La piel de la tierra

Puede que leer ensayos sea un placer, pero ¿qué tal apreciarlos cuando están dibujados a lápiz?

Alejandro García Restrepo (Medellín, 1983) sabe exponer a los seres humanos como meros componentes en ese tapiz de vida que cubre el planeta y que llamamos naturaleza. Según sus lápices, conformamos una amalgama de materia orgánica en la que la piel de nuestro cuerpo se funde con escamas y con plumas; en la que alzamos vuelo en vez de caminar, los caballos son en realidad ramas secas y los animales tienen extremidades humanas.

Este artista paisa reparte el grafito sobre el papel con tal precisión en los aspectos del volumen, la luz y la sombra, en las texturas y la composición, que sus obras casi tienen un halo de ciencia. Algo así como lo que ocurre con las ilustraciones en esos tratados botánicos de antaño. Pero ese rigor hiperrealista, preciosista incluso, no sirve en sus obras a un propósito meramente ilustrativo ni conceptualmente vacío, sino que está allí en función de un surrealismo personal.

“El dibujo es una técnica que está al alcance de todos, sus requerimientos son muy asequibles”, dice García Restrepo. “Y a pesar de la simpleza de sus procedimientos, los resultados pueden ser muy sofisticados”.

Estas páginas funcionan a veces como las paredes de una galería de arte, como aquellas en las que el artista ha expuesto en Medellín y otras ciudades. Lo buscamos para exhibir en ellas una muestra representativa de su postulado gráfico.

Fotos obras cortesía Alejandro García Restrepo.

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