cantidad de esclavos, ni nunca llegó a ser capital de alguna importancia en la colonia.

FUNDACIÓN O REFUNDACIÓN

Mientras tanto Sincelejo debía hacer un esfuerzo grande para lograr la primacía geopolítica ante centros con más créditos sociales y políticos de la región –Corozal, Chinú- a la cual pertenece: las inmensas sabanas, que en tiempos coloniales se llamaron de Tolú, luego de Corozal y en el siglo XIX, sabanas de Bolívar. En efecto, Tolú había sido el centro de administración colonial desde la fundación, para luego cederlo a la villa de Lorica y al sur de las sabanas a la villa de San Benito Abad y por último a Corozal, sede del Corregidor a partir de 1773, que vivía allí por orden del gobierno colonial mientras Sincelejo se mantenía como una mera “parroquia de libres”. Mientras tanto fue un pueblo sin curas, sin alguaciles y sin ley, un pobla- miento autorregulado de rochela. Varios factores habrían de cambiar la posición de cada uno y colocar a Sincelejo en la capitalía del departamento que reunía en 1905, el empuje y las dificultades de las Sabanas.

Iglesia San Francisco de Asis, 1911. Foto Banco de la República.EL SIGLO XIX

Los documentos describen esta época como un pueblo rodeado de cañaduzales, poblado de destiladores y comerciantes avezados, y una ganadería más que de grandes hacendados de medianos y pequeños ganaderos como dejó constancia el gobernador de la Provincia en su Informe del 21 de julio de 1873: “ No se encuentran terrenos apropiados para la cría de ganados si no de corta extensión, i esta falta se ha suplido con el establecimiento de pastos artificiales que ofrecen la ventaja de mejorar la clase de los ganados i aumentar sus productos”. Quizá esta suerte de zona de equilibrio de clases fue una de las causas para que Sincelejo se convirtiera en uno de los mejores vivideros de toda la costa creando un poblamiento demográficamente muy dinámico.

Destiladores y comerciantes lograron una conciliadora hegemonía que sobre la base del negocio de la caña –azúcar, panela, miel de caña y destilación de aguardiente- lograron resolver los problemas viales que los alejaban del mar -50 kilómetros aproximadamente por la vía de Tolú- y le permitían mejorar sus negocios y crear un modo de vida urbano sin romper su íntima vinculación con lo agrícola y lo pecuario. Se formó así un eje de poblamiento que atravesaba 100 kilómetros de sabanas entre Sincé y Sahagún, con centro en Sincelejo. A esta cultura pertenecen las corralejas primigenias que celebraban, como feria y festival, las corajudas faenas del ganado, se congratulaba el santo patrono San Francisco –contradictoria vinculación que no parecía molestar a sus habitantes que disimularon luego dedicándole la fiesta al Dulce Nombre, homosignia de no se sabe que nombre, dulce también- y se vendía fácil el ron producido a final de la cosecha del año anterior, en este caso el 20 de enero. No es extraño que el gran hombre –héroe cultural de la corraleja- fuera don Sebastián Romero, gran ganadero, gran teniente de tierras, principal comprador de la miel de caña de las decenas de estancias vecinales, y el más grande destilador de aguardiente de la zona. Ese modo de vida debió ser muy atrayente, pues Sincelejo terminó siendo para el censo costeño de 1871 una de los centros urbanos de mayor crecimiento de la costa al pasar de 1.399 a 11.336 habitantes. (Ver cuadro de población comparado con Barranquilla). Esto le valió llegar a ser Cantón en 1851, capital de la provincia en 1857, y el polo más enérgico del liberalismo pero sin ser epicentro militar de rebeliones ni cuna de ningún general o caudillo militar. Por esta vía, y merced al uso racional del impuesto subsidiario para mantener sus vías comerciales, al negocio de pieles tan necesario al embalaje del tabaco en pleno auge, y a iniciativas de comercialización de ganado con Panamá y Cuba desde 1881, logró de allí en adelante imponerse como centro administrativo, desalojando a su vecina Corozal.

