FOTOS CORTESÍA DE ANDREA AGUDELO
17 de Febrero de 2021
Por:
Catalina Uribe Tarazona

Hace poco más de seis años, esta paisa encontró su propósito de vida dibujando mandalas durante un viaje a Turquía. Su aventura la llevó a fundar una compañía cuyas publicaciones son distribuidas en seis países. 

“LA FELICIDAD no depende de cada situación”: Andrea Agudelo

LA MAYORÍA de personas que creen conocer a Andrea Agudelo a través de sus redes sociales piensan que la paisa –oriunda de Palmira, Valle, pero criada en Medellín– nació en ‘cuna de oro’. Que siempre tuvo muy claro el propósito de su vida. La verdad, dice ella, es todo lo contrario: pese a considerarse una mujer soñadora, creativa, apasionada y libre, no siempre su vida fue como es hoy. Los importantes vaivenes económicos que experimentó junto con su familia durante su infancia la hicieron valorar aquello que considera esencial, y nunca olvida que su camino fue antecedido por tiempos de mucha incertidumbre.
 
Andrea comenzó a trabajar muy joven, al lado de su padre, en una fábrica de cascos para motocicletas, ubicada en el centro de Medellín. Recuerda esos días como “una escuela maravillosa”, pues le hizo ver el trabajo en función de la felicidad, y no para atesorar, ni acumular. “Desde muy chiquita él me empezó a llevar a las ferias de China; Gracias a eso me empecé a involucrar en la parte comercial y de compras. Además, en las ferias de Colombia le ayudaba mucho en el tema de servicio al cliente y en el departamento de mercadeo”, recuerda.
Desde entonces ve la vida así: como una oportunidad para agradecer, más que para reclamar. Un principio que ella recuerda cada vez que se deleita con el afecto abundante que ha llegado a su vida en manos de sus padres, de su hermano, de su esposo y de sus perros. “Lo que más valoré de esta pandemia fue la familia. Muchas veces pensamos que la tenemos ahí para siempre. Y durante este tiempo pude darme cuenta que unidos somos capaces de resaltar al otro. En mi familia nos unimos mucho y ayudamos a que cada uno brillara en lo que era feliz. Eso fue maravilloso”, dice Agudelo, una profesional de mercadeo y con estudios en design thinking, moda, fotografía, marketing experiencial y redes sociales. Con 28 años, ya tiene una exitosa empresa enfocada en el bienestar de las personas a través de los dibujos, el mindfulness, la gratitud y la consciencia: Mandalas para el alma. Su primera publicación se convirtió en best seller durante dos años consecutivos, tras lo cual vendió los derechos de su marca para México y comenzó a vender en Wholefoods.
  • Algunas personas consideran que una vida feliz se experimenta únicamente en la ausencia de problemas. ¿Qué opina?
Cuando estás agradecido con todo lo que te pasa, independiente de si es bueno o no, lo recibes con la consciencia del ‘para qué’. No piensas: “¿Por qué a mí?”, sino: “¿Para qué estoy viviendo esto?”. Luego, agradeces a la vida, al universo, a Dios o a aquello en lo que creas, por entregarte esta situación que, en últimas, te va a hacer más feliz. Por ejemplo, hace poco tuve COVID-19 y perdí el olfato y el gusto. Al principio se sintió muy raro pero lo más feliz fue darme cuenta de lo grandioso que es tener esos sentidos. La experiencia me ayudó a valorar más algo tan esencial como eso, que damos por hecho.
 
 
  • Menciona algo clave: el “por qué a mí” y el “para qué a mí”. ¿Cuál es la diferencia?
El para qué siempre va acompañado de una enseñanza: “Estoy viviendo esto, pues hay algo mejor y debo encontrarlo”. Por su parte, el por qué es un reclamo. La gratitud va de la mano del para qué. El reproche, del por qué.
 
