01 de noviembre del 2024
“Los candidatos prefieren más acudir a los argumentos que funcionan mejor con su base segura de votantes, que apelar a los indecisos”. Fotos: César Malgarejo. El Tiempo
“Los candidatos prefieren más acudir a los argumentos que funcionan mejor con su base segura de votantes, que apelar a los indecisos”. Fotos: César Malgarejo. El Tiempo
30 de Octubre de 2024
Por:
Ricardo Ávila*

El 5 de noviembre, Estados Unidos elige a su próximo presidente en medio de una crispación política interna que, de paso, tiene al mundo con los pelos de punta. Estos son los prospectos del exminstro de hacienda, quien reside en ese país. 

“Ni Trump ni Harris nos tienen mucho en el radar”: Juan Carlos Echeverry

 

ASÍ SUENE A cliché, es evidente que Juan Carlos Echeverry no necesita presentación. Descrito como uno de los profesionales más brillantes de su generación, a lo largo de su vida laboral ha tenido responsabilidades tanto en la academia como en el servicio público, al haber ocupado cargos como decano de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, director de Planeación Nacional, ministro de Hacienda y presidente de Ecopetrol. Dedicado, actualmente, a la consultoría y el periodismo —como analista de Caracol Radio y El País América—, el economista bogotano vive de primera mano la realidad estadounidense. Radicado en un suburbio de la capital norteamericana desde mediados de la década pasada, sigue de cerca la realidad del país del norte, tanto como la colombiana.

 

Ha vivido en Maryland durante estos últimos años. ¿Cómo ve las elecciones presidenciales de noviembre?


Las elecciones presidenciales de Estados Unidos se parecen a lo que sucede en Europa y América Latina. Los candidatos prefieren más acudir a los argumentos que funcionan mejor con su base segura de votantes, que apelar a los indecisos. Los argumentos emocionales y subliminales priman sobre los de política pública. Estos últimos aburren y confunden, salvo que sean píldoras de cosas que beneficien a grupos particulares. Las consecuencias son costosas para el presupuesto público, que es lo que van a administrar, pero eso no parece preocuparles ni a los votantes ni a los políticos.

 

¿Y cuál es su lectura de la realidad económica y social actual de Estados Unidos?


Ha habido tremendo progreso económico, y Estados Unidos se ha consolidado como la primera economía mundial. Pero la globalización, que en general favoreció a la economía americana, fue dura con muchas ciudades y pueblos, en especial en el interior del país. Las costas son más globalizadas, y en el centro se perdieron puestos de trabajo difíciles de recuperar. También hay una lenta y visible transición demográfica en la que los “black and brown” (no blancos) aumentan, cosa que crea tensiones políticas, aun así traigan un dividendo demográfico de gente joven dispuesta a trabajar en todo lo imaginable y de un muy necesario aumento poblacional. Es un tema central de las elecciones desde hace diez años.

Una cosa es la dimensión doméstica y otra la internacional. ¿Cómo resumiría las grandes diferencias entre Trump y Harris en lo doméstico?


El primer tema es el aborto. Los demócratas no quieren restricción alguna; los republicanos sí, y algunos prohibirlo, salvo en casos específicos. Lo segundo es la inmigración. Los demócratas han sido generosos en recibir inmigrantes, cosa que le critican a Biden, y Trump y Vance usan el tema casi en cada momento. Lo tercero es a quién darle subsidios o beneficios tributarios. Los demócratas prefieren a las familias para tener más hijos y comprar casa; los republicanos, a las empresas para crear empleo. Lo cuarto es la seguridad, en la que los republicanos acusan del crimen a los inmigrantes, lo cual  
es injusto. Aparte, el crimen ha disminuido mucho en las grandes ciudades. A Harris se le ha criticado la falta de especificidad en temas de política pública; y a Trump, el que tiene un subsidio casi para todo el mundo. Por ende, hay poca claridad sobre los detalles.

 

Es famosa la frase de “es la economía, estúpido”. En 2024, ¿es la economía?


No tanto. Los economistas siempre estamos anunciando que viene el lobo. Pero el lobo de la recesión nunca llegó, ni en 2023 ni en 2024. En lo económico, China es la gran amenaza. Aun cuando hay una discusión acerca de si China llegó a su pico a causa de las tendencias demográficas que reducen la población en las décadas venideras, aunadas a las crisis de vivienda, la deuda pública subregional y familiar que tendrán ocupado a ese país. Pero China es líder en muchos sectores clave. En el tema económico americano, la energía barata por cuenta del fracking, la innovación en inteligencia artificial y en todos los servicios de tecnología, y la investigación en las universidades en muchos campos, pueden mantenerla delante de China, y con una ventaja en competitividad.

 

¿Qué temas considera grandes riesgos para la economía estadounidense?