 

Pueblo/año 1777 1835 1843 1851 1871 1905
Sincelejo 1.399 3.576 4.673 6.066 11.336 15.500
Barranquilla 2.376 5.359 5.651 6.114 11.595 40.115

 

Sincelejo, 1956. Instituto Geográfi co Agustín Codazzi.EL SIGLO XX

El siglo XX comenzó para Sincelejo en 1908, el 4 de agosto, cuando el poblado que en ese momento era, como Corozal, capital de una de las 7 provincias en que se dividía el antiguo departamento de Bolívar, fue convertida en capital del departamento de Sincelejo. Se trataba de una más de las 34 entidades creadas por el régimen de Rafael Reyes (1904-1909), pero para los sincelejanos fue una tabla de salvación después de las suspensión de las exportaciones de ganado a Cuba que se había verificado en 1905, de la terrible plaga de langosta que ocurrió entre 1906 y 1908 y de la supresión de su negocio de caña y aguardiente como producto de la nacionalización de las rentas departamentales hecha por Reyes a principios de 1905. Ya la guerra de los mil días, que fue la primera en la que se había participado de verdad, transformó a Sincelejo y Corozal -a 28 km- en teatro de las batallas. La devaluación de la moneda empobreció la región y llevó hambre al pueblo. Luego de la abolición de este efímero departamento, se le impuso a las Sabanas y a su capital la ruta económica de la ganadería, al optar el departamento de Bolívar, reintegrado a su antigua configuración, por el monopolio gubernamental del aguardiente, perdiendo Sincelejo su cultura de pequeños productores de caña, panela y licores.

Corralejas del 20 de enero, Plaza Hermógenes Cumplido, 1980.

La vía de la ganadería, sin embargo, como han mostrado los trabajos de Adolfo Meisel, hacían las economías ganaderas dependientes de los ciclos del café, y propendían a un estancamiento de su consumo y Sincelejo y todo la Costa perdería todo un siglo al quedar ligada su economía a la apuesta ganadera tan poco dinamizadora del desarrollo.
Para los años treinta Sincelejo encabezó, la agremiación de los ganaderos, Asociación de Ganaderos de Bolívar, para defenderse de la crisis del negocio que, de nuevo, azotó con miseria y pobreza a la región. Los años 40 fuero periodos de estabilidad y relativo progreso en medio de una gran presión demográfica que la colocó como urbe de más de 50.000 en 1952. El secreto era su comercio, la pequeña industria y una amplia gama de producción agropecuaria y campesina.

Catedral de San Francisco de Asís, Sincelejo, foto Rudolf Schrimpff. Instituto Geográfi co Agustín Codazzi.Los sucesos de abril de 1948 fueron de trifulcas y amotinamiento anárquico en Sincelejo. El ataque a los bienes de los potentados fue el detonante final de un éxodo de capitales que detuvo el crecimiento económico de la región. Estos capitales se radicaron en Barranquilla, pasando a ser acciones de las principales empresas que despegaron en esa ciudad a finales de 1940 e inicios de 1950, como fueron los de Rogelio Támara y los herederos de Arturo García, unido a las inversiones de los Santodomingo.
En la década del 60 Sincelejo, mediante un movimiento de origen popular, que implicó una titánica lucha recogiendo firmas y visitando cada uno de los llamados “pioneros” logró que el 18 de agosto de 1966 se aprobara la Ley 47 del mismo año en el Senado de la República , por medio de la cual se creaba el Departamento de Sucre, sancionada por el Presidente de la República , doctor Carlos Lleras Restrepo.

Para los años recientes Sincelejo ha recuperado su competencia comercial y vuelto a convertir en el eje económico de las sabanas, pero también ha sido duramente golpeada por la violencia guerrillera y paramilitar, pero además por el clientelismo y la corrupción que no permite desplegar todo el empuje de la creatividad de su pueblo y que sacrifica a uno de cada cuatro (26,6%) por debajo de la línea de pobreza absoluta como ha mostrado María M. Aguilera en su estudio La economía del departamento de Sucre y el sector público.

