Archivo Particular
4 de Abril de 2018
Por:
Redacción Credencial

REVISTA CREDENCIAL habló con los aspirantes a la Presidencia sobre su programa de gobierno.

Esta es la estrategia para enfrentar la corrupción de los candidatos presidenciales

SERGIO FAJARDO

El primer paso para enfrentar la corrupción es hacer campañas políticas distintas a las de la política tradicional. Suena trivial pero no lo es: si hay un candidato que se gasta ‘ríos’ de plata, hace negociaciones por todo el país con políticos cuestionados y, por debajo de la mesa, promete cargos y contratos a cambio de apoyo, por más que diga que va a luchar contra la corrupción, está mintiendo. Nosotros hacemos campañas ciudadanas, cívicas, caminando las calles y hablando con la verdad. Ahí ya estamos luchando contra la corrupción. Por supuesto que vamos a revisar leyes, pero eso es lo clásico en Colombia, para cada problema, una ley que después no se respeta. La lucha contra la corrupción parte de una convicción ética. Esa no se puede decretar. Vamos a gobernar de manera distinta. Basta con revisar lo que hicimos en Medellín y en Antioquia. Recibimos el departamento en los peores lugares en transparencia y lo entregamos en el primer lugar. Esto no lo digo yo, lo dice la Procuraduría General de la Nación y Transparencia Internacional. Ya iremos presentando esas propuestas pero, no se engañen, lo más importante es la manera de conducir la campaña.

 

GERMÁN VARGAS LLERAS

Considero esencial fortalecer los concursos pú- blicos para seleccionar los mejores funcionarios y jueces, y permitir que la comunidad califique el servicio que prestan. En materia de contratación pública, todos los procesos serán públicos para que la comunidad pueda vigilarlos, y exigiremos pliegos tipo en todas las entidades para evitar los fraudes. Crearemos un sistema nacional de información de todas las entidades públicas y financieras, para descubrir y sancionar a los corruptos. También exigiremos la implantación de códigos de buen gobierno y compliance en todas las entidades públicas y privadas.

 

HUMBERTO DE LA CALLE

El dinero siempre deja huella, y ya existe la tecnología necesaria para seguir su rastro. Así que, entre teconología y cooperación internacional para bloquear paraísos fiscales estoy seguro de que podremos reducir la corrupción de manera importante. Por otro lado, está la cultura del no todo vale. Desde la Presidencia daré ejemplo de esto: no vamos a permitir que siga el negocio de plata o puestos por votos. No toleraré la más mínima manifestación de ‘mermelada’ y me emplearé a fondo para acabar con el clientelismo. Tampoco voy a permitir la casa por cárcel para los corruptos ni la rebaja de penas por colaboración con la justicia en los términos en que viene siendo planteada.

 

GUSTAVO PETRO

El hilo conductor de la lucha contra la corrupción ha sido encarcelar la política, lo cual no ha disminuido la corrupción. Hacer política, para alguien que quiere hacer política decente, de cualquier ideología, se volvió imposible. Pero ese encarcelamiento no ha acabado con la corrupción. Hemos equivocado el camino. Antes no había tanta corrupción porque la forma de enriquecimiento en Colombia era a través del dinero trabajado. El problema comienza cuando las formas de enriquecimiento en Colombia son con dineros no trabajados: ilegales, como los derivados de la cocaína, y legales, como las regalías del carbón y del petróleo. Esos dineros fáciles hacen que coger una parte de esos dineros derive en corrupción. La corrupción disminuye en Colombia si volvemos a un sistema económico productivo: la generación de riqueza con base en la producción.

 

IVÁN DUQUE

Cero tolerancia con cualquier forma de corrupción. Primero, es necesario que trabajemos desde la prevención, debemos inculcar valores cívicos desde la familia y desde el sistema educativo; volver a las cátedras de cívica. Por otro lado, debemos limitar la contratación directa; desmontar los carteles de únicos proponentes; prohibir la contratación con el Estado de por vida para las empresas y dueños de las mismas que corrompan a funcionarios; eliminar las partidas globales en el presupuesto; sancionar a los funcionarios que incurran en estas prácticas; limitar los periodos en cargos de elección popular; implementar transparencia, haciendo públicas las discusiones presupuestales; activar mecanismos efectivos y ciudadanos de denuncia, y establecer la expropiación exprés de los bienes y dineros desviados o apropiados por los corruptos. Debemos generar una cultura de la legalidad, de la ética, donde sancionemos al que peca por la paga y al que paga por pecar. 

 

PIEDAD CÓRDOBA

La corrupción de las élites políticas y económicas es indignante. La gente está harta. No aguanta más. Es un robo continuado al país. La corrupción le cuesta 10.000 millones de dólares al año a Colombia. Voy a ser absolutamente inflexible con la corrupción, venga de donde venga. Lo digo desde la legitimidad de quien no ha tenido un solo caso de corrupción en toda su vida política. Para empezar, decretaré imprescriptibles los delitos de corrupción. Pero la medida más eficaz va a ser echarlos a todos, desalojar de una vez a esa élite del poder. Y eso lo van a hacer los colombianos con su voto el 27 de mayo. Una prueba de esa corrupción institucionalizada son los beneficios que otorgan siempre a los mismos, por muy legales que sean. Por ejemplo, las comisiones que permiten que los bancos cobren a los ciudadanos y por las que ingresan 4,6 billones de pesos al año, un dinero que debería estar en los bolsillos de la gente. Cuando sea presidenta, prohibiré absolutamente cualquier comisión bancaria.

 

*La candidata Viviane Morales no respondió.

*Publicado en la edición impresa de febrero de 2018.