ILUSTRACIÓN ISTOCK
23 de Marzo de 2022
Por:
Por Juan Camilo Restrepo*

Detrás del incremento de las arcas nacionales en 2021 hay tareas pendientes. Atender alarmantes cifras de pobreza, aumentar el empleo y mitigar la inflación son solo tres de ellas. 

El camino del PIB a su billetera

 

CUANDO fue presidente de Francia, Nicolas Sarkozy convocó una importante comisión de economistas liderada por los premios Nobel Amartya Sen y George Stiglitz. Tuvo como propósito contestar una pregunta simple, pero trascendental: ¿qué tanto revelan las cifras del PIB? ¿Lo dicen todo, o son apenas una visión parcial del complejo mundo de las relaciones sociales y económicas?

 

 

 

 

La respuesta de esta comisión fue contundente: las cifras del PIB apenas muestran una visión parcial de las relaciones sociales miradas a través del prisma de los grandes agregados de las cuentas nacionales,  pero dejan por fuera preguntas y respuestas trascendentales sobre cómo marchan otras facetas de la sociedad, tales como empleo, pobreza y marginalidad, entre otras. 

 

He recordado esta comisión, a propósito de las cifras divulgadas por el DANE sobre el crecimiento económico obtenido por Colombia en 2021, que son excelentes: un 10,6 % de evolución del PIB es algo que debe fortalecer el optimismo sobre el futuro del país. Pero hay que tener cuidado de no caer en la autocomplacencia al analizar estos resultados: quedan muchas tareas pendientes.

El crecimiento del 10,6 %, aunque tiene un alto contenido de “rebote” si se compara con los guarismos registrados antes de que empezara la pandemia, no deja de ser un comportamiento plausible. Y aunque algunos países de Latinoamérica como Chile y Perú tuvieron crecimientos aún superiores al colombiano el año pasado, no es menos cierto que el nuestro fue uno de los más altos de la región.

Ahora bien: ¿por qué creció tan dinámicamente la economía el año pasado? Las cifras desagregadas por sectores reveladas por el DANE 0muestran que el consumo de los hogares fue el principal protagonista de este giro radical de la economía. Los sectores que más crecieron fueron las actividades del entretenimiento con 33 %, y el comercio, el transporte y los servicios de comida, que registraron un 21,1 % de incremento. Este panorama estadístico revela que los hogares, después de casi dos años de austero confinamiento y de severas restricciones de movilidad ocasionadas por la pandemia, se lanzaron a consumir dinámicamente en 2021 cuando pudieron volver a salir, a circular, a transportarse y a consumir fuera del hogar.


 

Los hogares gastaron una parte importante de sus ahorros acumulados para dedicarlos al consumo durante el último año. Esta es la razón principal de la recuperación del PIB en el 2021. El consumo eufórico de los hogares en el 2021 jalonó a su turno el buen comportamiento de la manufactura, del transporte, de las actividades del entretenimiento, y de los alojamientos. 


 

Naturalmente la abundante liquidez que el Banco de la República mantuvo a lo largo del 2021 y las medidas de ayuda al mantenimiento del empleo y de apoyo a las empresas más afectadas que el Gobierno instrumentalizó, ayudaron también a este buen comportamiento de la economía.

Ahora bien: ¿por qué no hay que caer en la autocomplacencia? ¿Cuáles son las facetas de la vida colombiana que no capta este crecimiento del PIB? Crecimos bien, pero quedan infinidades de retos y aún de escollos que hay que superar en los meses venideros. La economía colombiana ha tenido un respiro, pero aún está lejos de haber llegado a la tierra prometida. Las cifras del PIB del 2021, como
lo enseñó la comisión Sen-Stiglitz, muestra apenas la cara risueña de la moneda, pero queda otra cara mucho más compleja por analizar.

El primer escollo que debe superarse es el de la pobreza: hemos crecido bien en 2021 pero esta sigue altísima en Colombia, y se agudizó durante la pandemia. Entre 2019 y 2020 los índices de pobreza pasaron de 36% a 43%. A la fecha, cerca de 21 millones de colombianos se debaten en las angustias de su condición de pobreza. Es una dura realidad que no debe hacernos olvidar los últimos datos del crecimiento del PIB. Estos no se pueden utilizar para envolver en un falso triunfalismo el compromiso insoslayable de superar los agobiadores índices de pobreza que tenemos.

El segundo escollo es el desempleo. En 2021 crecimos bien, pero los indicadores del mercado laboral siguen rezagados. Existe una asincronía preocupante entre crecimiento y empleo que no se ha podido superar. El 2021 se cerró con un desempleo global del 13,7 %, porcentaje aún muy alto y lejano del objetivo de tener desempleos de un solo dígito. No se puede bajar la guardia en todo lo que tenga que ver con la reanimación del mercado laboral. Por ejemplo, el sector de la construcción, que tanto empleo genera, tuvo en 2021 un crecimiento (5,7 %) mucho menos espectacular que el del conjunto de la economía; es necesario que este sector se reanime mucho más en el 2022 para que pueda volver a ser un vector de dinamismo en el mercado laboral.

El último escollo para superar es la inflación que viene tomando una fuerza inesperada. No solo en Colombia por supuesto. En Estados Unidos están afrontando la inflación más alta de los últimos cuarenta años. Muchas medidas deben tomarse para quebrarle la cerviz a esta hidra de mil cabezas que es la inflación. Problemas como el de la pobreza van a verse acentuados por la alta inflación que lleva trazas de prolongarse a lo largo del primer semestre del 2022. En vez de desconceptuar al Banco de la República, debemos apoyarlo en las medidas que viene tomando, de acuerdo con sus responsabilidades constitucionales, para preservar el valor adquisitivo de la moneda.

Es evidente también que los buenos resultados del PIB en 2021 asordinan la otra urgencia nacional, sobre la cual nada se ha hecho por el actual Gobierno: avanzar hacia una reforma pensional profunda.

Esta es una tarea pendiente que queda para el próximo Gobierno, de la misma manera que ha quedado solamente a nivel de recomendaciones una verdadera reforma del mercado laboral. Por falta de tiempo, estas reformas quedan en los anaqueles donde reposan las tareas pendientes.

 

Hay que darle pues la bienvenida a las buenas cifras de crecimiento económico que se han revelado para el 2021. Pero no hay que dejarse deslumbrar por estos resultados: quedan muchos escollos aún por superar. 

 

 

* Exministro de Hacienda y de Agricultura. 

 

 


Artículo publicado en la edición impresa de marzo de 2022.