  • Pero todos tenemos dificultad para agradecer, por ejemplo, una pérdida, una muerte, una enfermedad. Sobre todo, en este momento…
Como seres humanos que somos, no queremos vivir duelos, ni intranquilidades, ni ninguna otra situación que nos saque de nuestra zona de confort. En esa lucha, uno se enfrenta a la vida misma, y entonces esta no fluye. Uno quiere tener el control de todo, y desea que todo ocurra tal y cómo lo tenía planeado. Pero la vida trae sus cosas. Nos dice: “Vos viniste a vivir algo y yo te voy a dar una enseñanza. Te voy a mandar muchas pruebas para que te hagas un caos y te hagas más fuerte”. Por eso, es mejor estar tranquilos y recibir la vida como vaya llegando. Sobre todo, con gratitud para que la enseñanza sea más fácil de llevar y el proceso más fácil de disfrutar.
 
  • El componente humano que constantemente quiere controlar las situaciones está en la mente. ¿Cómo manejarla en estos tiempos?
Disfrutar. Cuando uno es consciente e intenta disfrutar el proceso, todo cambia. Cuando perdí el gusto, sentí como un miniataque de pánico de 10 segundos porque tenía la mente intentando decirme: “Venga, esto normalmente sabe y a usted ahora no le sabe”. Sin embargo, dije: “Bueno, vamos a disfrutar de esto”. Empecé a comer ensaladas, que es lo que menos me gusta y así me alimenté (risas). La mente no es fácil de controlar, pero creo firmemente que es uno el que lo hace, no al revés. Si ella te controla a ti, puede llevarte a un lugar muy feliz o meterte en un lugar muy oscuro del que después no vas a saber ni cómo salir.
 
  • Las redes sociales se han convertido en un medidor de vidas exitosas y de felicidad. Pero la comparación constante debilita la autoestima y desata otros inconvenientes emocionales. ¿Qué opina?
Las redes sociales las utilizo para tres cosas: trabajar, inspirarme y ‘postear’. No ser tan consumidora en ellas me ha ayudado a estar en equilibrio. Creo que para consumirlas es necesario tener claro cuál es mi realidad, cómo la vivo, cómo la disfruto y, sobre todo, entender que todo lo que ahí se ve puede inspirarnos, pero nada es absolutamente real ni tan perfecto como parece. Es muy bacano ver un viaje muy lindo, todo estéticamente organizado, el cielo azul, la playa… en fin, eso te enseña a soñar, a que te proyectes para estar ahí algún día. Pero si lo que ves es que todo el mundo está allá y vos no y eso te roba la paz, te vas a empezar a frustrar. Por ejemplo, yo, que publico ese contenido, sé que mi día a día es mucho más que eso: reuniones, universidad, resolver cosas, estar atenta a Mandalas y dos mil cosas más. Y también sé que cuando monto cosas en redes sociales, sobre todo en el feed de Instagram, uno siempre busca que cada post tenga esa estética que enamore porque la red social lo pide así. Pero de vida perfecta, nada: como todo el mundo, tengo días de estar arriba y de estar abajo. La clave está en entender eso.
 
 
  • Mandalas para el alma es la materialización de su visión de vida. Con sus creaciones ha recorrido parte del mundo y ha ayudado a muchas personas, brindándoles bienestar a través de la calma, la gratitud y el mindfulness. ¿Cómo nació esta idea?
Los mandalas llegaron a mi vida cuando yo no sabía qué hacer. Estaba estudiando negocios internacionales y me salí para estudiar fotografía. Luego, quería hacer un libro, pero no sabía cómo… tenía muchos interrogantes en mi cabeza y no veía el rumbo claro de nada. Un día, mientras estaba en un aeropuerto esperando para viajar hacia Turquía, me encontré con un libro de mandalas. ¡Empecé a pintar y me ‘encarreté’ demasiado! Lo que causó en mí ese libro, junto con la magia de Turquía, hizo que me decidiera a crear mi propia publicación de mandalas. Y ese país fue el destino ideal para inspirarme porque por donde mires hay diseños que inspiran. Además, yo había llegado completamente perdida y ese libro me estaba ayudando a recuperar la claridad de mi vida, entonces supe que necesitaba compartirlo con el mundo entero y así fue: no me equivoqué. Con Mandalas para el alma yo encontré mi propósito.
 
