Fotos Javier La Rotta
9 de Febrero de 2022
Por:
Liliana Escobar

 

La astróloga Diana Ramírez sostiene que las turbulencias recientes darán paso a tiempos más calmos, pero que todavía no debemos bajar la guardia. Dice que serán claves la lucha contra el cambio climático, las expresiones de la juventud y una redefinición del verdadero valor de las cosas.

 

2022 el año para madurar de una vez por todas

 

POR NATURALEZA, el ser humano tiene la necesidad de buscarle explicación a su existencia y, en esa búsqueda, ha encontrado en la astrología una guía para responder a sus preguntas. Así le pasó a Diana Ramírez, arquitecta de profesión, quien desde pequeña sabía que no encajaba ni veía el mundo como sus diez hermanos, que siempre la tildaban de despistada y perdida. Ella sabía que era diferente. Soñaba con estrellas y luces, y cada vez que veía un libro acerca de astrología sentía un llamado por leer y aprender más del tema.

 

 

 

Esta particular atracción la acompañó hasta su adultez cuando, en 1993, fue con sus compañeras de trabajo a que le leyeran la carta astral, y allí todo cobró sentido. “Por fin alguien me describía y me explicaba quién era yo. Por fin había encontrado a alguien que me entendía”, recuerda Diana. En ese momento comenzó lo que ella describe como una doble vida.

 

"Es la primera vez que Plutón nos va a hacer oposición, lo que significa que el país entrará en una transformación total en sus estructuras", dice Ramírez, arquitecta de profesión y astróloga por convicción. 

 

 

De día tenía el vestido de arquitecta y lideraba proyectos para grandes constructoras y de noche se ponía el de astróloga y leía libros e iba a cuanta lectura astral pudiera. Se fue formando con mucha disciplina, manteniendo un bajo perfil, porque no nos digamos mentiras: los temas esotéricos, y más en esos años, eran vistos como algo trivial e incluso irresponsable, alejado de su rutina matemática y lógica.

 

Le tomó ocho años entender que la vida no era tan estructurada como había aprendido en la universidad y se dedicó a estudiar meditación, tarot, geometría sagrada, reiki y astrología, hasta tomar la decisión de dedicarse de lleno a la astrología, pues como le habían dicho varios mentores, había nacido para esto. “Todo fue cobrando sentido –afirma–. Con la arquitectura aprendí a leer y entender los espacios exteriores, y con la astrología los espacios interiores, donde soy una guía del mapa de cada persona y los acompaño en su recorrido”.

Bajo la lógica de que la astrología no es algo dictatorial, sino algo que se traza a partir de las decisiones y emociones de cada individuo, es que Diana hace sus lecturas. Ella no puede decir con exactitud qué va a pasar porque al final depende de cada quien, y de la ruta que elija, pero sí puede interpretar lo que dicen el cielo, las estrellas y los planetas y compartirlo con aquellas personas que, al igual que ella, buscan respuestas a sus preguntas existencialistas. Con esto en mente, Diana aceptó la invitación de contarle a REVISTA CREDENCIAL cuáles son los caminos que ve para el 2022, así que tome nota y asegúrese de escoger el suyo.

¿Qué dejó de positivo el 2021 que sirva para arrancar este nuevo año?
Nos demostró que podemos adaptarnos ante eventos devastadores como la pandemia, a vivir con valentía y afrontar momentos de crisis. Pero también nos recordó que nos va mejor cuando trabajamos en equipo, una palabra clave para el año que arranca, ya que se pondrán a prueba muchas cosas.


¿Por qué? ¿cómo arranca el 2022?
Aunque es válido decir que el 2022 será un año convencional en comparación con los dos inmediatamente anteriores, que estuvieron marcados por la pandemia, no debemos bajar la guardia. Estamos en una transición planetaria que empezó en el 2020 y que irá hasta el 2024 cuando Plutón se instale definitivamente en Acuario, que por naturaleza es comunidad y equilibrio, lo que significa que este año estamos justo en la mitad, y es un punto de inflexión determinante. Será un año de misticismo absoluto, de buscar luz, guía, entendimiento, de comenzar de nuevo con otra energía.


