Ellas por ellos


El Museo de Arte del Tolima revisó su colección de obras para entender una cosa: la manera en que lo femenino ha sido representado por los hombres a lo largo de casi dos siglos.


EN EL DEBATE público de hoy es frecuente que aparezca un tema apasionante: la función creadora del lenguaje. “Aquello que no tiene nombre, no existe”, se dice, pero eso es nomás la punta del iceberg, pues el nombre adjudicado determina no solo la existencia de aquello nombrado —es decir, que se le reconozca—, sino también su posición con respecto a todo lo demás. La manera como nos referimos a algo tiene, entonces, la capacidad de otorgar bien sea ventajas o desventajas en este mundo. Si decimos “la señora De Pérez”, por ejemplo, de alguna manera privamos a una mujer de su identidad individual y, en cambio, la asociamos a la de su pareja masculina.




Si eso pasa en el mundo de las palabras ¿cómo no iba a ocurrir lo mismo con las imágenes? La cultura visual de una sociedad también crea ideales, refuerza estereotipos e incluso adjudica roles sociales, una dinámica en la cual la mujer es una víctima recurrente: que lo digan las víctimas de los estándares de belleza propagados por el mundo vía Instagram.

Por eso, resulta pertinente y oportuno el ejercicio curatorial realizado en el Museo de Arte del Tolima (MAT) para su exposición Ellas x Ellos, pues la muestra descifra cómo un grupo nutrido de artistas hombres —principalmente colombianos, pero también de otras nacionalidades— han representado a las mujeres. En una serie de 21 obras de arte de los siglos XIX y XX que pertenecen a la colección del museo, aparecen y reaparecen arquetipos de feminidad como, por ejemplo, el de las “buenas maneras” y el de la “alta cultura” para mujeres de la burguesía. Así mismo, la de una supuesta “pureza” negadora del cuerpo. Y el del cuerpo sexualizado.

REVISTA CREDENCIAL presenta una selección de obras incluidas en la muestra, con dos invitaciones para el lector: la primera es a que las examine a través del lente descrito, y descubra así aquellos modelos sociales que delimitan a la mujer, así como la evolución de estos. Y la segunda, a que se desplace hasta el Museo de Arte del Tolima para apreciar las obras presencialmente. 

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