"La violencia en Colombia" por Guzmán, Fals Borda, Umaña
Septiembre de 2016
Por :
Gonzalo Sánchez Gómez

LA VIOLENCIA EN COLOMBIA

Es paradójico que uno de los textos más impactantes de esta centuria en Colombia haya tenido un origen tan casual. Casi se diría que se produjo por azar: la abrumadora base documental que le sirvió de fundamento remite a los trabajadores de una Comisión gubernamental investigadora de las causas de la violencia, creada en 1958 bajo la Junta Militar. De la Comisión, que dirigió Otto Morales Benítez, hicieron parte dos representantes de los partidos tradicionales, dos de las fuerzas armadas y dos de la iglesia, uno de estos últimos el autor principal de La violencia en Colombia, Estudio de un proceso social, Germán Guzmán Campos, a la sazón párroco del Líbano, Tolima. Por aquel entonces en la mente de Guzmán había ciertamente un proyecto pastoral de reconciliación, pero no el proyecto intelectual de escribir un libro.

Golpe de intuición, por consiguiente, del grupo de emisarios de la recién fundada Facultad de Sociología de la Universidad Nacional, Camilo Torres, Orlando Fals Borda (decano de la Facultad), Andrew Pearse (sociólogo británico) y Roberto Pineda Giraldo, que a principios de 1961 se fueron en busca de Guzmán al Líbano. La propuesta era precisa: que se trasladara a Bogotá para que con la cooperación de otros colegas y con base tanto en su experiencia personal en aquella región crucial de la Violencia, como en los materiales que de todo el país se había acumulado en el curso de su labor en la Comisión, elaborara un libro en el ambiente intelectual, crítico e independiente de la Universidad Nacional. Similar idea le había sido sugerida antes por Alberto Lleras Camargo en visita presidencial a la población tolimense, el 7 de enero de 1959. En todo caso, a la luz del contexto descrito, y no obstante que del proyecto original sólo se materializó finalmente la colaboración orgánica de Fals Borda y del jurista Eduardo Umaña Luna, especialmente en el segundo volumen, el libro constituye sin lugar a dudas el primer producto colectivo en las ciencias sociales en el país. El libro hizo su resonante aparición en julio de 1962 y con él se inicia también en buen medida la historia contemporánea de las ciencias sociales en Colombia.

Pero en este libro no sólo es notable su gestión, sino las múltiples funciones que cumplió en su momento y las que lo han hecho perdurable: Libro denuncia, más que un libro de intención académica, La violencia en Colombia es un texto de decidida intención política, no en el sentido partidista, como tendió a utilizarse inicialmente, sino de enjuiciamiento histórico a las élites gobernantes responsables del desangre. Es esta dimensión la que entre otras cosas explica las reacciones de la prensa, de los poderes civiles, eclesiásticos y militares y la que lo convirtió en objeto de debate incluso en el Senado. En perspectiva histórica se puede aseverar que uno de los grandes méritos del libro es haber hecho de la Violencia un tema de opinión y de controversia pública. Muchos sectores citadinos descubrieron aterrorizados la Violencia a través de este libro.

Libro testimonio, recoge voces e imágenes irrepetibles de actores víctimas y testigos, con una variedad y fuerza descriptiva que lo convierte en fuente inagotable. Libro memoria, gracias a él todo un período dramático de la historia de este siglo XX se conservó. Libro intuición, no deja de sorprender a los investigadores posteriores por el invaluable cuerpo de registro que consignó; no lo dejó todo dicho, desde luego, pero dejó lo necesario para que las posteriores generaciones de estudiosos se motivaran a escribir nuevos capítulos. Libro promoción, sin haberlo sospechado, en él se encuentran en embrión casi todos los temas de las décadas siguientes: guerras, negociaciones, amnistías; actores, escenarios urbanos y rurales, dimensiones estructurales del conflicto, desplazamientos, despojos, colonizaciones, regulación o normatividad insurgente, cualificación y degradación de los grupos, del conflicto y de las modalidades, expresiones regionales, culturales, políticas y organizativas, y tantos otros. La violencia en Colombia es, en síntesis, un libro revelación, que va más allá de sus propias cualidades y limitaciones. La historia posterior lo resignifica y obliga a reescribirlo perennemente.