29 de Julio de 2015
Por:
Mariángela Urbina Castilla

Me pasa que, lo peor de los malos momentos no son ellos en sí mismos, sino lo que viene después

Intensamente: cine denso para ser felices

Por Mariángela Urbina Castilla

ediweb@revistacredencial.com

Me pasa que, lo peor de los malos momentos no son ellos en sí mismos, sino lo que viene después: el repudio por mi propio descontrol, por la falta de razón, por haber perdido tiempo necesario para ser feliz, cuando mi tiempo, como el de todos, es tan cortico. Pero cuando salí de cine, luego de ver Intensamente (Inside Out en su versión original), me sentí tranquila. Sentí que debía dejar de juzgarme, porque eso que repudio puede salvarme la vida.

Riley, la protagonista, nació en Minnesota, Estados Unidos, y en su mente viven cinco de sus emociones: Alegría, Tristeza, Temor, Desagrado y Furia. Las cinco -perfectamente personificadas en animaciones que representan lo mejor de cada una- permanecen en el cuartel general (el cerebro) y se encargan de regir el comportamiento de la niña a través de una consola de control. Funcionan con armonía: cada una sabe cómo intervenir y, lo más importante, mantienen a Tristeza aislada. Hasta que la niña empieza crecer, sufre algunos cambios y todo se complica.

The New York Times puso la historia en el lugar que le corresponde: dicen que es única en su capacidad para lograr lo que solo había logrado la literatura y de lo que, parecía, el cine aún estaba lejos: mostrar lo que realmente sienten y piensan los personajes. Ponerles una cámara interna que nos permita conocerlos, saber que no nos mienten y entender así sus decisiones. Dicen que fue un éxito en taquilla en Estados Unidos y que estará nominada a los Premios Óscar, trascendiendo su categoría de animación, para competir como mejor película.

No sabía nada de eso antes de entrar a la sala, y salí atrapada por una narrativa que el director Peter Docter tardó seis años en desarrollar. No pudo ser de otra manera. No me pude sentir yo, colombiana de 21 años, en Bogotá, tan identificada con una niña de siete nacida en Minnesota, y también mi mamá de 45, y también mi ahijado de 5, sin todo ese esfuerzo creativo de Docter.

Ese nivel de identidad transversal con otros personajes, tan distintos a mí, tan sacados de otro de universo, suelo encontrarlo en historias que me dejan aturdida, con la cabeza dando vueltas y haciéndose preguntas. Con Intensamente, no. Entendí que la tristeza es necesaria y listo, sin mayor densidad ni vacío en el pecho. Salí feliz y también fue una buena película.

¿Usted ya la vio? ¿Qué opina? 

Cuéntenos en @Revcredencial y en Facebook