28 de Octubre de 2021
Por:
María Mercedes Cuéllar

Esta columna de opinión de la exministra hace parte del especial #35AñosRevistaCredencial

"Barco fue uno de los grandes presidentes que ha tenido Colombia": María Mercedes Cuéllar

 

Fue un año muy importante para mí y para el país. En 1986 fue elegido presidente Virgilio Barco. Yo tuve el gran honor y la oportunidad de ser la primera mujer en ocupar la Dirección del Departamento Nacional de Planeación y, más adelante, ser ministra de Desarrollo.

 

 

 

 

 

 

 
 
 

Aunque no se le ha dado suficiente reconocimiento, Barco fue uno de los grandes presidentes que ha tenido Colombia. Su rectitud y carácter fueron determinantes para los resultados de su Gobierno. En 1986, el país aún sufría las consecuencias de la crisis económica y financiera de 1984 y su mandato transcurrió en medio de conflictos sin precedentes promovidos por el narcotráfico y la guerrilla. En el ámbito político, Barco gobernó con el esquema gobierno-oposición, siendo la única vez que ello ha ocurrido en Colombia desde el Frente Nacional en 1957.

 

 

El pilar central de su política, a pesar del contexto y adelantándose a lo que en la actualidad es la principal bandera en el ámbito político y económico, fue la lucha contra la pobreza absoluta. Como directora del DNP, a través del Plan Nacional de Desarrollo orientamos la inversión pública hacia las regiones más apartadas del país, buscando tener presencia del Estado a todo el territorio nacional. En el ámbito urbano este plan estuvo acompañado del lanzamiento del programa de las Madres Comunitarias y de inversiones significativas en acueductos y alcantarillados, cuyos niveles de cobertura eran precarios, afectando con ello la salud de los colombianos.


 

"El país aún sufría las consecuencias de la crisis económica y financiera de 1984".

 


 

Frente al tema económico, como ministra de Desarrollo uno de los grandes cambios que impulsamos fue haber iniciado el proceso de apertura de la economía con la eliminación de una enorme cantidad de restricciones al comercio exterior. Desafortunadamente, en el Gobierno de Gaviria, así se hubiera tratado de profundizar dicha política con la reducción de aranceles, esta se vio neutralizada con la introducción de un sinnúmero de notas arancelarias que anularon el proceso. En el plano político, el presidente Barco continuó con la descentralización administrativa del país iniciada en el Gobierno de Betancur, con la adopción de la elección popular de alcaldes y la transferencia de recursos y funciones administrativas a los entes territoriales. Asimismo, sentó las bases para que durante el Gobierno de César Gaviria se llevara a cabo la convocatoria de la Asamblea Constituyente, que terminó con la adopción de la Constitución del 91. En esta se introdujo la protección de los derechos fundamentales y de mecanismos para garantizar su cumplimento, temas de gran relevancia para el país desarrollados con base en la reforma constitucional que se tramitó durante el Gobierno Barco, que él mismo hundió a última hora por la intromisión del narcotráfico.

Finalmente, en el plano de la seguridad, el presidente Barco dio una lucha frontal y nunca antes vista contra el narcotráfico. Asimismo, logró alcanzar un acuerdo de Paz con el M-19, el EPL y el Quintín Lame, 30 años antes de que fuera posible llegar a un acuerdo similar con las FARC en 2016.

Como economista, tuve la oportunidad de participar, desde una posición privilegiada, no solo en recuperar la capacidad de endeudamiento externo de Colombia, sino también en los grandes cambios que se hicieron en términos de la lucha contra la pobreza, la apertura de la economía y la descentralización administrativa del país. Esa experiencia, por supuesto, marcó el resto de mi carrera profesional.


Virgilio Barco no ha recibido, dice Cuéllar, el reconocimiento que merece por los impactos positivos que tuvo su
presidencia.