  • ¿Cuál es la formación que debería tener alguien que aspire a tener una empresa como Mandalas para el alma?
Yo no lo encasillaría a una carrera. Más que eso, es saber de todo un poquito y rodearse de gente muy buena. Si yo me hubiera enfocado solamente en mercadeo se me habrían escapado muchas cosas, entre esas el tema creativo. Entonces, me parece mejor hacer diplomados, cursos y talleres donde se aprenda específicamente sobre lo que uno quiere desarrollar dentro de un emprendimiento o dentro de una empresa. Yo diría que, en mi caso, con una carrera de Administración de Empresas nunca habría creado algo como Mandalas para el Alma.
 
  • Habla del mindfulness ¿Qué es?
Significa estar aquí y ahora. Los celulares nos han absorbido tanto que queremos estar hablando con un amigo, pero también pensando en el plan de mañana o escuchando el televisor que está en el cuarto. Estamos haciendo tanto al mismo tiempo que, en realidad, no estamos haciendo nada, o nada diferente a ir en modo automático. Ante ese estrés que manejamos día a día y que nos tiene la mente demasiado ocupada, aparece el mindfulness, que se practica a través de técnicas como los mandalas, la correcta respiración, el yoga, la meditación y todas estas cosas que nos conectan con el momento presente y que nos muestran cómo la vida es ya, que podemos estar en calma y que, en realidad, necesitamos estarlo. De no ser así, uno se enloquece a punta de noticias, trabajo, redes sociales y mil cosas más. Cuando aprendo a disfrutar que estoy aquí contigo en el presente, y que no tengo que estar haciendo otras cosas porque estamos conversando y compartiendo, experimento la felicidad.
 
  • ¿Cómo mantener un balance entre el mindfulness y todo el estrés que implica tener un negocio?
Para mí ese es el verdadero mindfulness y la verdadera vivencia del equilibrio. Uno no puede decir que está en equilibrio cuando está salido de la realidad. ¿Cómo sabes que hay equilibrio y que puedes vivir mindfulness si no vives momentos de estrés? no tendría sentido. Para experimentar calma tienes que haber vivido estrés.
 
  • ¿Qué es lo más complejo y lo más satisfactorio a la hora de emprender?
Lo más complejo es entender todos los frentes que un emprendimiento conlleva. Por ejemplo, si somos artistas no entendemos de números, y si solo somos racionales, no le metemos esa parte emocional. Hay que abarcar todos los frentes. Es como si fueras a preparar la torta ‘más wow’ de tu vida. No puedes hacerlo si te falta un ingrediente articulado y a la medida. Lo más satisfactorio de emprender es ver tangible lo que tú haces, lo que soñaste y que la gente lo ame como tú lo amas.
 
  • ¿Cómo le ha ido a Mandalas para el alma durante la pandemia?
A nivel económico y empresarial se vio beneficiada. La gente estaba buscando momentos de calma y necesitaba conectarse con su esencia, su paz, su tranquilidad y su equilibrio. Para nuestra fortuna, ellos ya sabían que la empresa existía y que les estábamos entregando herramientas constantemente para ayudarlos. En la pausa obligada, la gente volvió a donde había sido feliz.
 
  • El año pasado lanzó un nuevo libro llamado Mi vida en cuarentena. ¿Considera que hoy, cuando aún vivimos días de encierro –y a veces de desesperanza–, la publicación puede serle útil a alguien que experimente las dificultades típicas del confinamiento?
En cuarentena reflexioné mucho acerca de lo que estaba pasando. Escribí lo que sentía, lo que veía, lo que percibía. Comencé a observar las vivencias de la gente y me di cuenta que hay cosas que a simple vista no notamos: se nos puede pasar la vida y nunca reparamos en ellas. Sobre todo, cuando estamos menos presentes. Con mi propio ejercicio entendí que cuando uno se detiene y se escucha es cuando dice: “Hay avances en mi vida”. Por eso, decidí crear este libro-diario, en el que cualquier persona tiene la oportunidad de plasmar la manera en que vivió este momento histórico que experimentamos. Entonces: sí que es una gran compañía, no solo para quienes le tienen terror a que vuelva el encierro, sino para todo el que quiere reconocerse y entender que ha crecido mucho más de lo que cree. 
 
*Artículo publicado en la edición impresa de febrero de 2021.