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El 4 de octubre de 1995, los periodistas conocieron el primer comunicado de Amazon.com. Estaba fechado en Seattle y anunciaba que la tienda minorista más grande de internet abría sus puertas virtuales para que cualquier persona con ingreso a la web pudiera acceder a la mayor colección de libros del mundo. Han pasado casi 23 años, y mucho ha llovido desde que el ingeniero de Princeton, Jeff Bezos, materializó la idea de aprovechar al máximo los datos que revelaba un informe que había conocido en 1994: en un año, internet había crecido un 2.300%.

Algunos pasaron de estar frente a la cámara de su computadora a tener audiencias privadas con el papa Francisco. Otros, a tener entrevistas exclusivas con el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama. Unos han firmado millonarios contratos con grandes marcas, como Coca-Cola o L’Oréal, mientras otros han creado su propia empresa.

 

Mientras viajaba a África, Carlos Vera perdió a la mujer que amaba. Una víspera de Navidad, un 24 de diciembre, luego de hacer escala en Venezuela, Dieppa trató de despertar a Silvia Pérez, pionera de la industria textil en Colombia, pero fue inútil. Había muerto de un infarto. En sus brazos se fue la persona que le enseñó a amar el diseño. La empresa en ese momento se llamaba Kumare, el mismo nombre de una fibra vegetal del Amazonas con la que él fabricaba tapetes que luego remataba en cuero.

 

Un vehículo atropella a una persona, el carro que lo embistió llama una ambulancia antes de que el conductor lo haga mientras que, al llegar, la ambulancia ya tiene la historia médica del peatón arrollado.

Las empresas que lideran un mercado tienen dos grandes retos: mantener su participación y crecer. Pero cuando son líderes indiscutibles, el verdadero problema está en cómo hacer para que la gente consuma más o en dónde encontrar nuevos consumidores. Ese es un dilema que el Grupo Nutresa, que tiene participaciones superiores al 60 % en varias categorías de alimentos en Colombia, ha sabido sortear muy bien. ¿La fórmula?