crimen

En el momento en que Sebastián Rodas vio a su víctima frente a él y la escuchó hablar ante el juez, supo que todo sería diferente. Antes de ese día, o no lo denunciaban o el denunciante no iba a la audiencia. Treinta y seis horas después de sus 16 detenciones anteriores, siempre recobraba la libertad. Pero ese 25 de octubre de 2005 fue distinto: “aquí me embalé largo”, pensó. A sus 13 años, fue sentenciado a cuatro años en la Institución educativa de trabajo San José, en Bello (Antioquia), por haber robado un computador portátil y amenazado a su víctima con una navaja.