AMERICAN CHEMICAL SOCIETY
6 de Junio de 2017
Por:
Mauricio Romero

Un grupo de científicos de la Universidad de California creó un sustrato que permite borrar y reescribir más de 80 veces, sin necesidad de tinta. ¿Cómo funciona?

Así funciona el papel reutilizable

Cifras de la organización conservacionista World Widelife Fund (WWF) revelan que el planeta utiliza 1 millón de toneladas de papel diarias en tareas como la impresión de periódicos, revistas y libros, y eso tiene un impacto no deseado sobre el medio ambiente, incluso en las plantaciones sostenibles de árboles dedicados a la producción de papel.

El portal Ecology.com da cuenta de que una tercera parte de los árboles provenientes de cultivos sostenibles se utiliza para la creación de papel y cartón, una industria que, según Ecology, es la quinta actividad manufacturera que más consume energía en el mundo y definitivamente la que más agua pura emplea en sus procesos, sin mencionar que dicha industria utiliza químicos que, por lo general, dañan las fuentes de agua y la vida silvestre.

Pero antes de pensar que el papel está ‘mandado a recoger’ o que lo digital está reemplazándolo, investigadores como los de Science Direct dicen que el consumo de papel seguirá creciendo hasta el 2030 y más allá.

Es por esta razón que el descubrimiento de los científicos de la Universidad de California cobra importancia, pues lograron crear una finísima película que se le adhiere a cualquier tipo de papel y reacciona con la luz o la temperatura.

El papel recubierto con el material no necesita tinta para imprimir textos sobre este, lo cual, aunado al hecho de que el papel se puede reutilizar casi 100 veces, reduce ostensiblemente la contaminación que genera la producción de tinta.

Agradable al tacto y fácil de leer

Muchas personas dicen que el placer de leer es mayor cuando se tiene un periódico de papel en la mano que hacerlo en un teléfono celular, una tableta, un computador o un lector de libros electrónicos. Esa sensación se mantiene con el papel reimprimible.

La capa de película que se aplica al papel no le quita flexibilidad, ya que es 100 mil veces más delgado que la hoja sobre la que se adhiere.

Para desplegar el contenido, esta tecnología consta de nanopartículas que toman la energía de la luz y generan cambios de color, incluso del blanco.

El obstáculo que hasta ahora han encontrado los científicos, luego de superar con éxito la utilización de químicos tóxicos y otros problemas colaterales, es que la impresión es solo monocromática, es decir, de un solo tono, por lo cual el papel reimprimible aún no es apto para fotografías a color.

El sustrato está diseñado para que, con el pasar de los días, el texto se borre lentamente. El borrado se puede acelerar si el papel se somete a una temperatura de 120 grados centígrados, que es menor que los 200 grados –por ejemplo– a los que se somete la tinta de un tóner en una impresora láser. Los científicos aseguran que a 120 grados el papel no se quema, lo que hace de este proceso uno muy seguro. El borrado de la página mediante temperatura demora unos 10 minutos.

Para la impresión, basta con poner una plantilla traslúcida con los textos y pasar una luz ultravioleta a través de esta para que el sustrato reconozca la luz y las sombras, un proceso relativamente parecido al del revelado de una fotografía en papel.

Los creadores de este nuevo medio de impresión sostienen que los textos o las imágenes grabadas en el papel son de alta resolución, incluso hay una de 10 micras, es decir, 10 veces menor de lo que el ojo humano puede ver.

Dicho nivel de resolución se mantiene durante varios días, antes de degradarse (cinco días o más), pues el oxígeno en el aire hace que las partículas vuelvan a su color original, el mismo que tenían antes de ser excitadas por el azul, que es el color del sustrato.

La alternativa láser

Otro tipo de impresión con el que los científicos experimentan es con un proceso parecido al de una impresora láser, mediante la cual un rayo de luz hace contacto con el papel para dejar allí su marca, si se mantiene durante unos 10 segundos sobre la superficie.

El colorante que se utiliza en esta película se conoce como Prussian Blue, que tiene una composición química muy estable y predecible cuando se somete a los estímulos de luz y temperatura, lo cual permite varias decenas de ciclos de escritura y borrado.

La tintura Prussian Blue no solo es azul, sino que puede adoptar diferentes tonalidades, lo que finalmente no afecta la lectura de, por ejemplo, letras negras sobre fondo blanco, los colores que el ojo humano observaría mientras el contenido es legible.

Cuando se comercialice, dicen los investigadores, esta tecnología permitirá imprimir diarios y revistas, etiquetas y afiches renovables. 

 

 

*Publicado en la edición impresa de abril de 2017.