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17 de Octubre de 2017
Por:
Mauricio Romeri

Las viviendas y oficinas actuales incluyen descrestantes avances tecnológicos que no solo multiplican el confort, la habitabilidad, el diseño y la estética, sino que además son sostenibles. Ha llegado el tiempo de la domótica.

La era de la domótica

Vivir o trabajar en sitios que tienen en cuenta la eficiencia en el consumo de energía, el reciclaje y el cuidado del medio ambiente está ganando popularidad, entre otras cosas porque algunos gobiernos están legislando a favor de la sostenibilidad.

Diferentes estudios científicos concluyen que, por ejemplo, los edificios altos tienen un impacto negativo sobre el medio ambiente, porque cuando hay gran concentración de estas estructuras el flujo de aire limpio no circula con la misma libertad, por lo que la contaminación emitida por los vehículos no se disipa.

Adicionalmente, los respiradores de los edificios liberan a la atmósfera altos niveles de CO2, mientras que el consumo de energía es elevado, pues se desperdicia en iluminación, calefacción o aire acondicionado en oficinas o habitaciones, muchas veces vacías.

Lo mismo sucede con las casas. Es por ello que empresas y gobiernos se han vuelto más exigentes a la hora de implementar estándares de construcción, como el Leadership in Energy & Environmental Design (LEED), un sistema de certificación para edificaciones sostenibles creado por el Consejo de la Construcción Verde de Estados Unidos, que contempla mejoras en eficiencia de consumo de energía, reciclaje de aguas grises o jabonosas y utilización de agua corriente, entre otras variables, y que ya se empieza a aplicar en países como Colombia.

A ese conjunto de sistemas de automatización de las comunicaciones, la seguridad, la administración de la energía y el acceso y control remoto o centralizado a ciertas funciones se le conoce con el nombre de domótica, un valor agregado que muchos proyectos de vivienda en ciudades como Bogotá, Medellín y sus alrededores utilizan como argumento de venta.

Estos son algunos de los avances que ya se aplican en la actualidad, entre paneles de energía solar, bombillas, concentradores, alarmas, cámaras y entretenimiento, todos estos con el ‘apellido’ de ‘inteligente’:

 

Persiana americana

Adicional al hecho de ser automáticas, muchas persianas incorporan la función de sombreado inteligente, que les permite abrirse, cerrarse o hacer movimientos autónomos durante el día con el fin de optimizar la temperatura ambiente dentro del recinto, y así ahorrar energía.

De esta forma, en la mañana se suben apenas suena el despertador; durante la mayor parte del día permanecen en esa posición para aprovechar los rayos solares con el fin de mantener caliente la habitación, si la privacidad respecto de los vecinos no es un problema. Si llueve o si hay una tormenta (en sitios donde haya huracanes o vientos fuertes), se bajan solas, mientras que en la noche se cierran para proveer un ambiente más íntimo.

 

Fachadas ventiladas

Son placas que se superponen a la fachada y que dejan un espacio de algunos centímetros por donde circula aire. En climas cálidos, el efecto chimenea hace que por debajo entre aire caliente y salga más frío por la parte superior, lo cual mantiene el interior del recinto más fresco. En invierno sirve de aislante para el frío exterior, gracias a los materiales que ayudan a mantener cálido el interior.

Este tipo de avance permite un ahorro de energía en calefacción o aire acondicionado de 20 a 30 por ciento, e incluso más. Además, estos sistemas mejoran la insonorización, tanto del ruido de la calle, como de la música o las voces que provengan del interior. Estas fachadas requieren menos mantenimiento, son más durables, evitan la humedad y se limpian solas por acción de la lluvia.

 

Iluminación limpia y cálida

Tecnologías de bombillas como las que ofrece Philips con la línea Hue (que traduce ‘tono’) hacen que el uso de luces en casa no solo sea más eficiente sino más agradable.

Estas bombillas tienen la capacidad de emitir luz en la tonalidad e intensidad que el usuario desee, entre una paleta de colores que se selecciona desde un dispositivo móvil, ya sea una tableta o un celular, incluso de manera remota.

La ‘app’ en el teléfono también le permite programar las luces estilo fiesta, es decir, que se apaguen, enciendan y cambien de color e intensidad al ritmo de la música. Como es lógico, se pueden programar para que se apaguen o enciendan de forma automática, y es posible encender solo algunas.

Estas bombillas tipo LED vienen también en presentación de cinta luminosa, para iluminar y ambientar sitios de difícil acceso, como debajo de mesas y escritorios, o detrás de los cuadros.

 

La voz del amo

Aparatos como el Amazon Echo centralizan muchas de las funciones de un hogar inteligente. En este caso, se trata de un parlante con muy buenas características de sonido, que no solo reproduce audio sino que es una central de mando que reconoce órdenes mediante la voz, muy al estilo de Siri, el asistente de los teléfonos iPhone.

Echo se convierte en un asistente de tareas diarias en un hogar conectado, como poner una alarma si está cocinando, ordenarle a la cafetera que comience a hacer el café mientras el usuario toma una ducha, sintonizar el episodio de un podcast, o encender o apagar las luces.

El aparato incorpora sensores de voz, que hacen que darle órdenes precisas sea una tarea sencilla, desde cualquier punto de la vivienda. El aparato, en forma de cilindro, casi no ocupa espacio y va bien con diferentes estilos de decoración.

 

La energía más allá de la electricidad

Las construcciones ya tienen en cuenta formas alternas y limpias para producir su propia energía, lo que les permite ser más sostenibles e independientes de la red eléctrica. Para este fin se han popularizado tres formas de generar energía limpia y renovable.

Paneles solares: los precios han ido cayendo y la tecnología, siempre en desarrollo, permite aprovechar mejor los rayos del Sol para generar energía eléctrica dentro del hogar o el edificio. Incluso, algunos techos se reemplazan con paneles para atrapar más energía, y su instalación es cada vez más sencilla y menos invasiva. Cuando no hay presupuesto para un solo hogar, hay comunidades que lo hacen de manera colaborativa, es decir, todos invierten en la instalación y comparten la energía generada. A mediano plazo, representa ahorro.

Turbinas de viento: no es necesario tener las grandes torres que se aprecian en las granjas de viento de muchos países. Existe la forma de tener una turbina más adecuada al hogar, aunque aún hay restricciones, como el espacio para instalarlas, el ruido y la cantidad de viento constante en el área. No obstante, son una excelente opción en fincas y casas de recreo, o sobre las terrazas de edificios altos.

Hidrogenerador: esta tecnología es el equivalente de una represa a pequeña escala, que aprovecha una caída de agua para mover una turbina y generar electricidad. En la actualidad hay turbinas pequeñas que suministran suficiente energía a un hogar, pero es necesario tener una corriente de agua cerca, lo cual la convierte en una solución ideal para casas de campo.

 

La locura del diseño

La arquitectura interior y exterior también pone su grano de arena para la sostenibilidad, con espacios más versátiles y elementos que optimizan la utilización de cada rincón, como camas que se esconden en las paredes durante el día, muebles modulares que prestan distintos servicios de biblioteca y almacenamiento en la cocina debajo de las escaleras o en las habitaciones.

El diseño de muebles sorprende todos los días, con cajones en los peldaños de las escaleras, soluciones de almacenamiento debajo de las mismas, sofá camas que se convierten en un camarote de dos pisos o sillas y mesas que se pueden ocultar dentro de una repisa. Los diseños se renuevan día a día.

 

*Publicado en la edición impresa de septiembre de 2016.