El tema fiscal, pues de la pandemia salieron con una deuda pública sin precedentes, superior al 100 % del PIB, y los dos partidos proponen más gasto y déficit. Segundo, el liderazgo del comercio internacional, pues estamos pasando de la etapa de aperturas 
a la de cerraduras y aumento en aranceles. Tercero, el extrañamiento de zonas amplias de la geopolítica mundial, pues África y América Latina ven a China como aliado, más pendiente del sur mundial, mientras Estados Unidos está más enfocado en el eje este-oeste, que comprende a Europa, Oriente Medio y el Asia-Pacífico, y ha descuidado el eje sur-norte. La población de las zonas pobres de Estados Unidos ven con preocupación el comercio internacional, y están optando por una actitud aislacionista, que caracterizó al país antes de la Segunda Guerra Mundial.

 

¿Tiene amigos que vayan a votar por Trump? ¿Por qué lo harán?


Sí. Están hartos de la superioridad moral de la izquierda demócrata, y de los burócratas de Washington. Como dijo un amigo, Trump es como una bola de bolos que uno le lanza a Washington. Ven con preocupación la inclinación hacia la izquierda de la educación escolar y universitaria, y el exceso de regulación de la economía. Es una actitud entre libertaria y harta de lo que se llama el Deep State, el ‘estado profundo’, que supuestamente lo domina todo de una forma opaca.

¿Y los que se inclinan a votar por Harris? ¿Por qué lo harán?


Desconfían de la agenda ‘prorricos’ de Trump, y de su forma de gobernar, impredecible y personalista. Ven a Harris como un aire fresco, de la mano de una mujer no blanca, que sería algo sin precedentes en la historia americana. Tienen miedo al cambio climático y buscan la transición hacia la economía verde, para la que Biden pasó una ley generosa en ese tipo de inversiones. Son agendas que resuenan más con los jóvenes, de la misma manera que el tema del aborto resuena más con las mujeres.

 

Pasemos a lo internacional. ¿Es válido plantear la disyuntiva como la continuidad si ganan los demócratas y el regreso a 2017 si lo hacen los republicanos?


Sí parece la disyuntiva actual. En lo internacional, ninguno de los dos últimos gobiernos la ha tenido fácil. Las guerras actuales en Ucrania e Israel-Líbano, las tensiones 
en el mar del sur de China y la salida de Afganistán son temas espinosos. Pero al Gobierno de Trump se lo ve como pasar de un mundo gobernado por reglas a uno dominado por personalidades, con inestabilidad en temas como la OTAN, y centrado en el conocido “America First”.

Dependiendo de la región del mundo, cada cual parece tener implicaciones distintas según el resultado: China, Europa, el Medio Oriente, Rusia...


Europa se ve muy preocupada porque su economía va entre regular a mal, desde Alemania por los costos de energía y la regulación de vehículos eléctricos hasta el reino Unido, que no se acaba de recuperar del Brexit; los países del este europeo están asustados por razones obvias, y los demás, porque no se ven suficientemente competitivos frente a China y Estados Unidos. Oriente Medio tiene “centralidad” y fuentes de energía, que lo asientan bien en el escenario mundial, aunque los riesgos de seguridad vienen en ascenso.

 

A Rusia nunca se le puede quitar el ojo, pues va de Japón a Finlandia y Georgia, con un milenio de geopolítica encima. Ahora volvieron a ser el ‘hermano menor’ de China en lo económico. Pero están peleando una guerra en la que pueden perder la cara. El mundo siempre es así de interesante. Es como una permanente Champions League en lo geopolítico, desde hace 600 años. Siempre hay partidos que ver. Lo dramático, es que los derrotados sufren y mueren por decenas de miles. Es la tragedia de la geopolítica.

 

“Los economistas siempre estamos anunciando que viene el lobo. Pero el lobo de la recesión nunca llegó, ni en 2023 ni en 2024”.

⁠¿Y cómo ve a América Latina frente a Trump presidente? ¿O frente a Harris?


Los latinoamericanos somos pobres y vivimos lejos. Salvo por México y Brasil, claro está. Eso hace que haya tres “Latinoaméricas”. La del norte, que ya despegó tecnológicamente y se enganchó con Estados Unidos. A esa se podrían unir en los próximos 20 años los centroamericanos y, ojalá, Colombia. La oriental, es decir Brasil, que tiene el tamaño y el 
gravitas para pensar y pesar sola y el resto, que somos pequeños, disgregados y estamos asolados por la mala política, el crimen, una e casa masa crítica económica y el exceso de regulaciones. Los que vienen a nuestros países son jugadores de nicho. Aparte de México, ni Trump ni Harris nos tienen mucho en el radar, a no ser por el tema migratorio.

 

¿Por qué cree que la región parece importar tan poco, fuera de la migración?


Lo dicho: nos hacemos los difíciles, sin tener con qué. Estamos llenos de autocomplicaciones. Tenemos un exceso de razones para el resentimiento con España por la conquista, con Estados Unidos por el capitalismo, con los ricos porque les va bien, con el Gobierno porque no sirve, y esa quejadera nos quita foco. Desde fuera hay que tenernos mucha paciencia para oír nuestros argumentos, que apuntan en todas las direcciones. De alguna manera, nos hemos ‘argentinizado’. De hecho, los jóvenes que emigran lo hacen por agotamiento frente a eso mismo. Los lleva a inventarse la vida en otro lado, más lleno de inversiones que de razones para complicarse.

* Exdirector de Portafolio y consultor senior de El Tiempo.