Romero Ospino, más conocido como el 'Pollo Irra', es acordeonero y compositor. FOTO ARCHIVO EL TIEMPO
20 de Octubre de 2021
Por:
Catalina Uribe Tarazona

Israel Romero, fundador de el Binomio de Oro y a quien le han entregado premios hasta en la Casa Blanca, habló con Revista Credencial sobre una de las agrupaciones icónicas del repertorio popular colombiano.

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35 años (y más) de vallenato

El Binomio de Oro se fundó en 1976, pero aún hoy es tan relevante que Claro Música lo reconoció como agrupación campeona en streaming de vallenato. ¿La tradición sigue siendo valorada?
Estoy muy contento con este premio porque es un reconocimiento del público hacia nuestra trayectoria y hacia el repertorio del Binomio de Oro desde tiempos de Rafael Orozco hasta hoy día, que el vocalista es mi hijo Israel David. La gente descargó nuestras canciones y tuvo preferencia por nosotros, algo que lógicamente nos hace sentir satisfechos y nos pone el compromiso de seguir haciendo las cosas bien. Nosotros creamos un slogan: “Comenzar bien y terminar mejor”, y en ese camino seguimos, gracias a Dios.


¿Cómo recibieron la aparición del movimiento conocido como la nueva ola vallenata en 2005?
Hemos visto cómo las nuevas generaciones del vallenato han incursionado de forma positiva en la música, pero lamentablemente siento que han fallado un poco en la poesía. El vallenato es expresivo, diciente, descriptivo, dicharachero y jocoso, pero por encima de todo tiene contenido y tiene eso: poesía. Especialmente el que nosotros hicimos, el que hizo Diomedes, los hermanos Zuleta, Jorge Oñate, Silvio Brito y todos los de nuestra generación. Nosotros siempre tuvimos el cuidado de hacer música con contenido y lamentablemente la nueva ola se ha limitado a hacer música alegreyaveces muy pasajera, entonces las canciones no permanecen. Por eso otros géneros han cogido más fuerza aquí en Colombia. El vallenato era la despensa de la música latina, nosotros surtíamos al merengue; a la salsa; a la música típica de Panamá; al perico ripiao de República Dominicana; a la bachata;alas cumbias de Perú, de argentina, de Paraguay, a la cumbia mexicana. ¿Qué pasa ahora? Que las canciones no trascienden como para que otros géneros las agarren y esa es la gran diferencia entre el vallenato que hacíamos nosotros y el que hace la nueva ola. Que sí es muy bueno y hay que creer en ellos y estimularlos, sí, pero yo creo que la falla que han tenido es esa.


¿Cuáles fueron sus referentes iniciales?
Nosotros comenzamos en el 76 y para esa época veíamos a Jorge Oñate y Poncho Zuleta, que eran los líderes del vallenato tradicional. Otro era Alfredo Gutiérrez, que ya era un poquito más trascendido en el vallenato, y yo como acordeonista me fijaba mucho en Luis Enrique Martínez y Emilianito Zuleta. Nuestro proyecto desde un principio fue revolucionario e innovador: cambiamos todo el esquema del vallenato tradicional, que venía siendo muy costumbrista,ycreamos un proyecto más evolucionado a raíz de que nos vinimos a estudiar a Barranquilla, claro, siempre sabiendo que teníamos que enfocarnos en que la esencia no se perdiera. Después de tener claros nuestros referentes, salimos con nuestra propuesta, que respondía a nuestro propio estilo, uno muy particular.


¿Qué significó para la agrupación la partida de Rafael Orozco y sobre todo para usted, que inició este proyecto junto con él?
La partida de mi compadre Rafael Orozco fue una infausta noticia que me causó un trauma psicológico tremendo hasta llevarme a pensar en retirarme de la música. De hecho, me retiré un tiempo, me fui para Venezuela y me dediqué a actividades que no involucraban la música. Sin embargo, el público no me dejó, donde quiera que me encontraban me decían que dónde iba a grabar, que por favor no dejara de llevarles canciones y que lo hiciera en honor a Rafa. Siempre soñé llevar música a todos los rincones de la tierra con él y lo hemos hecho, porque él se fue, pero yo seguí con ese legado y él me acompaña espiritualmente. La partida de mi compadre significó un dolor muy grande que no pasa. Pero en honor a él hemos seguido.


*Artículo publicado en la edición impresa de octubre de 2021.