Fresas

Recuerdo perfectamente mi primer acercamiento al mundo de la pastelería: cuando yo tenía cinco años, mi padre solía hacer pizza conmigo en la casa de mis abuelos. Con la masa que sobraba hacíamos galletas, él cogía la mitad del sobrante y le agregaba azúcar y canela para su espectacular receta que al hornearse llenaba la casa de un olor que todavía me hace sonreír. Desde ese entonces mi cocina ha sido un poco más experimental que la de mi padre.