Trazos orgánicos


Lo que la naturaleza nos enseña sobre estética: esa es la fuente creativa de la arquitecta y diseñadora Susana Garavito. 

“SIEMPRE SENTÍ mucha curiosidad por saber hasta dónde podía llevar mi creatividad”, explica Susana Garavito, la arquitecta colombiana que, en 2019, fundó Basalto Studio, en el barrio El Nogal, de Bogotá. No es gratuito que el nombre de este proyecto de diseño, interiorismo y arquitectura esté inspirado en una piedra volcánica: toda la creatividad que fluye allí —desde los bocetos en libretas de dibujo hasta los renders finales de cada idea— está enraizada en la naturaleza: en sus materiales, dinámicas y procesos. Esa es la fuente de información fundamental para Susana en cuanto a texturas, colores y estructuras.

Así, las obras creadas en el estudio son muy distintas entre sí, pero guardan una relación: la capacidad de transformación. “La naturaleza nunca es estática y yo he querido que nuestras piezas tampoco lo sean; incluso, deseamos que sea posible interactuar con ellas”, comenta la arquitecta, graduada de la Pontificia Universidad Javeriana y con estudios en Milán y Florencia (Italia). Esto está reflejado en las columnas Solé, por ejemplo: unas estructuras que se pueden desarmar hasta cierto punto y cuyas piezas restantes pueden convertirse en una mesa auxiliar.

La renovación y el diseño interior también hacen parte de la propuesta de Basalto Studio, como consta en residencias privadas de Bogotá —en los sectores de Bosque Medina, Cabrera, El Nogal y Antigua—, así como en espacios públicos como los restaurantes LEO —donde se encuentra su lámpara Endless Balance— y Debora —construido y diseñado bajo una sensibilidad nórdica—.

El gran diferencial de Basalto Studio no solo está en sus diseños, sino en la solidez de criterio y filosofía de su creadora. Garavito construye mundos únicos para sus clientes, y lo hace, como ella misma dice, “desde la mente y el alma”.

Fotos: Mónica Barreneche / El Buen Ojo y Camilo Forero

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