Foto: cortesía Francisco Vera.
Foto: cortesía Francisco Vera.
8 de Febrero de 2023
Por:
Tatiana Rojas*

Con solo 12 años de edad, Francisco Vera acaba de lanzar su primer libro, en el que narra cómo estamos destruyendo el planeta y propone alternativas para cambiar de rumbo.

El niño ambientalista: “Admiro a Greta Thunberg, pero no estoy de acuerdo con su fatalismo”

*Artículo publicado en la revista impresa de abril del 2022. 

DESDE SU CASA en Villeta, Cundinamarca, Francisco Vera Manzanares habló con REVISTA CREDENCIAL sobre su primer libro, ¿Qué es el cambio climático?, publicado por Planeta. Emocionado porque esa misma tarde estaría en el lanzamiento oficial con el expresidente Juan Manuel Santos, habló de cómo fue el proceso creativo y de investigación, pues gran parte de la información está basada en los más recientes informes del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés). En esta conversación, sus palabras dejan más que sorpresa y admiración: son también una invitación a darle a los niños el espacio que merecen en la sociedad. Pero, además, son un llamado a la humanidad a tomar decisiones que no pongan en peligro al planeta.

Para muchos, su historia es inusual; para él, es solo el resultado de tener una familia que no lo trata como inferior por ser un niño. De ahí que todas sus acciones sean hazañas: a sus 10 años, con un grupo de amigos del colegio creó el movimiento ambientalista Guardianes por la Vida, hoy incluido en el movimiento internacional Fridays For Future. Con el permiso de sus padres, hicieron manifestaciones pacíficas para exigir responsabilidad ambiental.

Más tarde, en 2019, llegó al Senado y allí le exigió a la plenaria “legislar para la vida”. Con un discurso fluido, sorprendió no solo a los líderes políticos, sino a todo el país que lo vio en las transmisiones de los noticieros y en redes sociales. Mientras muchos aplaudieron su coraje y su inteligencia, otros criticaron sus posturas ambientales y subestimaron su mensaje. Y hubo quienes fueron más allá: a principios del 2021, la Fiscalía inició una investigación contra un usuario de Twitter por amenazar de muerte al niño.

Para sus padres, especialmente para su madre, Ana María Manzanares, trabajadora social y quien se encarga de las redes sociales de Francisco, esa era una razón suficiente para dar un paso al costado. Y quién no, si hoy Colombia es uno de los países más peligrosos para ser líder ambiental, según la ONG Global Witness. Pero Francisco no estaba dispuesto a callar.

 

En medio del temor y la incertidumbre por la seguridad del niño, la familia recibió a principios del 2021 una carta inesperada de las Naciones Unidas en la que manifestaban su apoyo por su trabajo por el medioambiente en Colombia y Sudamérica. La carta estaba firmada por Michelle Bachelet, expresidenta de Chile y Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos. Y de ahí en adelante, solo llegaron reconocimientos: fue nombrado Embajador de Buena Voluntad de la Delegación de la Unión Europea en Colombia y fue incluido en la lista de los 100 niños prodigio de los Global Child Prodigy Awards, que se entregaron en Dubái en el 2021.

Francisco, has sufrido amenazas y acoso en redes sociales. ¿En algún momento tus padres han pensado en retirarte de la vida pública?

 

Mis papás son un pilar fundamental. Lo importante de ellos es que no se oponen a lo que hago  y lo apoyan, pero también están de acuerdo en que cuando llegue el momento en el que les diga que ya quiero parar, lo van a respetar. Ellos me lo han preguntado, especialmente en el momento de las amenazas, pero he decidido que no, porque hay que asumir que vivimos en un país terriblemente azotado por este tipo de conductas y agresiones. Cuando se es ambientalista y cuando se lucha por causas específicas, eres consciente de que vas a correr algún riesgo. Porque una cosa es ser ambientalista en Europa y otra en Latinoamérica o Colombia. Por eso, también he empezado a hablar del Acuerdo de Escazú, que, después de mi amenaza y otros acontecimientos, el Gobierno Nacional no ha sido capaz de ratificar. El Gobierno debe garantizar que los niños participen y puedan alzar su voz. Hoy no existe ninguna garantía para hacerlo y seguiré insistiendo hasta que algún día lo ratifiquen.

Nuestra sociedad ha mantenido a los niños al margen de nuestros problemas trascendentales. ¿Por qué decides romper con ese paradigma?

 

Los niños somos los mejores filósofos, lo dijo Sócrates. Porque queremos aprender de todo y queremos cuestionarnos todo. Entonces es curiosidad, pero también que mi familia me ha permitido acercarme a esos espacios. Si hablan de un tema, me preguntan qué opino: por ejemplo, cuando van a hablar de lo que ocurre en Ucrania. Otros quizá apartan a los niños, que, en algunos casos, no vamos a entender esos temas, pero sí creo necesario que nos tengan en cuenta. Debemos cambiar esa historia de que nuestra voz no cuenta. Hay gente incluso que me dice que las amenazas son culpa de mi arrogancia, porque estos no son temas de niños. La sociedad nos sorprende cada vez más con sus justificaciones y no puedo creer que en el siglo XXI sigamos diciendo que los temas son de mujeres y de hombres, o que no son de niños.

 


Escribiste tu primer libro a los 12 años. ¿Qué se siente? ¿Te divertiste?

