Foto cortesía Pilar Castaño
25 de Octubre de 2021
Por:
Pilar Castaño

Esta columna de opinión de la periodista de moda y escritora hace parte del especial #35AñosRevistaCredencial

"Recuerdo la llegada al estudio de Carlos Pizarro Leongómez y Antonio Navarro Wolff estrenando sus elegantes ternos de Everfit, amnistiados ante el país": Pilar Castaño

 

La década de los 80 será recordada por sus excesos de energía en la música, el cine y, desde luego, en la moda. Para nuestro país fue una de las más violentas décadas de su historia.

 

 

Recuerdo los comienzos de mi carrera como periodista y presentadora. En esos años, yo había comenzado a trabajar en la revista Cromos y en la creación de la primera revista de moda colombiana, Laura, con Gloria Valencia como directora. Del periodismo escrito pasé, en 1985, a la televisión, en el Noticiero de las 7, donde tuve que presentar, en vivo y en directo, sobre la realidad nacional. ¡Me contrataron por una noche y me quedé siete años!

En esa época viví muchos momentos que me marcarían para siempre. Estos son algunos de ellos.

El 6 de noviembre de 1985, 35 guerrilleros del grupo M-19 se tomaron el Palacio de Justicia. Solo hasta la noche siguiente, el país pudo dimensionar a través de los noticieros su cruda realidad, pues el día anterior el presidente Betancur ordenó que se trasmitiera por televisión un partido de fútbol.

"Ese año, llegó una Navidad enlutada con el asesinato del gran periodista Guillermo Cano".

Ese mismo mes, RCN me propuso presentar el Concurso Nacional de Belleza, después de que mi mamá lo había presentado por más de 15 años. El primer día del evento comenzó con la noticia del ataque al Palacio de Justicia por parte del M-19 y por eso se pensó en cancelar el concurso. No era el mejor momento para estar presentando canutillos y lentejuelas. Mi amigo, el periodista Antonio Caballero, había sido enviado a cubrir el Reinado para hacer una crónica original para la Revista Semana. El tema para Caballero era más la fealdad que la belleza, y se sentía fuera de contexto. Así que, con la noticia del Palacio de Justicia, el periodista gritaba en voz baja en el lobby del Hotel Hilton de Cartagena: “Consíganme un avión a Bogotá”.

El 13 de noviembre, 7 días después, la población de Armero amaneció cubierta de ce- niza. Y esa noche se inició la erupción del volcán Nevado del Ruiz, que produjo una avalancha que borró toda una población.

Además, durante todo el año se recrudecie- ron los atentados terroristas y las bombas en un país aterrorizado por la guerrilla y el narcotráfico. Llegó una Navidad enlutada y triste con el asesinato del valiente y gran periodista Guillermo Cano.

Meses después, el 31 de julio de 1987, el noticiero abrió su edición con la primicia de que el M-19 se había comunicado con uno de nuestros periodistas para informarle que en ese momento la hija del banquero Jaime Michelsen sería liberada en la Biblioteca Nacional, después de un largo secuestro. Unos minutos después, ella apareció en el estudio, al lado mío.

Del año 1990, por ejemplo, recuerdo la llegada al estudio de Carlos Pizarro Leongómez y Antonio Navarro Wolff, sentados a mi lado, estrenando sus elegantes ternos de Everfit, amnistiados ante el país.

La prensa escrita se fortaleció como nunca durante la década de los 80. El oficio se ejercía con compromiso y valentía. Recordaré siempre esos años como los más edificantes de mi carrera.