UN ARQUITECTO , UNA OBRA DICKEN CASTRO DUQUE Y LA GUADUA

El nombre de Dicken Castro se asocia no solo con su labor profesional como arquitecto, por la que fue reconocido y mereció numerosas distinciones, sino también con su trabajo en los campos del diseño visual, de la fotografía y del dibujo, amén de su papel como profesor en la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia. Dicken abrió todos esos frentes a partir de su interés de observador agudo del mundo de las formas y de su capacidad de trasladar sus observaciones al diseño de espacios, imágenes y objetos de toda índole.

Dicken Castro, nacido en Medellín en 1922, estudió arquitectura en la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá y, recién graduado, realizó cursos de posgrado en la Universidad de Oregón, en los Estados Unidos. Fue en ese período cuando entró en un contacto entusiasta con el mundo del diseño en un momento en el que las ideas de la Bauhaus alemana se trasladaron a Boston, Chicago y otras ciudades norteamericanas. Su interés hacia los temas urbanos lo llevó posteriormente a estudiar en el Bouwcentrum en Rotterdam, Holanda. A su regreso a Colombia, con todo ese bagaje formativo, se vinculó como profesor en la misma Facultad de Arquitectura donde había estudiado años atrás y allí inició su activismo como diseñador integral.

Su trabajo inicial como arquitecto lo desarrolló en asocio con Manuel F. Samper y luego con Arturo Robledo Ocampo y Hans Drews Arango con quienes constituyó la firma Robledo Drews Castro. Una vez disuelta esta firma trabajó en solitario, pero siempre buscando colaboradores con los que estableció grupos en los que el trabajo era un pretexto para el intercambio de experiencias creativas en todo aquello que despertaba su interés inagotable.

Entre los múltiples aportes de Dicken a los campos profesionales y docentes en que se desempeñó hay uno muy especial, su “descubrimiento” y puesta en valor de la guadua como material de construcción y como fuente de creatividad popular en la región que hoy se conoce como el “eje cafetero”. E libro que se publicó en 1966, con el apoyo del Banco de la República, había tenido como antecedente una exposición fotográfica presentada en Bogotá, la que obtuvo mención de honor en la segunda Bienal Colombiana de Arquitectura como trabajo de investigación. El libro despertó interés en los medios académicos y profesionales y dio inicio a estudios más avanzados sobre un material que hoy es considerado como parte del patrimonio cultural colombiano. Una segunda edición, con material complementario, se publicó en 1984, patrocinada por la Fundación para la Educación Superior (FES).

La Bambusa guadua es hoy reconocida mundialmente como un material excepcional y abundan las publicaciones en las que se muestran sus múltiples usos, no solo en la construcción de edificaciones sino también en muebles y objetos de singular belleza. El modesto libro de Dicken es un ilustre antecedente de este reconocimiento.