"Las características fisiológicas y comportamentales de un equino pueden relajar al  paciente, así como estimular el sistema circulatorio de la persona", explica Bernal. Foto Istock.
"Las características fisiológicas y comportamentales de un equino pueden relajar al paciente, así como estimular el sistema circulatorio de la persona", explica Bernal. Foto Istock.
7 de Noviembre de 2022
Por:
Lucas Herrán

Angélica Bernal, psicóloga y magíster en Bioética de la Pontificia Universidad Javeriana, explica los beneficios generales de este tipo de atención asistida.

Las claves de la terapia con animales

La diversidad funcional comprende un espectro tan amplio de características, condiciones o situaciones que los recursos para su atención psicológica son igualmente variados. Uno de dichos recursos es el de recurrir a la presencia de un animal en el proceso. El propósito fundamental es que se teja un vínculo afectivo entre este último y la persona, con lo cual resulte reforzada la terapia. Quienes cuentan con alguna diversidad física, mental o cognitiva son potenciales beneficiarios, así como también personas mayores o con enfermedades crónicas y degenerativas. Otro campo de probada utilidad es el del estímulo temprano y el crecimiento de los niños.

¿Cuál es el paciente indicado para este tipo de terapia? ¿Existen casos en los que no sea recomendable su aplicación?

En principio, todas las personas podrían complementar su terapia regular con una de acompañamiento animal. Sin embargo, lo primero que se debe hacer antes de proponerla es evaluar interdisciplinariamente si a la persona le gustan los animales y si está dispuesta a pasar tiempo con ellos. Si es así, se puede proceder a plantear una equinoterapia o una terapia con perros.

¿Qué cualidades particulares tiene la equinoterapia, por ejemplo, en terapias asistidas

El caballo es un animal dulce y tranquilo. A nivel fisiológico, transmite calor al cuerpo del paciente, lo que ayuda a relajar su musculatura y sus ligamentos. El flujo sanguíneo del equino también estimula el sistema circulatorio de la persona. Por otra parte, el caballo transmite movimientos rítmicos a la columna, la pelvis y las piernas del paciente, lo que estimula los músculos y mejora la coordinación.

Asimismo, supone un estímulo adicional en el frente cognitivo. Por ejemplo, montar uno de ellos es idóneo para quienes tienen una baja autoestima, baja autonomía o poco autocontrol. Estar subido en el caballo empodera y manejarlo mejora la comunicación, la concentración y la empatía. La equinoterapia es recomendada para personas con enfermedades neurodegenerativas, con diversidad psíquica, física o sensorial, y puede servir para los niños como un ejercicio de estimulación temprana.

¿Y qué hay de las terapias con perros?

Sobre todo, resultan benéficas para personas con trastorno de ansiedad, depresión, epilepsia o quienes se aíslan socialmente. En el caso de la epilepsia, los perros son muy útiles porque avisan a las personas antes de que el paciente tenga un ataque. Usualmente, este tipo de pacientes pueden interactuar más fácil con su mascota de acompañamiento, tienen una mayor motivación gracias a ella, que les devuelve estímulos sensoriales y apoyo emocional. Eso contribuye a las habilidades sociales.

El perro es también un gran animal de apoyo emocional para los adultos mayores que suelen ser muy solitarios. Les hacen compañía, los obligan a salir al aire libre, a caminar, a interactuar con otras personas y con otros perros. Estas actividades fortalecen su salud física, mental y anímica.

Las terapias asistidas con animales tienen un factor motivacional mayor y esto permite que haya una continuidad en las terapias regulares y puedan ser más efectivas. Si la persona tiene una conexión con el animal, ese sentimiento le impacta mucho más.

¿Es fácil implementarlas? ¿Son accesibles para todo el mundo?

Sí, en términos económicos es accesible. En Colombia se encuentran, comúnmente, alrededor de 100.000 pesos la sesión de una hora. Para que haya un cambio cognitivo-conductual se recomienda la terapia breve de, mínimo, 10 sesiones, en donde se logrará un cambio en el comportamiento de la persona.

¿Las terapias asistidas con animales pueden sustituir las que se realizan con un psicólogo?

No, es complementario. Las sesiones regulares que tiene una persona con su psicólogo o su psiquiatra son inalterables.

En el marco de la terapia ¿Qué se hace? ¿Se trata únicamente de pasar tiempo con el animal?

Sí. Las personas están en contacto con él, comparten un espacio y un tiempo común. Como he mencionado, cada animal aporta positivamente a la persona en términos físicos, cognitivo-conductuales y emocionales. Se trata de ser, estar y relacionarse con esa compañía. Por supuesto, este tiempo viene acompañado de juegos, como lo haría cualquier persona con su mascota.

Hay un ejercicio muy interesante con los perros a los cuales se les llama “perritos mantra”. Este se encarga de ser el centro de relajación en las terapias de respiración consciente. Es un ejercicio en el cual la persona intenta prestar atención a su respiración y a la del perro. Entre tanto, la concentración en la respiración reduce los niveles de estrés, trae al momento presente e incrementa la sensación de bienestar en el ánimo.

 


Beneficios

Mejora la motricidad: Estimula el tono muscular y regula la coordinación. Está recomendada para pacientes con esclerosis múltiple, enfermedades neurodegenerativas, parálisis cerebral o enfermedades traumatológicas.

Reduce los niveles de estrés y ansiedad: Los pacientes, al estar en contacto con el animal, están más relajados y reducen los cuadros de estrés o violencia. La equinoterapia, por ejemplo, ayuda a niños o adolescentes con TDA-H (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad).

Fomenta la empatía: Los animales propician el desarrollo de habilidades sociales, de reconocimiento de las emociones, de la gestión de las mismas y del autocontrol. Estos beneficios son especialmente importantes para personas en cualquier espectro del autismo.

Estimulación del lenguaje y la expresividad: Tanto con perros como caballos se incrementa el estímulo para el uso del lenguaje y la comunicación.


Hallazgos recientes

En esta materia los estudios son numerosos y constantes. Recientemente, Rahel Marti, una estudiante doctoral de psicología clínica de la Universidad de Basilea, en Suiza, publicó uno en la revista especializada PLOS ONE. La especialista le aseguró a la cadena CNN que corroboró el aumento de actividad en la corteza frontal del cerebro —aquella donde sentimos y pensamos— cuando estamos en presencia de un animal, y particularmente los perros. Marti se concentró en esa región cerebral porque “está involucrada en funciones ejecutivas como la atención, la memoria y la resolución de problemas. Pero también en procesos sociales y emocionales”, sostuvo la especialista. El estudio no se realizó con una muestra muy grande de personas, pero sí las suficientes como para entender cosas adicionales. Por ejemplo, que dicho aumento de actividad en la corteza frontal se intensificaba cuanto más cerca se estuviera del animal, y llegaba a su máximo cuando se le podía tocar. Incluso se realizó una comparación con animales simulados, artificiales: ni el tacto producía los mismos efectos cerebrales que uno real. “El involucramiento emocional puede ser un mecanismo central y oculto en la activación cerebral cuando tiene lugar la interacción”, añadió Marti a la cadena norteamericana. ¿Será que tener una mascota puede mejorar nuestro desempeño funcional en el día a día, como podrían llegar a sugerir estos hallazgos?