Somos Martina tiene certificaciones como Sello de Moda Sostenible, certificación de algodón BCI, Sello Verde de Verdad y más. Foto: cortesía Somos Martina
Somos Martina tiene certificaciones como Sello de Moda Sostenible, certificación de algodón BCI, Sello Verde de Verdad y más. Foto: cortesía Somos Martina
4 de Abril de 2024
Por:
Zamira Caro Grau

 

Desde la industria de la moda, el emprendimiento colombiano Somos Martina busca mejorar la gestión de la menstruación en zonas vulnerables de país. 

 

La vocación social de los calzones menstruales

MENSTRUAR EN COLOMBIA no es fácil. No hay acceso a la información. No hay agua. No hay con qué pagar las toallas higiénicas ni los tampones. Y en el resto del mundo es igual. Tanto, que las Naciones Unidas tiene un término para ello: “Pobreza menstrual”, en referencia a la falta de acceso a productos sanitarios, pero también a educación, baños y otras condiciones básicas de salubridad relacionadas. De hecho, en un estudio llamado Menstrual Health and Hygiene, el Banco Mundial afirma que son más de 500 millones de mujeres y personas menstruantes en el mundo quienes no tienen acceso a productos de higiene y educación al respecto.

El DANE buscó esos indicadores en Colombia a través de una serie de preguntas sobre gestión de la menstruación en la Encuesta Pulso Social y allí se concluyó que 15,1 % de las mujeres y niñas del país no pueden pagar productos relacionados. Aunque no se trata exclusivamente de un asunto monetario: a ello se suman los tabúes y la desinformación, responsables, por un lado, de que al día de hoy aún se reemplace el término “menstruación” al hablar con eufemismos como “la regla”. Y por el otro, de que haya niñas y mujeres en zonas como el Pacífico colombiano que no sepan qué es la sangre que mancha su ropa interior, sino hasta el día en que les llega por primera vez. Así lo confirma Unicef, que realizó una encuesta en Bagadó (Chocó), Santander de Quilichao (Cauca) e Ipiales (Nariño) a niñas de entre 11 y 18 años: 34,8 % de las entrevistadas lo afirmaron así, y 45 % “no sabe o no responde de dónde proviene el sangrado menstrual”.

Son estos mismos tabúes los que hacen que muchas mujeres, sobre todo en zonas rurales, no utilicen tampones ni copas menstruales, como lo han intentado algunas organizaciones. A ello se suman mitos como que estos artefactos le “quiten la virginidad” o la “pureza” a las niñas, como expone en uno de sus blogs Mariana Sanz de Santamaría, líder de Poderosas, una ONG de Educación Integral para la Sexualidad. El resultado se refleja en la misma encuesta realizada por el DANE: alrededor de 45 mil mujeres en el país usan telas, trapos, ropa vieja o calcetines durante su menstruación, a falta de otras opciones, lo cual las expone al riesgo de infecciones.

Juliana Villegas, con su emprendimiento Somos Martina —una marca colombiana de ropa interior para la menstruación—, busca incidir en ese contexto desafiante. 

EL MEDIOAMBIENTE, LA MOTIVACIÓN INICIAL

Juliana se enteró de que las toallas higiénicas —el producto más usado en Colombia para la menstruación, según el DANE— tardan hasta 500 años en descomponerse. Teniendo en cuenta que una persona menstruante puede usar más de 200 al año, los cálculos en cuanto a desechos son astronómicos. Villegas, entonces, ideó una marca de ropa interior que fuera una alternativa ecológica para gestionar la menstruación. Ese es el origen de Somos Martina.

Los calzones están diseñados con tres capas. La primera está compuesta por algodón orgánico superabsorbente y de secado rápido. La segunda, por más algodón absorbente y antibacterial, para prevenir malos olores. Y la tercera y última es una capa antifluido, diseñada para prevenir escapes.

Tienen opciones para flujos leves, medios y altos, como también un tallaje relativamente amplio: desde la XS hasta la XXL. Su durabilidad es de hasta 50 lavadas, lo cual se traduce a aproximadamente tres años de uso.

Gracias a la persistencia, a los efectos secundarios de la pandemia en los hábitos de la gente y a la actual tendencia de regresar a las opciones más orgánicas, la marca ha consolidado una clientela fuerte
y logró expandirse a algunos lugares de México y Estados Unidos. Según sus propios cálculos, en 2023, Somos Martina evitó la creación de 32.500 kilogramos de basura y reemplazó, en total, más de dos millones de toallas higiénicas y tampones. Lo anterior supuso una reducción de más de 50.000 kg de CO2 liberados a la atmósfera. 

Su objetivo, al menos en cuanto al medioambiente, se está logrando. Sin embargo, Juliana buscó fortalecer el frente social.

MENSTRUANDO POR COLOMBIA

En conjunto con otras organizaciones colombianas como Poderosas, pero también Fundación Espíritu Indomable, que usa los deportes de combate para la construcción de identidad de las comunidades negras del país, y Desing Lab Give, que busca cerrar los círculos de pobreza a través de la creatividad y el tejido, Juliana tomó rumbo hacia varias localidades del Chocó.

Allí, Somos Martina, junto a las otras organizaciones, brindó días enteros de talleres en los que enseñaron, a alrededor de 30 mujeres de varias comunidades, cómo confeccionar toallas higiénicas reutilizables, no solo para gestionar su menstruación, sino también para que se convirtiera en un sustento económico. Les dejaron las máquinas de coser y discutieron la educación menstrual y sexual.

La estrategia, luego, se replicó en otros lugares de Colombia como Leticia (Amazonas), Amagá (Antioquia) y Tomarrazón (La Guajira). “Siempre nos aliamos con una fundación local que
se encarga de reunir a las mujeres que tomarán los talleres, porque no está bien que lleguemos como a colonizar el sitio. Es lindo, porque aprenden a coser desde cero”, explica Juliana. “Incluso, a veces empiezan otros emprendimientos de pijamas y vestidos que les permiten ganar un sustento y salir un poco de las tareas del hogar”.

CINCO AÑOS DESPUÉS

Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, Somos Martina cumplió cinco años de apostarle a una menstruación más sostenible con el medioambiente y de creer que con educación menstrual y sexual, y con una máquina de coser, se puede mejorar la calidad de vida de la gente.

Para celebrar su aniversario, Juliana eligió no lanzar una nueva colección, sino un producto artístico. Para eso se unió con Pedro Mesa, un artista colombiano junto a quien creó el primer Oráculo de Mujeres Latinoamericanas: se trata de 78 dibujos a mano, con retratos de mujeres que han impulsado el cambio, el progreso y la igualdad. Entre ellas están Mercedes Sosa, cantante argentina; Gloria Anzaldúa, educadora feminista; Josefa Camejo, heroína de la independencia de Venezuela, y muchas otras figuras importantes en ámbitos que van desde la literatura hasta la medicina. “Queríamos informar sobre quiénes son. Por eso, cada una viene con biografía”, sostiene Villegas. “Aunque hay algunas que son muy famosas —como Celia Cruz, por ejemplo— hay otras que descubrimos en este proceso de selección porque son increíbles en lo que hacen, pero no se conocen. Eso pasa especialmente en el campo científico, por ejemplo, porque todavía está muy centrado en los hombres”.

Dicho proyecto es un complemento al trabajo de Somos Martina, una marca que lucha por la salud menstrual de las mujeres y personas menstruantes. Que celebra los cuerpos que sangran. Que informa y que construye país. Y que, paso a paso, construye una Colombia en donde las niñas no dejen de ir al colegio porque están menstruando.