Actualmente Sincelejo ha concentrado en su seno los mejores almacenes de cadena, varias estaciones de subasta de ganado en pie, pero ninguna industria que llegue a los 100 empleos directos. El mayor empleador es el Estado y el comercio de propietarios antioqueños reemplaza a los negocios de los aborígenes, situación que inquieta a los raizales hondamente.

EDUCACIÓN Y CULTURA

Sincelejo no pudo contar con establecimientos educativos de secundaria sino hasta bien entrado el siglo XX, cuando se fundó el Colegio Moderno en 1932. Entre esa fecha y 1950 se crearon los dos colegios que dieron ilustración a la generación de los abuelos actuales: Instituto Simón Araújo y la Normal de Señoritas . Para estas fechas, merced al esfuerzo individual de la educadora Julieta González la educación femenina pudo contar con una opción moderna de estudio mediante la fundación del colegio Instituto Universitario de Cultura Femenina que hoy los sincelejanos conocemos como El Cultura o colegio de Julieta.

Sin embargo, Sincelejo tuvo la creatividad suficiente para figurar en los 3 Parnasos colombianos del siglo XIX y tiene prestante figuras de la lírica actual como Giovanni Quessep, Jorge Marel y Ricardo Vergara.

En el siglo XIX fue muy famosa la poetisa feminista Eva Verbel y Marea escritora de cuentos y dramas románticos, colaboradora de la revista mujer y la primera novelista de la costa. Igualmente el poeta José Ángel Porras figuraba como uno de los primeros post románticos al decir y apreciar de Baldomero Sanín Cano.

Al modernismo pertenecieron poetas muy pulidos como Filadelfo Urueta, Adolfo Martá, famoso por adoptar el estilo poético de los cante´jondo de Lorca.


LA CORRALEJA

La corraleja es una fiesta de origen español donde se acostumbraba hacer suertes de toreo, saltado, coleo de los toros bravos, encerrados en un corralón improvisado sea cerrando calles o una plaza. La tradición cuenta que en Sincelejo la corraleja se comenzó a hacer entre 1842 y 1844. Para 1871 se había elevado al sitial de fiesta oficial y con la categoría de feria, según el espíritu comercial de la urbe agraria.

En un principio se usaban toros criollos que se caracterizan por tener cuerno largos, poca grasa y mucha bravura. A estos animales se le cría aislados –cimarrones dicen lo ganaderos- del ganado común, y algunas veces se seleccionan por su capacidad de rebuscar objetos (jolones) que se lanzan al suelo, en donde aprenden a sacar de esa natural cobertura a quien intente hacerlo. Se les llama jolonia´os .
En realidad, la corraleja es una modalidad distinta a la corrida española de donde viene, pero no tuvo los procesos de “humanización” y tecnificación típicos de ella. Allá se protegen los caballos con un peto, y los toreros son profesionales entrenados en escuelas que recogen tradiciones probadas de “jugarle” al toro. El toreo hace pasar el toro de pitón a rabo y en el manteo de corraleja se pasa del trapo por delante de los cuernos. La corrida divide en 3 faenas el evento mientras acondiciona al toro en un espacio pequeño semi cerrado. En la corraleja hay un espacio de 80 a 100 metros , sin división en faenas donde el toro se distrae constantemente por el espacio de lidia mismo y por miles de “patos” que le lanzan toda clase de objetos, creando un espectáculo entre bufo e impío. Algunos toros hoy son “garrocheados” faena que consiste en perseguir al toro desde un caballo armado con un palo largo que termina en una punta (clavo) que se entierra en el toro mientras se trata de correr a su lado el mayor trecho posible.

Los sincelejanos desde hace mucho tiempo tienen una identidad escindida con respecto a esa fiesta, unos repudiándola por inhumana y otros festejándola como una expresión de la cultura local. Se celebra durante los días que anteceden y siguen al 20 de enero de cada año y dura entre 5 y 7 días. A ella concurren muchas de las expresiones culturales de la danza, la música y la comida regionales. El proceso actual está llevando a una modernización de ella llevando apoyos médicos tanto para los heridos sean ellos humanos o caballos. Al toro nadie lo atiende.

 

 

REFERENCIAS

(1)Se considera actualmente a Zenúes y Malibúes miembros de la misma etnia.