ILUSTRACIÓN ISTOCK
24 de Agosto de 2021
Por:
María Salazar

 

Lograr un embarazo es una labor titánica para muchas más parejas y personas de las que se cree. Estos son los métodos en Colombia para lograr una reproducción asistida.

 

 

¿Es tan fácil tener bebés?


PESE A que ya somos 7.800 millones de seres humanos en el planeta, el Homo sapiens es –sorprendentemente– poco efectivo para reproducirse, y para la muestra están las altas tasas que nuestra especie tiene en embarazos fallidos. Por eso, la ciencia no descansa en el desarrollo de tratamientos cada vez más sofisticados para la reproducción asistida.

Antes de repasarlos, no sobra recordar cómo funcionan nuestras células sexuales. Es consabido que, para que exista un embarazo, además de la existencia de los dos gametos –las dos células, óvulos y espermatozoides–, estos tienen que fecundarse entre ellos y, además, deben implantarse dentro del útero. Sin embargo, no todas las parejas tienen consciencia de que, mientras que los hombres tienen una producción permanente de espermatozoides que dura toda la vida –aunque su calidad empieza a cambiar lentamente a partir de los 40 años–, los óvulos funcionan diferente: comienzan a producirse sin que la mujer haya nacido siquiera –en la semana 18 de gestación– y desde los 35 años disminuyen su calidad y cantidad.

ANÁLISIS PREVIO

Antes de hacer un procedimiento reproductivo es importante hacer una evaluación en términos de fertilidad, tanto en el hombre como en la mujer, en caso de que se trate de una pareja. En el caso de ellas, es clave una ecografía para contar cuántos folículos hay en los ovarios.

Según el ginecólogo Germán Arango, de la unidad de fertilidad Fertivida y quien guio a REVISTA CREDENCIAL en esta búsqueda, esos folículos son pequeños sacos llenos de líquido que contienen óvulos inmaduros. Cuando un óvulo madura durante el ciclo menstrual, el folículo se rompe y el ovario libera un óvulo para su posible fecundación. Asimismo, se debe hacer tanto un análisis de la hormona antimulleriana, que tiene relación directa con la cantidad de óvulos con los que cuenta una mujer, como un control de la ovulación en el que se evalúan seis hormonas adicionales. También es clave estudiar el estado del útero y si las trompas de Falopio están tapadas o destapadas.


Para los hombres existe el espermograma, un análisis de semen que ayuda a determinar cuántos espermatozoides hay, cómo se mueven, cuántos están vivos y qué forma tienen. También, se puede saber cómo está el ADN que estos cargan.

De acuerdo con Arango, lo más atractivo de usar técnicas de reproducción asistida es lo consciente que pueden ser los padres a la hora de traer un hijo al mundo: son hijos deseados de padres que han pensado profundamente en la posibilidad de tener uno. El doctor recomienda que la consulta a los expertos en reproducción debe hacerse tan pronto como se decida tomar ese camino y, además, se identifiquen las dificultades.

DOS CAMINOS: BAJA Y ALTA COMPLEJIDAD
Los tratamientos de baja complejidad son para cuando las edades son favorables y los parámetros están dados. Consiste en estimular la producción de óvulos con medicamentos (que no haya solo un óvulo durante el periodo menstrual, sino varios) y una ecografía indicará cuando la pareja debe tener relaciones sexuales para que se dé el embarazo.

En esta franja está también la inseminación intrauterina, en la que también se estimula la ovulación, y al espermatozoide se le hace un proceso para optimizarlo: se toma una muestra del semen y se seleccionan los mejores espermatozoides para implantarlos dentro del útero.

Por su parte, los de alta complejidad aparecen desde cuando los pacientes tienen 39 o 40 años, o cuando la reserva de óvulos de la mujer no es la adecuada. También se usa en los casos en que los espermatozoides no se mueven o hay pocos con forma normal. En esa categoría existe la fecundación in vitro, así como la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI) y el tratamiento con óvulos de donante.

En el in vitro, se usan medicamentos para estimular el crecimiento de los folículos ováricos. Luego, se hace una ecografía para saber si estos están listos (deben tener de 18 a 20 mm), y si se logra el crecimiento deseado, se podrá suponer que los óvulos son maduros y óptimos para fecundar. Posteriormente, se programa una extracción de óvulos con ayuda de una ecografía con sedación superficial.

Por otra parte, se toma una muestra de semen del hombre. Si en el semen solo hay líquido, existe la posibilidad de tomar los espermatozoides a través de una biopsia testicular. Esta última también aplica para pacientes que se han hecho la vasectomía.

Posteriormente, el espermatozoide y el óvulo se encuentran en el laboratorio. En el in vitro, a cada óvulo se le ponen varios espermatozoides alrededor, gracias a que estos últimos están diseñados naturalmente para ir hacia el óvulo en cualquier condición. Las células se quedan en el laboratorio hasta que se forme un blastocisto, que es un embrión de cinco o seis días de desarrollo y que tiene más de 200 células. Igualmente, el blastocisto tiene dos tipos de células: las que forman el embrión y las que forman la placenta. Antes de su implantación en el útero, se realiza un diagnóstico genético donde se puede ver si la cantidad de cromosomas en los embriones es correcta o no.

En el método ICSI lo que cambia es la forma de encuentro entre las células. En este caso, se pone un espermatozoide en el interior del óvulo y es usado cuando está muy comprometida la calidad de los espermatozoides.


El último tratamiento de reproducción asistida de alta complejidad es a través de la donación de óvulos, donde la mujer receptora de los embriones debe someterse a un tratamiento para preparar el endometrio.

LA EFECTIVIDAD

Dice el dr. Arango que, dependiendo de las condiciones, la posibilidad de lograr un embarazo con tratamientos de reproducción asistida es del 50 % con procedimientos de baja complejidad y del 60 % con métodos de alta complejidad. Es importante saber que en ambos casos se puede fecundar más de un óvulo, por lo que la probabilidad de embarazos múltiples es mayor: cerca del 25 % de las veces que se usan estos métodos exitosamente hay embarazo múltiple.

Entre los factores para tener en cuenta a la hora de realizarse algún procedimiento de reproducción asistida está si las menstruaciones son irregulares, si la mujer ha tenido endometriosis o si ha tenido cirugías en los ovarios. Y hay una consideración adicional: factores ambientales, de alimentación y estilo de vida que han hecho que la producción de células sexuales disminuya históricamente. 



¿SABÍAS QUE...?

Según el Dr. Arango, 15 de cada 100 parejas que quieren tener bebés lo logran cuando todas las condiciones están dadas a su favor, incluido que la mujer tenga menos de 35 años y el hombre menos de 40. Es decir, una de cada seis mujeres.

Un óvulo tiene 24 horas de vida disponible para ser fecundado y un espermatozoide 72 horas de vida útil para poder fecundar.

De 100 embarazos que inician y que están confirmados por una prueba o una ecografía en parejas con todas las condiciones dadas, 80 bebés van a nacer y 20 no.

Cada célula sexual aporta sus cromosomas y durante los tratamientos de reproducción asistida esa mezcla genética es intocable.

La reproducción asistida ha permitido que se configuren nuevos tipos de familia con madres y padres solteros y parejas homosexuales. 


*Publicado en la edición impresa de agosto de 2021.