Ernesto Guhl
Septiembre de 2016
Por :
Camilo Domínguez

ERNESTO GUHL: EL GEÓGRAFO QUE REDESCUBRIÓ A COLOMBIA

Durante la llamada República Liberal, entre 1930 y 1946, los gobiernos tuvieron el acierto, y la fortuna, de recibir como emigrantes a un pequeño pero muy selecto grupo de intelectuales europeos, obligados al abandono de sus patrias por los regímenes totalitarios. Uno de esos emigrantes fue Ernesto Guhl, un alemán-colombiano, nacido en la ciudad de Berlín en 1914. Su vida en Alemania transcurrió entre la primera Guerra Mundial (1914-1918) y los duros años de la entreguerra, cuando las compensaciones impuestas por el Tratado de Versalles condujeron a la República de Weimar a la ruina. Logró ingresar a la universidad y se encontraba terminando sus estudios geográficos cuando el ascenso de Hitler al poder dio inicio a la purga de políticos y pensadores libres, opuestos al nazismo. El joven estudiante logró escapar del país poco antes de que su instituto fuese intervenido y varios de sus compañeros enjuiciados y muertos.

 

Al llegar a Colombia, Ernesto Guhl es acogido como profesor de geografía por la Normal Superior, centro universitario que pretendía emular la famosa Normal Superior de París, con el apoyo económico y político del presidente Eduardo Santos. Junto con Guhl llegaron a la cátedra otros grandes exhiliados como Paul Rivet, Pablo Vila y Julius Wolfgang Schotelius, que llevaron a cabo una revolución científica en las aulas. Sin embargo, al caer la República Liberal, la vieja Normal Superior fue privada de sus grandes profesores. La mayoría emigraron, pero algunos de ellos permanecieron en Colombia. Tal fue el caso de Ernesto Guhl, quien pasó a la Universidad Nacional acompañado por varios de sus discípulos ya graduados.

Más de cincuenta años ha dedicado el profesor Guhl a la cátedra universitaria y a la investigación geográfica en Colombia y sus aportes han sido inmensos, ya que estudió y dio a conocer muchas regiones de Colombia que permanecían casi desconocidas científicamente antes de sus trabajos. Especialmente la geografía de los páramos y su importancia vital para el mantenimiento de las fuentes principales del agua, lo mismo que la compleja estructura climática de Colombia como país tropical. Igualmente, su obra ha logrado quitar el valor peyorativo y determinista al concepto de trópico, limitándolo a su estricto sentido geográfico, como faja latitudinal, sin estaciones, que cubre hasta las nieves perpetuas. Metodológicamente, difundió en el país, muchos años antes de que se introdujera el concepto de holístico, los análisis integrados de las regiones, considerando todos los factores que actúan sobre el paisaje. Atrás de toda esa obra está su pasión por conocer y enseñar, juntando la investigación y la docencia en una sola unidad. Todos aquellos que tuvimos la fortuna de haber sido sus discípulos lo recordamos siempre como el Maestro, con mayúscula, por su entrega total al magisterio.

Posiblemente desde Agustín Codazzi nadie ha recorrido tan minuciosamente el territorio colombiano como Ernesto Guhl y pocos han estudiado su geografía con tan buenas herramientas científicas. Por ser un gran admirador de la obra de Alexander von Humboldt, comparte su idea de la unidad esencial expresada en Kosmos. Sin embargo, debido a su concepción humanista de la geografía, se aparta cuidadosamente de ciertas ideas deterministas expresadas por el barón, al considerar que el determinismo es un ataque contra la libertad humana y el libre albedrío.

Excepto algunas obras, como Estudios preliminares de planificación para el Seguro Social en el Valle del Cauca, El aspecto económico social del cultivo del café en Antioquia y Los páramos circundantes de la Sabana de Bogotá, sus escritos han sido realizados como lecturas didácticas para ser usadas en clase o en conferencias, las cuales han sido recopiladas posteriormente en obras extensas. Los dos volúmenes de Colombia, bosquejo de su geografía tropical y el grueso tomo titulado Las fronteras políticas y los límites naturales, recogen varios centenares de lecturas especiales realizadas minuciosamente como frutos de sus estudios en toda Colombia o por el análisis geográfico político de los fenómenos del Estado y la nación colombianos. Por eso, tales trabajos presentan saltos temáticos y ciertas repeticiones; sin embargo, compensan ampliamente al lector con su riqueza y profundidad. Sin temor a equivocarnos, no puede haber un científico bien informado sobre Colombia si no ha estudiado con detenimiento la obra de Ernesto Guhl.