cine colombiano

Zico y Angie son una pareja de hermanos. Él, líder de una banda de ladrones, amante del punk, la cerveza negra y el fútbol, está dispuesto a hacer su última ‘vuelta’ para terminar la vida criminal que desde hace dos años lleva con éxito: ha hecho catorce robos, en los que nunca ha hecho uso de la violencia.

No está muy clara la fecha de nacimiento del hoy llamado ‘séptimo arte’, pero para efectos prácticos se acepta el 28 de noviembre de 1895, cuando los hermanos Augusto y Antonio Lumiere organizaron en París la primera exhibición pública de la cinta La llegada de un tren a la estación, que produjo un inmenso sobresalto en algunos espectadores cuando creyeron que la locomotora saldría de la pantalla para aplastarlos.

Para Hernández el mundo no tiene límites, porque los lentes de las cámaras, las ideas, la escritura y la imaginación no conocen esa palabra. Desde muy joven, el amor por el séptimo arte lo hizo fiel a lo que sucedía en las grandes pantallas. Su padre era el contador del Teatro Lux, en Bogotá.

El escenario es un salón en el que se filtran las pequeñas luces que algo cortan la oscuridad del lugar. Alrededor de una mesa de póker están sentados cinco personajes: cuatro hombres y una mujer. La cantidad de dinero apostada en ese sitio es importante; tanto así, que serviría para resolver las más difíciles situaciones financieras.

La película El Páramo, dirigida por Jaime Osorio Márquez, cuenta la historia del pelotón Bravo 3, de soldados colombianos, que bajo las ordenes del Teniente Viceprimero Sánchez, va camino hacia una base militar, cerca de Manizales. Aún se desconoce por qué todos los que custodiaban el sitio están muertos. Sin embargo, los nueve combatientes que llegaron a revisar la zona aseguran que son los guerrilleros quienes han cometido el crimen.