Las fotografías de esta exposición tienen en común que, además de no incluir ningún retoque, muestran las calles de forma insospechada, deteniéndose en las señales de tránsito y en las huellas de los carros o del paso del tiempo en el asfalto. Hasta los policías acostados pueden tomar un nuevo aspecto y entrar a formar parte de una obra en la que se nos presenta una peculiar mirada: la mirada fotográfica del comunicador Karl Troller.