Puerto Rico

LOS DOS PRIMEROS anillos de la multitud que forcejeaba por el centímetro alrededor de esa tumba se dieron cuenta de lo que estaba pasando y reaccionaron con expresiones de incomodidad: el ataúd parecía no caber en la estructura de piedra que se había diseñado y elaborado para él. ¡Qué vergüen­ za!