En ese orden de ideas, ¿dónde debemos enfocar nuestra atención?
El punto de arranque está en entender que lo que se acabó, se acabó: no hay que aferrarse a nada, es hora de expulsar los desechos, sembrar semillas nuevas y plantar nuevos propósitos. La diferencia con años anteriores es que estas decisiones deben ser tomadas de manera conjunta, no como individuos. Si algo nos demostró la pandemia, que se alineó justo con el inicio de la transición planetaria, es que si no tenemos una conciencia colectiva que prime sobre los intereses personales y materiales de cada persona, nuestra supervivencia como especie humana estará cada vez más en la cuerda floja.

Es necesario poner los pies en la tierra y entender que si no la cuidamos vamos a desaparecer como especie humana. La pandemia nos demostró por primera vez que lo que pasa en China también puede pasar en Colombia, que ya no estamos separados como lo muestran los mapas, sino que, por el contrario, dependemos los unos de los otros para subsistir. Es la primera vez que un fenómeno mundial nos afectó a todos por igual.


¿Qué tema debemos priorizar?

El cambio climático es una realidad y se necesita tener una conciencia colectiva, tal como pasó con la pandemia, para que deje de ser un tema de ambientalistas y sea un tema de todos como sociedad. Este año se necesitará que haya un organismo multilateral que desarrolle políticas públicas que nos obliguen a tomar acción, tal como se está haciendo con la COVID-19.


¿Esto a su vez nos invita a pensar en sostenibilidad y equilibrio?
Totalmente, ambas son características propias de Acuario, y dejar de lado estructuras verticales y promover cada vez más economías circulares para evitar una crisis económica. Hay que cambiar de chip y darle un valor diferente a las cosas donde no prime lo material ni la cantidad de cosas que acumulemos, sino el uso que le demos. Un uso responsable. La invitación es a priorizar, 
y en lugar de seguir adquiriendo cosas, empezar a compartirlas con quienes tienen menos.

Anoche vi la película No mires arriba y es como si la hubiéramos mandado a hacer. Competir con el otro sacrificando la vida de personas solo para demostrar que se tiene el control, pedir y rezar por las cosas materiales, satirizar la realidad y decorarla con campañas y publicidad, ver que solo sobreviven los que más plata tienen, es la realidad, y eso este 2022 debe cambiar porque si no aprovechamos este año para transitar como comunidad, los años venideros nos pondrán a prueba.


Si a esto le sumamos que en Colombia tendremos elecciones en 2022, ¿qué podemos esperar de esa transición para nosotros como país?
Colombia tiene el Sol a 28 grados de Cáncer y es la primera vez que Plutón nos va a hacer oposición, lo que significa que el país entrará en una transformación total en sus estructuras, las cosas cambiarán totalmente. Aquí los jóvenes tendrán un rol clave para que esta transición no sea a ciegas. Este es el año donde los jóvenes tendrán más espacios para participar y donde como sociedad debemos apoyarlos si queremos un cambio positivo, no 
para estas, pero para las próximas elecciones.


¿Qué ve positivo para este año?
Gracias a Piscis vamos a tener mucha ayuda divina, celestial, como le quieran llamar, y tendremos la oportunidad como humanidad de ayudar al otro desde el corazón. Será el año para asumirnos, para crecer, para hacernos responsables. Es el año donde debemos madurar, ser adultos y hacernos cargo. Es el año de Acuario donde prima la “común-unidad”, y a diferencia del título de la película, sí miremos hacia arriba, miremos hacia el cielo y entendamos lo que nos quiere decir. 


 

“La pandemia se alineó justo con el inicio de la transición planetaria.
Si no tenemos conciencia colectiva que prime sobre intereses personales, nuestra supervivencia como especie estará cada vez más en la cuerda floja”. 

 

 

 

 

Artículo publicado en la edición impresa de enero de 2022.