Me encantó y me divertí mucho haciéndolo, porque es plasmar en palabras lo que he aprendido en estos años siendo activista. La editorial Planeta me propuso escribir el libro en marzo del 2021 y a los tres meses empecé a escribir, lo terminé como a los cinco meses. Mi esperanza ahora es que lo lean muchos niños de mi edad, pero también adultos.

Hablemos de su contenido. ¿Por qué hacer una serie de entrevistas ficticias a la Tierra, al océano, a un árbol...

El formato entrevista lo elegí porque es un interactivo, es más chévere que la Tierra te cuente lo que le ocurre. También hay tips y sugerencias para empezar nuestro cambio. Escuchamos del cambio climático, pero ahí queda la cosa, entonces el objetivo del libro es que se lea y luego se actúe. Yo le pregunto a algunos personajes, ecosistemas, incluso a la Tierra, cómo se están viendo afectados por el calentamiento global y cada uno lo explica. Y nos dicen cosas interesantes sin usar tecnicismos, porque es para niños y adultos interesados en afrontar la crisis climática por decisión y con ecoesperanza.

¿Cómo te asesoraste en los tecnicismos? ¿Hablaste con científicos o te inspiraste en algún documento?

Las respuestas están basadas en los últimos informes del Panel Intergubernamental del Cambio Climático. Por ejemplo, cuando la Tierra te cuenta lo que está viviendo, explica la meta de mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 1,5 grados centígrados. Puse lo que he podido aprender en cada tema, como la explicación del tiempo y clima, porque para entender tienes que empezar por la raíz y por diferenciar conceptos. También usé información de otros libros, especialmente para las acciones.

De estos libros que te ayudaron, ¿Cuáles recomendarías?

Tengo una colección de libros que vienen también con ilustraciones. Se llaman: Basura, Cuánto calor es un grado más y Sin agua nada es posible, de la editorial Lóguez. Me ayudaron bastante a la creación de mi libro.

¿Cómo fue este proceso mientras que también tenías que hacer tus deberes en el colegio y trabajar en Guardianes por la Vida?

Yo tenía tiempo de escribir en las tardes, mi colegio no interfirió en el proceso. Como te decía, me tardé como cinco meses en escribirlo, fue un proceso que disfruté mucho. Luego, vino el tema de las ilustraciones de Lwillys Tafur, que son hermosas. En ese proceso, yo elegí la ilustración de mi personaje en el libro.

¿Por qué elegiste hablar del cambio climático?

Porque es el tema en el que gira mi activismo. Además, porque hoy uno de los mayores desafíos es el cambio climático, no Rusia-Ucrania. Es una situación preocupante, porque con nuestros comportamientos estamos construyendo la sexta extinción masiva del planeta y aún no hemos entendido la dimensión del tema. Aún no entiendo cómo los Gobiernos no ven que el cambio climático es nuestra prioridad, no la guerra. Y no es que sea un problema de unos arbolitos o de la capa de ozono: el cambio climático impacta otras esferas que van más allá de lo ambiental, como la salud, la pobreza, la desigualdad y el desplazamiento, que también son importantes.

¿De todo esto también has aprendido en tu colegio?

Realmente, muy poco. En el libro empiezo hablando del dióxido de carbono desde México, porque es el país que más emite este gas en Latinoamérica. Y esa información la saqué por mi cuenta. Pero, una vez, en el colegio me explicaron el concepto de gases de efecto invernadero, que son gases que son emitidos a la Tierra. Sin embargo, recuerdo mucho al profesor Juan Carlos Padilla de Química y Biología: él me incentivó mucho a cuidar la naturaleza. Él nos apoyó en nuestras marchas en Guardines por la Vida. Creo que es importante que en los colegios usen herramientas como mi libro, pero solo con que hablen del medioambiente ya hay un logro.

Otro tema importante del libro es la vuelta que le das al fatalismo. Hablas de la “ecoesperanza”. ¿Qué significa eso, cuando algunos científicos repiten que estamos demasiado tarde para revertir el daño?

Para mí, es el sentimiento de que sí vamos a lograr el cambio y no de que todo se va a ir ‘a la Patagonia’. Más allá de la ciencia, los mismos ambientalistas caen en ese fatalismo, por ejemplo, Greta Thunberg. Yo la admiro, pero no estoy de acuerdo con eso porque ella habla desde la angustia de la ecoansiedad, provocada por lo que le va a ocurrir a la Tierra según la ciencia. Más que difundir esa ecoansiedad, difundamos la ecoesperanza: la fe en pro del cambio de cada uno como ciudadano o Gobierno.

¿Habrá segundo libro?

 

Sí quiero escribir muchos libros. Me gustaría hablar de la importancia de la geografía y de la historia del país. También del cambio climático no solo como un problema ambiental, sino también social.


El libro 

 

La última sorpresa de Francisco fue lanzar este, su primer libro: ¿Qué es el cambio climático? El joven cuenta que, en marzo del año pasado, la editorial Planeta le propuso escribir sobre medioambiente y él aceptó sin dudarlo. Eligió hablar de cambio climático porque ha sido el tema que ha trabajado desde que se inició en el activismo. El texto está construido con entrevistas a personajes como la Tierra, entre otros. Afirma que no será el último libro que escriba y confiesa que lo más importante de este primer lanzamiento “es que fue divertido”.

*Periodista ambiental.